14 abril 1981
La banda terrorista:
Comete 3 atentados
A diferentes horas
Y en diferentes localidades
Que provocan 3 nuevas víctimas
mortales.
En torno a las 9:30 del
14 abril 1981
41º ANIVERSARIO
ETA asesinado a tiros en san sebastián-PAÍS
VASCO-ESPAÑA al,
teniente de
Infantería retirado
OSWALDO JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
A las 10:45 del
14 abril 1981
41º aniversario
En Basauri-VIZCAYA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, la banda
terrorista tirotea al,
teniente coronel retirado
de la Guardia Civil
LUIS CADARSO SAN JUAN
A las 10:45 del
14 abril 1981
41º aniversario
Para terminar la sangrienta jornada, a primera
hora de la tarde un etarra asesina de un tiro en la nuca en
Usurbil-Guipúzcoa-PAÍS VASCO-ESPAÑA
Director de la empresa Moulinex
JOSÉ MARÍA LATIEGUI BALMASEDA
Entre las 09:30 Y las 10:00 de la mañana Oswaldo Rodríguez
Fernández es tiroteado cuando se disponía a entrar en el portal de la sede
del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) en San Sebastián, donde
trabajaba como administrativo en materias relacionadas con la asistencia
sanitaria a huérfanos y viudas de militares.
Fue interceptado en el descansillo anterior al
primer piso del edificio por pistoleros de la banda terrorista, que le
dispararon a pocos metros y se dieron a la fuga.
El militar fue alcanzado en la cabeza por dos
proyectiles, que penetraron por la mandíbula y salieron por la parte posterior
del cráneo, destrozándole la cabeza.
Otra bala quedó alojada en el cuello.
El teniente Rodríguez Fernández falleció en el
acto y su cadáver quedó tendido sobre la escalera.
Aunque no hubo testigos presenciales del
asesinato, los vecinos del inmueble pudieron escuchar las detonaciones, casi
simultáneas.
La policía encontró en el lugar cuatro casquillos
de bala, todos de
Una vez cometido el atentado, los etarras se
dieron a la fuga a pie hasta un automóvil Seat 124, estacionado en las
proximidades, en el que aguardaba al volante un tercer individuo.
El vehículo robado como siempre, a primera
hora de la mañana en el barrio de Gros, cuando su propietaria se dirigía al
trabajo.
Por este atentado fueron condenados como autores materiales
Jesús María Zabarte Arregui, en 1985
Ignacio Erro Zazu, en 1988.
Este mismo año fue
condenado, como cómplice,
Juan José Iradi Lizarazu.
Una hora y media después del asesinato en San
Sebastián del teniente del Ejército Oswaldo Rodríguez,
Tres etarras asesinaban a tiros en la
localidad de Basauri-VIZCAYA-PAÍS
VASCO-ESPAÑA a Luis Cadarso San Juan, teniente coronel retirado de la
Guardia Civil.
En torno a las once de la mañana, el teniente
coronel retirado había salido de su domicilio, situado en la Plaza de España.
Se dirigió andando hacia una peluquería
situada en la calle Nagusia, que hacía también las veces de despacho de
quinielas.
Un empleado del establecimiento, del que era
cliente la víctima, le comentó que habían matado a un teniente retirado del
Ejército en San Sebastián.
"Así es la vida: un día les toca a unos y
cualquier día nos puede tocar a otros", comentó Luis Cadarso, mientras
rellenaba un boleto de ocho apuestas.
Minutos después se dirigió por la calle
Nagusia a un quiosco situado en el cruce de la citada calle con la de
Autonomía.
A escasos metros del mismo se le acercaron dos
hombres y una mujer que le dispararon a bocajarro cuatro tiros de pistola,
alcanzándole dos de ellos en el corazón y en la sien. Murió en el acto.
El quiosquero, Juan Bautista Olgado, relató al
detalle el asesinato. "Momentos antes del atentado vi como tres jóvenes
trataban de sustraer por la fuerza un Mercedes de color negro que estaba
estacionado casi enfrente del quiosco, en la acera de la calle Autonomía que da
a la parroquia.
Como el conductor se resistía a abandonar el
coche, le sacaron a la fuerza y, para intimidarle, le hicieron un disparo en un
pie (posteriores testimonios confirmaron que le rozó el borde de goma del
zapato sin herirle).
