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lunes, 2 de mayo de 2022

2 MAYO

 




Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

2  mayo 1979

43º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba en Villafranca de Ordicia-GUIPÚZCOA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a los

 



guardias civiles 

ANTONIO PEÑA SOLÍS


JOSÉ MIGUEL MAESTRE RODRÍGUEZ






A las 11:30, como hacían diariamente, Antonio y José Miguel se dirigieron a la estafeta de Correos para recoger la correspondencia del cuartel.

Iban vestidos de paisano en un coche particular.

Era miércoles, día de mercado en la localidad, lo que obligaba a los coches a circular muy despacio.

Cuando el vehículo se encontraba en la calle Mayor, dos etarras le salieron al paso.

Uno de ellos, con una metralleta, se colocó delante del turismo y disparó una primera ráfaga.

Después disparó una segunda ráfaga desde el costado derecho.

A continuación se montaron en un vehículo donde les esperaba un tercer terrorista y huyeron del lugar.

El coche utilizado por los etarras fue robado como siempre a punta de pistola en Beasain a las 08:00  

Al propietario lo dejaron maniatado con una cadena en el cementerio de la localidad.

Un vecino oyó sus gritos pidiendo socorro y avisó a la Guardia Civil, que procedió a liberarle.

Antonio y José Miguel fueron trasladados a la Clínica de San Miguel en Beasain, donde ingresaron cadáveres.

Tenían más de una docena de impactos de bala en el cuerpo.

 

A las 10:45 del

2  mayo 1982

40º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba en la localidad de Ondárroa-VIZCAYA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al

 

guardia civil

PABLO FERNÁNDEZ RICO







Cuando  custodiaba la casa cuartel de esa localidad vizcaína.

Un terrorista se aproximó caminando y, cuando estuvo suficientemente cerca del guardia civil, le disparó tres tiros que le alcanzaron en el hombro, el brazo derecho y la región abdominal.

Pablo quedó recostado en el suelo, junto a un árbol, mortalmente herido.

Trasladado en una ambulancia del cuerpo a la ciudad sanitaria de Cruces en Baracaldo, falleció cuando los médicos se preparaban para intervenirle quirúrgicamente.

Un comunicado de ETA militar había declarado "blancos privilegiados" los cuarteles, comisarías y casas cuartel.

Los exteriores de esos edificios reforzaron su vigilancia en previsión de que se produjeran ataques con lanzagranadas.

El guardia civil asesinado ejercía precisamente estas funciones de vigilancia cuando fue sorprendido y asesinado por la banda terrorista ETA.

El director de la Guardia Civil, teniente general Aramburu Topete, y el general jefe de la V Zona, el general Cereceda, se trasladaron por la tarde de ese mismo domingo 2 de mayo a Bilbao para asistir al funeral que se celebró al día siguiente en el Gobierno Civil de Vizcaya.

Al funeral presidido por el ministro del Interior, Juan José Rosón, asistió su viuda, María Ángeles Carretero, que estaba embarazada de su tercer hijo.

Posteriormente, el cadáver de Pablo fue trasladado a Badajoz por vía aérea, y de ahí fue llevado por carretera a Santa Marta de los Barros, localidad natal de su viuda donde fue enterrado.

 

Por este asesinato sólo fue condenado en 1984

 

    José Ramón Larrinaga Celaya, alias Cristo, Como  encubridor de los autores materiales del asesinato, a 12 años de prisión mayor.

 

De aquellos se sabe que pertenecían al grupo Gorrochategui de ETA, que en esa época lo formaban Larrinaga, Carmen Guisasola Solozábal, alias Lourdes, y José Francisco Rementería Barruetabeña, alias Patxi Rementería.

 

El Gorrochategui actuó en las comarcas del Duranguesado y Guernica con ataques constantes a la Guardia Civil, hasta su desarticulación en 1983 con la detención de Larrinaga.

 

Rementería fue uno de los deportados por Francia a Cabo Verde en 1989, tras el fracaso de las conversaciones de Argel y al no ser solicitada su extradición a España.

