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miércoles, 13 de julio de 2022

13 JULIO

 






Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

13  julio  1980

42º aniversario

 

ETA asesinaba en Orio-Guipúzcoa-país vasco-españa, a los

 

guardias civiles

 

ANTONIO GÓMEZ RAMOS


AURELIO NAVÍO NAVÍO






Las víctimas formaban parte de un convoy de la Guardia Civil de tres vehículos, con ocho agentes a bordo, que en torno a las 14:00 horas descendían hacia el acuartelamiento desde el polvorín de Explosivos Río Tinto en Aya (Guipúzcoa), después de que otro grupo de guardias civiles les hubiesen relevado en el servicio de vigilancia en el que habían estado las veinticuatro horas anteriores.

Al llegar a las afueras de Orio, la patrulla fue sorprendida por varios miembros de la banda terrorista que, desde dos posiciones, abrieron fuego cruzado contra los vehículos.

Antes de abrir fuego, los terroristas lanzaron tres granadas de fabricación casera, una de las cuales alcanzó al primero de los vehículos, que quedó detenido en la cuneta y provocó que todo el convoy se parase.

Esta primera granada hirió de muerte de Antonio Gómez Ramos que, tambaleándose y herido, se desplomó en la carretera.

Antes, disparó hasta morir hacia uno de los puntos de donde venían los disparos. Mientras, sus compañeros, Jesús Díaz Blanco y Aurelio Navío Navío, trataron de protegerse detrás del vehículo y de responder a los disparos de los terroristas.

El segundo vehículo fue también alcanzado por una granada, quedando parado unos veinte metros por delante del primero, a la izquierda de la calzada, y sus ocupantes se apearon para repeler el ataque, que llegaba desde los dos lados de la carretera.

El tercer vehículo recibió fuego unos cincuenta metros antes del lugar donde atacaron al primer vehículo.

Los guardias civiles que les acababan de dar el relevo en el polvorín de Explosivos Río Tinto bajaron a apoyar a sus compañeros.

 

Uno de ellos alcanzó con fuego de pistola al etarra Carlos Lucio Fernández, que cruzaba en ese momento la carretera armado con un Cetme.

 

Después hirió a Ignacio Gabirondo Agote con un subfusil. 

 

Ambos terroristas fallecieron y los demás emprendieron la huida en un Seat 131 tipo ranchera.

 

Entre ellos estaba Miguel Ángel Apalategui Ayerbe, alias Apala.

 

 

En el ataque resultaron gravemente heridos los guardias civiles

 

      Francisco Villoria Villoria

 

      Ramiro Cerviño Pereiro

 

      Jesús Díaz Blanco

 

 

Que  fueron trasladados al Hospital de la Cruz Roja en San Sebastián.

 

Ramiro Cerviño narraba a El Correo (12/02/2007) que las secuelas del atentado las ha seguido arrastrando casi tres décadas después: "Tengo tres operaciones en la boca y durante veintipico años me fueron extrayendo metralla en La Coruña y en Madrid.

 

Recientemente me encontraron metralla próxima al corazón y unas esquirlas en el pulmón derecho".

 

Los cuerpos sin vida de Antonio Gómez y Aurelio Navío y de los dos etarras -que llevaban chalecos antibalas- fueron trasladados a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, de la capital donostiarra.

Tras certificarse la muerte, los cadáveres de los etarras fueron trasladados al cementerio de Polloe, mientras que los de los guardias civiles fueron llevados al Hospital Militar, donde se instaló la capilla ardiente.

Horas después del atentado llegaban a San Sebastián el general Sáenz de Santamaría y el director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete, que asistieron en compañía de otras autoridades civiles y militares a los funerales que se celebraron al día siguiente.

Durante toda la jornada del domingo, la Guardia Civil rastreó amplias zonas de Guipúzcoa en una operación en la que utilizaron varios helicópteros y perros policía. En el lugar del atentado se encontraron un fusil Cetme, una escopeta Remington y tres granadas de mano de potencia limitada fabricadas con métodos rudimentarios.

Los terroristas utilizaron para cometer el atentado un Seat 131 que habían robado a punta de pistola a las diez de la mañana en la localidad de Lasarte-Oria a Claudio Rivero, al que amenazaron de muerte si denunciaba el hecho antes de las cuatro de la tarde.

