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DEBEMOS OLVIDAR
A las 08:00 del
5 mayo 1982
40º
ANIVERSARIO
ETA asesinaba en
BILBAO-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
ingeniero
ÁNGEL PASCUAL MÚGICA
Director de proyectos de la central nuclear de Lemóniz.
El 5 de mayo salió conduciendo su propio
vehículo para dirigirse a las oficinas centrales de Iberduero.
En el asiento del copiloto iba su hijo Íñigo, de
dieciocho años, al que llevaba a la parada del autobús escolar.
Detrás del coche del ingeniero iban dos
vehículos con dos escoltas cada uno.
La densidad del tráfico hizo que Ángel circulase
muy despacio.
Al llegar a la altura del número 5 de la calle
Virgen de Begoña, dos terroristas se situaron en el lateral del coche, por el
lado del conductor, y abrieron fuego contra él.
Los escoltas, pertenecientes a una empresa
privada contratada por Iberduero, repelieron la agresión disparando contra los
etarras, pero éstos consiguieron huir en un automóvil que les esperaba con un
tercer terrorista en su interior.
Ángel recibió varios disparos mortales, mientras
su hijo Íñigo sufrió heridas leves en una mano.
El coche, alcanzado en la parte trasera y
costado izquierdo, y con las ventanillas destrozadas, chocó contra una tapia.
El vehículo utilizado por los terroristas fue
localizado poco después por la Policía en el barrio bilbaíno de La Cruz.
Había sido robado media hora antes de cometer el
atentado, en torno a las 7:30 horas.
Tanto en el coche usado por los etarras como en
la calle por la que iniciaron la huida, la Policía encontró restos de sangre,
lo que significa que alguno de los terroristas fue alcanzado por los disparos
de los escoltas.
Pocos días antes se había acordado la creación
del Ente
Vasco de Energía, organismo del que iba a depender la central
de Lemóniz, y el mismo día del asesinato de Ángel se constituía en Vitoria la
Sociedad de Gestión de la Central Nuclear de Lemóniz, Sociedad del Gas de
Euskadi y Ente Vasco de Energía.
El 13 de mayo la empresa rescindió los contratos
de ejecución de obras, suministros y servicios con sus contratas en la central
y sólo mantuvieron unos mínimos por seguridad y mantenimiento.
El asesinato de Ángel Pascual tuvo como
consecuencia que en septiembre el Gobierno central asumiese la intervención de
la central para la continuación y la realización de las obras por parte del
Estado.
Sin embargo, un mes más tarde el PSOE ganó las
elecciones generales y no se reanudaron las obras, que fueron paralizadas
definitivamente por el Ejecutivo de Felipe González.
La moratoria nuclear decretada en 1984 paralizó
no sólo las obras de Lemóniz I y Lemóniz II, sino también la de otras tres
centrales nucleares que se estaban construyendo en España: Valdecaballeros I y
II y Trillo I.
Lemóniz quedó convertida en una especie de
fantasmagórico monumento funerario que sirve sólo de recuerdo a las víctimas
que ETA se cobró, y especialmente para las familias de los asesinados
Sus 5 viudas
Los 17 huérfanos:
3 de
Alberto Negro
5 de
Ángel Baños
5 de
José María Ryan
4 de
Ángel Pascual.
La última víctima de Lemóniz se produjo poco
después del asesinato de Ángel.
Fue el niño de 10 años Alberto
Muñagorri, herido gravemente el 26 de junio de 1982 en Rentería
al dar una patada a una bolsa-bomba colocada por la banda en la puerta de un
almacén de Iberduero, propietaria de la central.
Alberto estuvo muchas semanas debatiéndose entre
la vida y la muerte, perdió el pie izquierdo y quedó ciego de un ojo.
Además del desastre económico y de las víctimas
que ETA provocó por la central, Lemóniz ha quedado también como un monumento
que recuerda
la claudicación de un Estado ante ETA, una cesión vergonzosa
ante una banda asesina que había fagocitado la causa antinuclear de aquellos
que se paseaban por el País Vasco con los carteles de "ETA, mátalos".
Y lo que es peor aún: alentada por esta victoria a
base de asesinatos, la banda terrorista utilizó su falsa
sensibilidad ecologista para oponerse, también violentamente, a la autovía de
Leizarán, entre Pamplona y San Sebastián, consiguiendo con
complicidades nacionalistas que se variase su trazado.
Previamente, la banda se había cobrado la vida
de cuatro personas (dos empresarios y dos policías nacionales) y había
realizado más de 200 atentados y actos de sabotaje.
En este caso, los terroristas unieron a la causa
ecologista un argumento delirante: la autopista tenía fines bélicos,
es decir, servía para que los tanques españoles llegaran antes al País Vasco en
caso de un hipotético golpe de Estado.
Su última "causa" ha sido su
frontal oposición
a la construcción del Tren de Alta Velocidad.
Su hijo Íñigo Pascual
Ramos sería años más tarde concejal de Sartaguda por el
partido Unión del Pueblo Navarro.
Entre 2003 y 2007
fue alcalde de la localidad.
Cuando en diciembre
de 2008 ETA asesinó a Ignacio Uría Mendizábal, empresario que trabajaba en la
construcción del Tren de Alta Velocidad vasco, declaró en El Correo que "cada vez que estos sinvergüenzas
cometen un asesinato, te vuelven a abrir la herida. Entonces empiezas a pensar
en la mujer y los hijos de ese señor y en lo que tú viviste en ese
momento".
A LAS 15:00 DEL
5 MAYO 1987
35º ANIVERSARIO
Moría
miembro de la Unión
General de Trabajadores (UGT) y uno de los heridos en el atentado cometido el
25 de abril de 1987 contra la Casa del Pueblo de Portugalete
FÉLIX PEÑA MAZAGATOS
Que fue
atacada con cócteles molotov.
La noche del atentado se encontraba tomando un
vino con un amigo en la Casa del Pueblo de Portugalete.
Uno de los cócteles molotov lanzados al interior
de la sede socialista le explotó junto a los pies, prendiéndole fuego en la
ropa.
Igual que Maite Torrano Francia,
que falleció tres días después, Félix sufrió gravísimas quemaduras en el 50% de
su cuerpo.
Además, tenía
quemaduras internas como consecuencia de la inhalación del humo provocado por
el incendio.
Se mantuvo durante varios días en estado muy
grave en el Hospital de Cruces de Baracaldo.
Tras experimentar una ligera mejoría en su
gravísimo estado, los médicos se animaron a intervenirle para efectuarle
injertos en el 14% de su superficie corporal el mismo día 5 de mayo.
Al final de la operación sus constantes eran
estables, pero falleció a las 14:45 horas.
La capilla ardiente con los restos mortales de
Félix Peña quedó instalada al día siguiente, 6 de mayo, en la sede socialista
de Portugalete.
El ataque a la Casa
del Pueblo de Portugalete fue cometido por un grupo de
terroristas callejeros, autodenominado Mendeku, considerado en medios de la Seguridad del Estado
como una organización que hace "los trabajos sucios a Herri
Batasuna".
5 de los integrantes del Colectivo Mendeku fueron condenados en
Fueron
José Antonio Basterra Urrutia
Carlos Ciriaco Lázaro
Miguel Ángel Guerra Falcón
José Andrés Uribarrena Ochoa
José Manuel Vázquez Centeno.
Jesús López Santa Coloma, que entonces tenía
17 años, fue condenado a 12 años de prisión menor.
Un séptimo
participante
Aitor Calvo Barreras, fue puesto a disposición del Tribunal Tutelar de Menores y absuelto posteriormente.
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