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DEBEMOS OLVIDAR
28 julio 1979
43º
ANIVERSARIO
ETA, en su rama
militar, asesinaba a 2 policías nacionales en Bilbao y dejaba heridos graves a
2 guardias civiles en San Sebastián, que fallecieron al día siguiente, 29 de
julio.
A media mañana del día 28, efectivos de la
Compañía de Reserva de la Policía Nacional, con base en Basauri, habían
establecido un control de carretera de los automóviles
que transitaban entre Bilbao y Erandio y Las Arenas, paralelos a la ría.
En un momento determinado, 2 integrantes del
dispositivo,
cabo
MIGUEL ÁNGEL SARO PÉREZ
agente
EMILIO LÓPEZ DE LA PEÑA
Se acercaron a un estanco situado a unos
Al salir del establecimiento, 2 o 3 miembros de ETA-m,
dispararon contra ellos desde un Renault 5, previamente robado como siempre, a
punta de pistola, que se dio inmediatamente a la fuga.
El intenso tráfico, habitual a esas horas a la
entrada del barrio de Lutxana, y una curva pronunciada entre la tienda y el
control policial impidieron que sus compañeros pudieran ver ni oír nada.
En torno a las 22:45 del
28 julio 1979
43º
aniversario
ETA ametrallaban la
casa-cuartel del barrio donostiarra de Herrera, alcanzando a 3 agentes.
2 de ellos, Moisés Cordero López y
Antonio Pastor Martín, fallecieron en la madrugada y en la tarde del
29 de julio, respectivamente, en la residencia Nuestra Señora de Aránzazu de
San Sebastián.
A
las 14:30 horas del
28
julio 1991
31º
aniversario
ETA asesinaba en Guecho-Vizcaya-país vasco-españa al,
GUARDIA CIVIL
CARLOS PÉREZ DACOSTA
HERIDOS
Agente Francisco Aguilera Granados
Al explotar
un coche-bomba al paso del vehículo particular, sin distintivos oficiales,
ocupado por los dos miembros del Instituto Armado.
El atentado se produjo en la confluencia de las
calles Santa Ana y Amaya del barrio de Las Arenas, casi en el límite del núcleo
urbano.
Los terroristas aparcaron el coche-bomba, cargado
con unos 20 kilos de explosivo y metralla, junto a una señal de stop donde el
automóvil de los guardias civiles debía detenerse, y fue activado con un mando
a distancia.
La explosión pudo escucharse desde poblaciones
próximas y alcanzó de lleno a Carlos Pérez Dacosta, que ocupaba el asiento
junto al conductor.
El otro guardia civil, Francisco Aguilera Granados,
que conducía el vehículo, resultó gravemente herido.
Fue trasladado al Hospital de la Seguridad
Social de Cruces, en Baracaldo.
Además resultaron heridos
numerosos transeúntes, tres de los cuales también tuvieron que
ser hospitalizados, y se produjeron cuantiosos daños materiales.
El vehículo empleado por los terroristas para
fabricar el coche-bomba era un taxi de color marrón, matrícula de Bilbao,
robado por dos personas a punta de pistola tres horas antes en la localidad
vizcaína de Amorebieta.
El propietario fue rescatado en el monte San
Miguel, donde había sido abandonado atado a un árbol.
ETA había
desencadenado una oleada de atentados contra los miembros
de los cuerpos de seguridad y sus familiares en vísperas de
la visita de los Reyes al País Vasco, prevista para los días 30
y 31 de julio de 1991.
2 días antes del
atentado que le había costado la vida a Carlos Pérez Dacosta, ETA había
intentado reproducir la matanza de la
casa-cuartel de Vic del 29 de mayo de 1991, haciendo estallar un
coche-bomba cargado con 60 kilos de amosal y metralla junto a la casa-cuartel
de Irún (Guipúzcoa), donde residían un centenar de
guardias civiles con sus familias.
4 agentes y 12
familiares, entre ellos algunos niños, resultaron heridos por la potente
explosión que se produjo de madrugada.
1 día después, otro
coche-bomba estallaba a las 2 de la madrugada en el barrio de Amara de San
Sebastián, al paso de un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía.
La fortuna quiso que
los agentes resultaran ilesos.
Francisco Aguilera Granados, de 21 años, era natural de Córdoba y llevaba
destinado en el País Vasco desde el 1 de noviembre de 1990.
Resultó gravemente herido, pero consiguió
recuperarse tras ser intervenido en el Hospital de la Seguridad Social de
Cruces, en Baracaldo.
Carlos Pérez Dacosta, de 22 años, era natural de San Vitero
(Zamora).
Estaba destinado en el País Vasco desde el 1 de
junio de 1990.
Al día siguiente se celebró el funeral por su
alma en la Iglesia de San José de Bilbao.
Un segundo funeral se celebró en su pueblo natal,
donde fueron trasladados sus restos mortales para ser inhumados.