Más tarde, el propietario del vehículo fue detenido por la Policía, acusado de no haber prestado la colaboración necesaria que podría haber puesto en alerta a las Fuerzas de Seguridad.

El objetivo de esta emboscada era repetir la masacre de Ispáster del 1 de febrero de ese mismo año, en la que fallecieron seis guardias civiles.

 

La heroica y eficaz reacción de los guardias civiles hizo que la operación no tuviera el resultado que los etarras perseguían, y que dos terroristas resultasen muertos.

 

Uno de ellos, Gabirondo Agote, era uno de los más sádicos y despiadados criminales con los que contaba la banda asesina ETA, con un larguísimo historial de asesinatos a sus espaldas.

 

En marzo de 1989 la Audiencia Nacional condenó por dos delitos consumados y nueve frustrados de asesinato a dos penas de 9 años de prisión mayor y nueve penas de 3 años de prisión menor a

   Juan María Tapia Irujo

   Jerónimo Azcue Arrizabalaga

   Isidro Etxabe Urrestrilla como encubridores del atentado de Orio.

 

A las 08:45  del

13 de julio de 1983

38º  ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba a tiros en las inmediaciones de la estación del ferrocarril de la localidad  de Sopelana-vizcaya-país vasco-españa, al 


POLICÍA  NACIONAL

MANUEL FRANCISCO GARCÍA SAN MIGUEL




Cuando  regresaba a su domicilio tras acabar su servicio como conductor de un coche celular del 091 en Guecho.

Manuel se vistió de paisano antes de salir de la comisaría de Guecho, y se dirigió a la estación para coger el tren con destino a Sopelana, donde vivía con su familia desde dos meses antes.

Era un trayecto de apenas cinco kilómetros.

Al llegar a Sopelana, el policía se apeó del tren y, cuando se disponía a dirigirse hacia su domicilio, en la calle Zubike, dos individuos se le acercaron por la espalda y le dispararon dos tiros en la cabeza, provocándole la muerte casi en el acto.

Cuando estaba ya en el suelo, los terroristas lo remataron con un tercer disparo.

En el lugar del atentado se recogieron posteriormente tres casquillos marca SF, calibre 9 milímetros parabellum.

Manuel recibió los disparos en el cuello y el pecho y quedó tendido en el suelo, en mitad de un gran charco de sangre.


En el 25º  Aniversario del asesinato de Miguel Angel Blanco

25 años después nos llega un Presidente de Gobierno de España

Que esta haciendo todo lo contrario al espíritu de ERMUA

Nosotros los españoles de bien que debemos hacer para que este iluminado de Presidente de Gobierno de España, se vaya con su familia y le regalamos el  FALCON, para que se pierda y se ilumine

 

A las 12:00  del

10-13  julio  1997

25º aniversario

 

ETA secuestraba en la estación guipuzcoana de Éibar-guipúzcoa-país vasco-españa, al

 

concejal del Partido Popular, de  Ermua 

MIGUEL ÁNGEL BLANCO GARRIDO





Imponía  un plazo de 48 horas al Gobierno para que trasladara al País Vasco a los presos de ETA o, de lo contrario, lo ejecutarían.

El calvario y la agonía del concejal desencadenaron impresionantes muestras de solidaridad con él y con su familia y provocaron una auténtica catarsis social.

El calvario se inició cuando el joven concejal volvía al trabajo después de comer en casa de sus padres.

A las 15:20 horas tomó el tren en dirección a Éibar, donde estaba la empresa EMAN CONSULTING en la que prestaba sus servicios como licenciado en Ciencias Empresariales.

Nada más salir de la estación fue abordado por la terrorista Irantzu Gallastegi Sodupe, que le condujo hasta un vehículo de color oscuro estacionado en las proximidades, donde se encontraban otros 2 terroristas:

   Francisco Javier García Gaztelu

   José Luis Geresta Mujika.

Pero todo fue inútil.

50 minutos después de agotarse el plazo del ultimátum planteado al Gobierno por la banda de alimañas

El  sábado 12 de julio a las 16:50 horas, ETA cumplía puntualmente su palabra, consumándose la tragedia.