Estaban tan nerviosos que no lograban meter
las marchas y dejaron el Mercedes cruzado en la calle.
Pensé que el disparo era de fogueo. Cuando se
me estaba empezando a pasar el susto, segundos después, oí en la parte derecha
del quiosco, en la pared que quedaba fuera de mi vista, cuatro detonaciones muy
seguidas que sonaron como cohetes.
Me quedé paralizado".
En el lugar del atentado se encontraron varios
casquillos de
Este testimonio coincidía con el de otros
transeúntes que afirmaron que, tras cometer el atentado, los tres terroristas
se dirigieron hacia la derecha, por la calle Nagusia, en dirección al
Ayuntamiento. Trataron de apoderarse de un Renault 6 de color blanco que,
conducido por un mecánico, pasaba por el lugar, pero desecharon la idea al
comprobar que el indicador de la gasolina marcaba reserva. Unos metros más
adelante lograron su objetivo, al apoderarse de un Seat 131, de color marrón,
con el que se dieron a la fuga.
Como dato simbólico cabe señalar que en la
pared del quiosco, situada junto a la acera donde cayó mortalmente herido Luis
Cadarso San Juan, podían verse varias tiras de papel correspondientes a la
campaña lanzada por Euskadiko Ezkerra, con el lema "Dad una oportunidad a
la paz".
En 2005, veinticuatro
años después del asesinato de Luis Cadarso, fueron condenados como autores
materiales los miembros del grupo Vizcaya de ETA Sebastián
Echaniz Alcorta
Enrique Letona Viteri
José Antonio Borde Gaztelumendi
A 28 años de reclusión mayor cada uno.
El cuarto participante en el
atentado
Juan María Otegui Elizegui,
alias Txato, murió en un atendado de los GAL en el sur de Francia en
agosto de 1985.
La sangrienta jornada
del 14 de abril de 1981 la culminó ETA a primera hora de la tarde asesinando en
la localidad guipuzcoana de Usurbil al director de producción de la empresa
Moulinex, José María Latiegui Balmaseda.
Tras terminar su jornada laboral, en torno a
las 15:00, José María se dirigía con un compañero hacia su automóvil,
estacionado en un taller contiguo a la fábrica, para regresar a San Sebastián.
En ese momento un etarra de los Comandos
Autónomos Anticapitalistas se le acercó y le disparó en la sien un único
proyectil. A continuación, se montó en un vehículo conducido por un segundo
terrorista, y se dio a la fuga.
La impresión de la policía es que el disparo
que acabó con la vida de José María fue efectuado con un revólver, ya que no se
encontró ningún casquillo en el lugar de los hechos.
José María murió en la ambulancia de la
Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) que le trasladaba a la residencia
sanitaria de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu.
El proceso contra los asesinos de Latiegui,
que ha durado casi tres décadas, es un ejemplo palmario del calvario
judicial que han tenido que soportar los familiares de las víctimas de
ETA.
Como dijo su viuda, Ramona Garrido,
durante el juicio contra el etarra Capullo en 2010, es como si
les mataran dos veces.
Este juicio tuvo cierta repercusión en los
medios de comunicación porque el juez Gómez Bermúdez expulsó de la sala a
la viuda y a una hija de José María por tener la osadía de pedir
justicia.
El largo proceso se inicia el 25 de octubre de
1982 cuando se dictó el auto de procesamiento ordenando el ingreso en prisión
de los etarras Joaquín Zubeldia Gorostidi y María Aránzazu Carrera Carrera.
También se dictaron órdenes de busca y captura contra Francisco Imaz Martiarena
y José Antonio Zurutuza Sarasola, alias Capullo, todos ellos acusados
de haber participado en el asesinato de Latiegui. El 4 de junio de 1984 se
dictó auto de procesamiento y orden de busca y captura contra Primitivo Alfonso
Portilla Martinez. Este último fue detenido en Francia en 1986 pero, que
sepamos, no fue juzgado nunca por su participación en el asesinato del director
de Moulinex.
En 1983 fueron condenados a 12 años como cómplices del asesinato del
directivo de Moulinex
Joaquín
Zubeldia Gorostidi
María
Aránzazu Carrera Carrera.
Son los únicos
condenados por el asesinato de Latiegui, sólo como cómplices y a una
pena irrisoria.
