Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
2
mayo 1979
43º
ANIVERSARIO
ETA asesinaba en Villafranca de
Ordicia-GUIPÚZCOA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a los
guardias civiles
ANTONIO PEÑA SOLÍS
JOSÉ MIGUEL MAESTRE RODRÍGUEZ
A las 11:30, como hacían diariamente, Antonio y
José Miguel se dirigieron a la estafeta de Correos para recoger la
correspondencia del cuartel.
Iban vestidos de paisano en un coche particular.
Era miércoles, día de mercado en la localidad,
lo que obligaba a los coches a circular muy despacio.
Cuando el vehículo se encontraba en la calle
Mayor, dos etarras le salieron al paso.
Uno de ellos, con una metralleta, se colocó
delante del turismo y disparó una primera ráfaga.
Después disparó una segunda ráfaga desde el
costado derecho.
A continuación se montaron en un vehículo donde
les esperaba un tercer terrorista y huyeron del lugar.
El coche utilizado por los etarras fue robado
como siempre a punta de pistola en Beasain a las 08:00
Al propietario lo dejaron maniatado con una
cadena en el cementerio de la localidad.
Un vecino oyó sus gritos pidiendo socorro y
avisó a la Guardia Civil, que procedió a liberarle.
Antonio y José Miguel fueron trasladados a la
Clínica de San Miguel en Beasain, donde ingresaron cadáveres.
Tenían más de una docena de impactos de bala en
el cuerpo.
A
las 10:45 del
2
mayo 1982
40º ANIVERSARIO
ETA asesinaba en la localidad de Ondárroa-VIZCAYA-PAÍS
VASCO-ESPAÑA, al
guardia civil
PABLO FERNÁNDEZ RICO
Cuando custodiaba la casa cuartel de esa localidad
vizcaína.
Un terrorista se aproximó caminando y, cuando
estuvo suficientemente cerca del guardia civil, le disparó tres tiros que le
alcanzaron en el hombro, el brazo derecho y la región abdominal.
Pablo quedó recostado en el suelo, junto a un
árbol, mortalmente herido.
Trasladado en una ambulancia del cuerpo a la
ciudad sanitaria de Cruces en Baracaldo, falleció cuando los médicos se
preparaban para intervenirle quirúrgicamente.
Un comunicado de ETA militar había declarado
"blancos privilegiados" los cuarteles, comisarías y casas cuartel.
Los exteriores de esos edificios reforzaron su
vigilancia en previsión de que se produjeran ataques con lanzagranadas.
El guardia civil asesinado ejercía precisamente
estas funciones de vigilancia cuando fue sorprendido y asesinado por la banda
terrorista ETA.
El director de la Guardia Civil, teniente
general Aramburu Topete, y el general jefe de la V Zona, el general Cereceda,
se trasladaron por la tarde de ese mismo domingo 2 de mayo a Bilbao para
asistir al funeral que se celebró al día siguiente en el Gobierno Civil de
Vizcaya.
Al funeral presidido por el ministro del
Interior, Juan José Rosón, asistió su viuda, María Ángeles Carretero,
que estaba embarazada de su tercer hijo.
Posteriormente, el cadáver de Pablo fue
trasladado a Badajoz por vía aérea, y de ahí fue llevado por carretera a Santa
Marta de los Barros, localidad natal de su viuda donde fue enterrado.
Por este asesinato sólo fue condenado en
1984
José
Ramón Larrinaga Celaya, alias Cristo,
Como encubridor de los autores materiales
del asesinato, a 12 años de prisión mayor.
De aquellos se sabe
que pertenecían al grupo Gorrochategui de ETA, que en esa época lo formaban
Larrinaga, Carmen Guisasola Solozábal, alias Lourdes, y José Francisco Rementería Barruetabeña,
alias Patxi Rementería.
El Gorrochategui actuó
en las comarcas del Duranguesado y Guernica con ataques constantes a la Guardia
Civil, hasta su desarticulación en 1983 con la detención de Larrinaga.
Rementería fue uno de
los deportados por Francia a Cabo Verde en 1989, tras el fracaso de las
conversaciones de Argel y al no ser solicitada su extradición a España.