En un descampado situado entre el Hotel Chartel y el barrio de Cocheras del municipio de Lasarte (Guipúzcoa) Francisco Javier García Gaztelu efectuó 2 disparos con una Beretta del calibre 22 en la cabeza del concejal del PP, forzado a ponerse de rodillas, con las manos atadas en la espalda y sujeto por José Luis Geresta Mujika, de forma que Miguel Ángel no pudiera moverse y el asesino pudiese llevar a cabo tranquilamente la hazaña de acabar con la vida de un chico normal, un joven desarmado e indefenso.

Un acto cobarde que contrasta con la valentía de la que dio muestras Miguel Ángel en su corta trayectoria política.

Carlos Totorica, alcalde de Ermua, dijo de él que "nunca se callaba" y "que había presenciado réplicas de Miguel Ángel a concejales de HB como nunca antes había visto a nadie".

Uno de ellos, precisamente del Ayuntamiento de Éibar, fue quien facilitó la información necesaria para que lo mataran.

Se trata del concejal Ibon Muñoa Arizmendarreta.

El edil popular fue encontrado poco después por dos personas que paseaban con sus perros, maniatado, gravemente herido y con un hilo de vida.

Los dos vecinos, que reconocieron de inmediato a Miguel Ángel, avisaron inmediatamente a los servicios asistenciales, que acudieron al lugar en escasos minutos.

Una ambulancia de la DYA ofreció los primeros auxilios a Miguel Ángel en el lugar en el que fue encontrado, para trasladarlo inmediatamente a una UVI móvil del Servicio Vasco de Salud, y de ahí al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu de la capital guipuzcoana.

Tras un primer examen del herido, los médicos del hospital le practicaron un escáner para conocer el lugar exacto en el que se alojaban las balas, ya que ambas heridas presentaban orificio de entrada, pero no de salida.

La situación de los proyectiles dentro de la cabeza del concejal desaconsejó a los facultativos la intervención quirúrgica.

A última hora del día los médicos se mostraron sumamente pesimistas sobre el futuro de Blanco Garrido, que se encontraba en estado de "coma neurológico profundo".

A las 18:00 horas,  madre,  hermana,  novia y la portavoz de la familia Blanco abandonaron su domicilio familiar en Ermua para dirigirse al hospital, una vez que contaron con la confirmación del Ministerio del Interior de que la persona que había sido encontrada malherida en Lasarte era Miguel Ángel.

Su llegada al centro hospitalario fue recibida por un grupo de personas que aguardaban tras el cordón policial con una fuerte ovación de apoyo.

Mientras la atención se centraba en el hospital, las fuerzas de seguridad rastreaban las inmediaciones del barrio de Oztaran de Lasarte en busca de alguna pista que pudiera conducir hasta los autores del atentado.

Tras el hallazgo del cuerpo, un comunicante que dijo hablar en nombre de ETA avisó de la colocación de un coche-bomba en las inmediaciones de Lasarte-Oria.

Los 3 cuerpos de seguridad -Ertzaintza, Guardia Civil, Policía Nacional- acordonaron y rastrearon los alrededores en busca de un Seat Toledo azul, en el que, según algunos testigos, podrían haber huido los terroristas.

Sin embargo, la búsqueda resultó infructuosa, por lo que fuentes del Departamento vasco de Interior consideraron que el falso aviso pretendía aportar pistas erróneas a la investigación, posiblemente porque Miguel Ángel Blanco fue hallado antes de lo que los terroristas preveían.

Antes de la medianoche del 12 de julio se daba el parte médico de que Miguel Ángel acababa de morir.

Si las cuarenta y ocho horas que duró el secuestro provocaron una reacción ciudadana nunca vista, el desgraciado desenlace motivó una movilización de repulsa aún más espectacular tanto en ámbitos políticos como entre los ciudadanos.

Pocas horas después de conocerse la noticia, los partidos democráticos acordaron reunir la Mesa de Ajuria Enea para el día siguiente, mientras en Ermua, miles de personas respondieron con gritos de "Asesinos, asesinos", "Hijos de puta, hijos de puta" o "A por ellos".

Al día siguiente, domingo 13 de julio, varios concejales de Ermua llevaban del coche fúnebre al Ayuntamiento los restos mortales de Miguel Ángel, en cuyo salón de plenos se instaló la capilla ardiente por la que desfilaron miles de vecinos de la localidad, que al día siguiente, lunes 14 de julio acudieron a su entierro, también en Ermua.