Veamos qué pasó con el resto
de implicados.
Francisco Imaz Martiarena
Fue detenido en Francia en septiembre de 1986,
ingresando en la prisión de Bayona.
Extraditado a España en
1987, en el año 1988 se le condenó por el asesinato de Ramón Ezequiel Martínez
García, cabo de la Policía Nacional asesinado en Oyarzun el 25 de marzo de
1983, pero no por el asesinato de Latiegui.
En 1995, la Audiencia
Nacional dictó el sobreseimiento libre de la causa que se seguía
contra él por su participación en el asesinato de José María.
Ese mismo año, con condenas
por otros delitos que sumaban 142 años, pasa a tercer grado.
El Servicio Vasco de Salud
le diagnostica una psicosis esquizofrénica, por un lado, e Instituciones
Penitenciarias, aunque no justifica la excarcelación adelantada por la
enfermedad mental, sí la une a la constatación de su desvinculación de la
banda.
En cuanto a
José Antonio Zurutuza
Sarasola, Capullo, fue detenido en Francia en 1995, pero habría que
esperar hasta el 17 de junio de 2005 para que el juez Garzón, a instancias de
la Fiscalía, solicitase su extradición a España.
Se habían perdido ya 10
años.
Si bien las autoridades
francesas dieron luz verde a la petición, la extradición quedó suspendida en
octubre de ese año por orden del Consejo de Estado francés.
Finalmente, las autoridades
francesas entregaron al etarra a España el 13 de diciembre de 2007.
Todo este retraso ha
provocado que Capullo no haya sido juzgado por prescripción del
delito.
En noviembre de 2009 la
Audiencia Nacional acordó el sobreseimiento libre de la causa que
instruía contra Zurutuza por el asesinato de Latiegui, al considerar que había
transcurrido el plazo de prescripción de 20 años contemplado en el Código Penal
de 1973, vigente en el momento en que se produjeron los hechos.
En febrero de
2010 se produjo un triste incidente durante el juicio
contra Capullo por otro asesinato, el del delegado de Telefónica en
San Sebastián, Enrique Cuesta
Jiménez, y su escolta, el agente de la Policía Nacional Antonio Gómez García.
Durante la primera sesión
del juicio, que se celebró entre el 11 y el 17 de febrero de 2010, la mujer y
la hija de José María Latiegui, fueron expulsadas de la Audiencia Nacional
por el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, después de que
exhibieran carteles en los que reclamaban que Capullo también fuera
juzgado por este crimen.
En el momento en el que el secretario judicial
procedía a la lectura de los informes de conclusiones provisionales de las
partes, la viuda, Ramona Garrido, y su hija, Amai Latiegui, se
levantaron de sus asientos portando unos carteles con la fotografía de José
María en los que se podía leer "Justicia".
"Nos han dejado tirados, han favorecido a
quien le ha dado la gana, nos conoce bien.
Nos matan dos veces, nos mató él y está
ayudándoles usted", gritaron las dos mujeres desde la zona reservada a los
invitados.
Gómez Bermúdez les pidió que cesaran en sus
protestas y, ante su insistencia, ordenó a las fuerzas de seguridad que
las desalojaran del lugar.
A las puertas de la Audiencia Nacional, Amai
Latiegui, la hija de José María, calificó de "injusto" el
comportamiento del magistrado, aunque prefirió no valorar su actuación.
"No voy a entrar en calificativos, no sea
que me metan en la cárcel.
Hemos hablado con él implorando y nos ha
echado como si fuéramos ratas".
Su madre indicó a los medios de comunicación
que se siente "ninguneada" porque, según dijo, el etarra
fue extraditado por Francia para ser juzgado, entre otros hechos, por el
asesinato de su marido.
"Nos han tratado como si fuéramos
una porquería, nos han tratado mal, dándonos golpecitos en la espalda,
ignorándonos, mareándonos de un sitio a otro".
Ramona y Amai, como tantas y tantas víctimas
de ETA, han renunciado a tomarse la justicia por su mano.
Como tantas y tantas víctimas, sólo
reclaman memoria, dignidad y justicia para sus muertos, algo que no se ha hecho
con José María Latiegui.
Que un asesinato con cinco implicados se salde con la condena a 12 años de dos de ellos, evidentemente no es justicia.
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