Tras siete años en la
isla, huyó a Cuba en enero de 1996 y de ahí se reintegró
en la banda terrorista. En 1997, dentro del grupo Donosti, fue
responsable de varios asesinatos, como el de los concejales del PP José Luis
Caso y Miguel Ángel Blanco.
Rementería falleció el
7 de agosto de 2000 al explotar el artefacto explosivo que transportaba en un
coche con el que iban a cometer un atentado.
Consecuencia de la
explosión también murieron los etarras Ekain Ruiz Ibarguren, Zigor Aranbarri
Garamendi y Urko Gerrikagoitia.
La viuda y la
hermana de Pablo, Rosario, hicieron declaraciones al diario Hoy.es en abril de 2006.
Reconocían que la
situación de las víctimas había mejorado en los últimos años, pues ahora
existía más apoyo y más reconocimiento social.
"Antes morían como
bichitos, y los enterraban sin ningún honor" expresaba
gráficamente Rosario.
María Ángeles
declaró que ni perdonaba ni olvidaba: "No he educado a mis hijos en el
rencor, pero no puedo perdonar", señalaba, al tiempo
que mostraba su estupor porque las madres de los presos etarras se quejasen de
que no podían ver a sus hijos más que una vez al mes y no se diesen cuenta de
que los familiares de las víctimas de ETA ya no los van a ver nunca más.
"Mis hijos ni
siquiera han conocido a su padre".
A las 16:00 del
2
mayo 1986
36º ANIVERSARIO
Dos miembros de ETA asesinaban en la calle Moraza
de San Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a
JUBILADO
ENRIQUE MORENO ARGUILEA
Se acababa de bajar del autobús en el barrio
donostiarra de Amara y le dispararon un tiro en la nuca cuando se dirigía al
Bar Esnaola a jugar una partida de cartas con varios amigos.
A continuación, los terroristas huyeron a pie.
El cuerpo de Enrique quedó tendido en el paso de
cebra en medio de un gran charco de sangre. Pasadas las 15:30 horas, el juez
ordenó el levantamiento del cadáver.
Una brigada de bomberos de San Sebastián limpió
con una manguera los restos de sangre que habían quedado en el asfalto.
María Moreno Arguilea, hermana de Enrique que
residía en la misma calle donde se produjo el atentado, había pasado cinco
minutos antes por el lugar de los hechos y vio a dos jóvenes que, según sus
palabras, le dieron "mala espina".
"Uno de ellos era bajito, y el otro, más
alto y con gafas oscuras.
Estaban apostados en la tienda de
bisutería". María Moreno Arguilea se encontraba ya en su casa cuando una
vecina le dio la noticia del atentado.
"Sin saber quién era, bajé a la calle y
estuve mirando.
Como la calle estaba acordonada, pregunté a un
policía si sabía el nombre de la persona que estaba tendida en el suelo.
Cuando me dijo que se apellidaba Moreno, pensé
que era uno de mis hermanos. Salté el cordón y le vi allí, en un gran charco de
sangre".
Personas que conocían al fallecido coincidieron
en señalar que no se sabía que tuviera vinculación política alguna en la
actualidad.
Su hermana María indicó que su muerte se ha
debido a un error: "Ahora dirán que se han equivocado, después de que le
han matado". Su hermano Joaquín, de 67 años de edad
coincidió en que era una equivocación.
Efectivamente, unos
días después ETA emitía un comunicado en el que admitía que se había equivocado
de objetivo.
En un comunicado
dictado cinco días después a la redacción del diario Egin la banda asesina reconocía "su dramático
error".
ETA había
confundido a un jubilado con un policía. Hasta en cuatro
ocasiones habían intentado asesinarle, pero siempre falló algo.
Por
el atentado contra Enrique Moreno fueron condenados en 1987
Francisco
Javier Sagarzazu Mendibe
Juan
Andrés Urquizu Ormazábal
A sendas
penas de 29 años de reclusión mayor como autores materiales de un asesinato con
premeditación y alevosía.
Por la misma sentencia, fue condenado a 6 años de
prisión mayor, por complicidad en el asesinato
Juan Francisco Franco Argibay.
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