28 de julio de 2001
21º ANIVERSARIO
Fallecía en Madrid-ESPAÑAel,
abogado y general de
Brigada del Ejército
JUSTO OREJA PEDRAZA
1 mes
después de que resultase gravemente herido por la explosión de un artefacto
explosivo alojado en una bicicleta y activado por el etarra Aitor García
Aliaga.
El 28 de junio hacia las 08:30 horas, Oreja
Pedraza salió de su domicilio en la calle López de Hoyos de Madrid para
dirigirse al garaje donde le esperaba un soldado en el coche oficial.
Cuando apenas había recorrido unos metros, el estallido
del artefacto explosivo le impactó de lleno.
Su esposa y el menor de sus cuatro hijos, que
iban a salir de casa con él pero que a última hora cambiaron de planes, bajaron
a la calle en cuanto oyeron la explosión.
Un vecino explicó que un joven depositó una
mochila en una bicicleta tipo mountain bike, que estaba apoyada sobre una
farola, y se marchó de allí a toda prisa.
1 o 2 minutos después se produjo la explosión del
artefacto que, según las primeras investigaciones, estaba compuesto por unos 4
kilos de dinamita.
La explosión le provocó graves quemaduras en la
mitad de su cuerpo.
Además, la onda expansiva, que lo lanzó contra
la pared de una sucursal del BBVA cuyos ventanales quedaron destrozados, le
causó traumatismo craneoencefálico y ocular, fractura de muñeca y contusión
pulmonar.
El soldado que cada día recogía al general lo
trasladó en el coche oficial hasta el Hospital de La Paz.
Por la tarde, el general Justo Oreja fue
trasladado a la Unidad de Quemados Críticos.
Tras 1 mes de agonía, falleció
en ese centro sanitario por un fallo multiorgánico.
Otras 19 personas que se
encontraban en las inmediaciones del lugar de la explosión resultaron heridas
de diversa consideración.
13 fueron hospitalizadas, pero la mayoría
recibió el alta médica durante las horas siguientes.
Por la noche únicamente permanecía
hospitalizada, además del general Oreja, una mujer que tenía múltiples
erosiones en la cara y en las extremidades.
La onda expansiva provocó, además, daños en unas
setenta viviendas de una veintena de bloques, que se
vieron afectadas sobre todo con la rotura de cristales y persianas pero sin que
resultaran dañadas las estructuras de los edificios.
6 horas y media después de la explosión de la
bicicleta-bomba, los terroristas hicieron estallar en una calle próxima un
artefacto colocado en el coche que utilizaron para huir del lugar del atentado.
Cuando los Tedax inspeccionaban el vehículo,
encontraron un 2º artefacto explosivo sin estallar que, muy probablemente, era
una bomba-trampa con la que los asesinos de la banda quisieron asesinar a más
policías.
El automóvil, un Peugeot 405, fue robado en el mes
de marzo en el barrio madrileño de Moratalaz, lo que afianzaba las sospechas
policiales de que ETA disponía de cierta infraestructura en Madrid capital
y probablemente también en localidades de la sierra norte de la comunidad.
En
2006 la Audiencia Nacional condenó a sendas penas de 323 años de cárcel a
Ana Belén
Egüés Gurruchaga
Aitor
García Aliaga
Detenidos en noviembre de 2001 minutos después de
cometer un atentado contra el secretario general de Policía Científica del
Ministerio de Ciencia y Tecnología, Juan Junquera, que
resultó herido leve.
La detención fue posible gracias a la colaboración
de un ciudadano que sospechó de ellos y les siguió, dando aviso a la Policía.
La sentencia consideró hechos probados que los dos
etarras habían vigilado los hábitos del general Oreja Pedraza y colocaron la
bicicleta-bomba junto al número 134 de la calle López de Hoyos de Madrid, bomba
que fue activada por Aitor García Aliaga mediante un mando a distancia.
En diciembre de 2010,
la Audiencia Nacional condenó por este mismo asesinato al etarra
Juan Luis Rubenach Roig, mientras que el
segundo acusado
Gorka Palacios Alday, fue absuelto por
falta de pruebas. En su sentencia, la sección tercera de la
Sala de lo Penal considera que la participación de Rubenach en estos hechos ha
quedado "plenamente probada" (se encontraron huellas suyas en un
vehículo utilizado en el atentado), pero no así la de Palacios, porque no
existe "un dato fáctico que corrobore" su intervención.
Gorka Palacios cumple
una condena de 83 años por el asesinato del policía nacional Luis Ortiz de la Rosa.
El fiscal Pedro Rubira
reclamaba para los dos acusados 319 años y como prueba contra Palacios esgrimió
únicamente las declaraciones policiales de los integrantes del grupo Buru Ahuste
de ETA, Ana Belén Egüés y Aitor García Aliaga, ya condenados en 2006.
Rubenach y Palacios fueron entregados por Francia en marzo de 2010 en virtud de la reclamación del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional por varios delitos terroristas, entre ellos asesinato, lesiones y estragos.
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