 

Tras siete años en la isla, huyó a Cuba en enero de 1996 y de ahí se reintegró en la banda terrorista. En 1997, dentro del grupo Donosti, fue responsable de varios asesinatos, como el de los concejales del PP José Luis Caso y Miguel Ángel Blanco.

 

Rementería falleció el 7 de agosto de 2000 al explotar el artefacto explosivo que transportaba en un coche con el que iban a cometer un atentado.

 

Consecuencia de la explosión también murieron los etarras Ekain Ruiz Ibarguren, Zigor Aranbarri Garamendi y Urko Gerrikagoitia.

 

La viuda y la hermana de Pablo, Rosario, hicieron declaraciones al diario Hoy.es en abril de 2006.

 

Reconocían que la situación de las víctimas había mejorado en los últimos años, pues ahora existía más apoyo y más reconocimiento social.

 

"Antes morían como bichitos, y los enterraban sin ningún honor" expresaba gráficamente Rosario.

 

María Ángeles declaró que ni perdonaba ni olvidaba: "No he educado a mis hijos en el rencor, pero no puedo perdonar", señalaba, al tiempo que mostraba su estupor porque las madres de los presos etarras se quejasen de que no podían ver a sus hijos más que una vez al mes y no se diesen cuenta de que los familiares de las víctimas de ETA ya no los van a ver nunca más.

 

"Mis hijos ni siquiera han conocido a su padre".

 

 

A  las 16:00 del

2  mayo 1986

36º ANIVERSARIO

 

Dos  miembros de ETA asesinaban en la calle Moraza de San Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a

JUBILADO

ENRIQUE MORENO ARGUILEA

Se acababa de bajar del autobús en el barrio donostiarra de Amara y le dispararon un tiro en la nuca cuando se dirigía al Bar Esnaola a jugar una partida de cartas con varios amigos.

A continuación, los terroristas huyeron a pie.

El cuerpo de Enrique quedó tendido en el paso de cebra en medio de un gran charco de sangre. Pasadas las 15:30 horas, el juez ordenó el levantamiento del cadáver.

Una brigada de bomberos de San Sebastián limpió con una manguera los restos de sangre que habían quedado en el asfalto.

María Moreno Arguilea, hermana de Enrique que residía en la misma calle donde se produjo el atentado, había pasado cinco minutos antes por el lugar de los hechos y vio a dos jóvenes que, según sus palabras, le dieron "mala espina".

"Uno de ellos era bajito, y el otro, más alto y con gafas oscuras.

Estaban apostados en la tienda de bisutería". María Moreno Arguilea se encontraba ya en su casa cuando una vecina le dio la noticia del atentado.

"Sin saber quién era, bajé a la calle y estuve mirando.

Como la calle estaba acordonada, pregunté a un policía si sabía el nombre de la persona que estaba tendida en el suelo.

Cuando me dijo que se apellidaba Moreno, pensé que era uno de mis hermanos. Salté el cordón y le vi allí, en un gran charco de sangre".

Personas que conocían al fallecido coincidieron en señalar que no se sabía que tuviera vinculación política alguna en la actualidad.

Su hermana María indicó que su muerte se ha debido a un error: "Ahora dirán que se han equivocado, después de que le han matado". Su hermano Joaquín, de 67 años de edad coincidió en que era una equivocación.

 

Efectivamente, unos días después ETA emitía un comunicado en el que admitía que se había equivocado de objetivo.

 

En un comunicado dictado cinco días después a la redacción del diario Egin la banda asesina reconocía "su dramático error".

 

ETA había confundido a un jubilado con un policía. Hasta en cuatro ocasiones habían intentado asesinarle, pero siempre falló algo.

 

 

Por el atentado contra Enrique Moreno fueron condenados en 1987

   Francisco Javier Sagarzazu Mendibe

   Juan Andrés Urquizu Ormazábal

A  sendas penas de 29 años de reclusión mayor como autores materiales de un asesinato con premeditación y alevosía.

Por la misma sentencia, fue condenado a 6 años de prisión mayor, por complicidad en el asesinato

   Juan Francisco Franco Argibay.

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