El asesinato de Miguel Ángel no sólo conmocionó a los españoles, sino a ciudadanos e instituciones de todo el mundo.

Innumerables testimonios de repulsa llegaron desde fuera de España.

El Papa Juan Pablo II denunció el bárbaro asesinato del concejal popular durante la oración del Ángelus.

Por su parte el Gobierno francés, a través del primer ministro Lionel Jospin, y del presidente de la República, condenó igualmente el asesinato.

El jefe del Estado, Jacques Chirac declaró que "todo mi país está con España".

Jospin, a su vez, en un comunicado al Ejecutivo español señaló que "Francia comparte la emoción e indignación provocadas por este crimen odioso".

Asimismo el Ministerio de Asuntos Exteriores hizo palpable su repulsa por el asesinato, al que calificó de "acto cobarde e inhumano que sólo puede suscitar horror y condena".

Sin duda el asesinato de Miguel Ángel supuso un punto de inflexión de la ciudadanía, especialmente del País Vasco, ante los crímenes de ETA, y tras él surgieron numerosos colectivos y fundaciones de víctimas del terrorismo que mostraban abiertamente su hartazgo hacia la violencia.

De las movilizaciones durante el secuestro y de las posteriores al asesinato surgió el denominado "espíritu de Ermua" de contestación social al terrorismo y a sus simpatizantes que, en este caso, habían sido parte activa en el secuestro.

Sin embargo, y por desgracia, secuestrar y asesinar sí tuvo éxito, porque los efectos a largo plazo fueron justamente los contrarios, como describía fríamente Txapote: "Este tipo de ekintzas (atentados) hay que valorarlas a un año vista", comentó el etarra durante la charla que, meses después del asesinato, mantuvo con el colaborador de ETA y exconcejal de Batasuna de Ermua, Ibon Muñoa, que les había alojado en su casa mientras preparaban el secuestro y les había facilitado placas de matrícula falsificadas, además de prestarles su propio vehículo.

 

En marzo de 1999 el cadáver del etarra José Luis Geresta Mujika, alias Oker y Ttotto, que fue quien sujetó a Miguel Ángel mientras García Gaztelu le metía dos tiros en la cabeza, fue encontrado con un orificio de bala en la sien derecha en un descampado de Rentería, solo once días después de la caída de otros dos miembros del grupo Donosti.

 

Si inicialmente las hipótesis policiales y judiciales mantuvieron que Geresta se había suicidado, informes forenses posteriores no aclararon definitivamente esta circunstancia, lo que alimentó las sospechas en el entorno proetarra de que existía una "mano negra" detrás de la muerte de este etarra.

 

Un informe elaborado por el Instituto de Toxicología apuntó la posibilidad de que alguien manipulara el cuerpo del etarra inmediatamente después de su muerte, ya que le arrancaron dos muelas y le dañaron una tercera.

 

Asimismo, avaló también la tesis de que estas extracciones se pudieron producir con la intención de crear confusión sobre el suicidio.

 

Por este motivo, según el informe, las extracciones fueron realizadas instantes después de su muerte, para dar apariencia de que el cuerpo había sido torturado.

 

Las extracciones fueron hechas de manera limpia y de forma simultánea.

 

Además, a los investigadores que elaboraron este informe pericial les sorprendió el hecho de que se arrancaran dos de las muelas situadas en la parte posterior de la boca, en la zona de más difícil acceso.

 

José Antonio Saenz de Santamaría, exmilitar y asesor contra el terrorismo del Ministerio del Interior socialista entre 1986 y 1996, encuadró la muerte de Geresta como un episodio más de la guerra sucia contra ETA en una entrevista publicada por el diario La Razón el 19 de noviembre del 2001.

 

En 2003 la Audiencia Nacional condenó a

   Ibon Muñoa Arizmendarreta, concejal de Herri Batasuna en Éibar, a la pena de 14 años de prisión como cómplice de un delito de secuestro terrorista.

En julio de 2006 los terroristas

 

   Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote,

 

   Irantzu Gallastegi Sodupe, alias Amaia, fueron condenados a 50 años de cárcel por el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.

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