Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
Minutos
antes de llegar a la 00:00 del
12
octubre 1975
47º
ANIVERSARIO
ETA asesinaba en Villarreal-Álava-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a 15 k de
Vitoria, al
taxista
GERMÁN AGUIRRE IRASUEGUI
Disparándole 3 tiros en la nuca.
Faltaban escasos
momentos para que finalizara el Día del Pilar cuando los habitantes de
Villarreal de Álava escucharon ocho fuertes detonaciones.
En un primer momento
creyeron que se trataba de salvas practicadas por agentes de la Guardia Civil,
como homenaje a su patrona, tal y como había sucedido en años anteriores.
Sin embargo, los
guardias civiles del cuartel de Villarreal no habían realizado ningún disparo,
a causa del luto que había sido decretado a nivel nacional para ese día entre
los miembros de la Benemérita por el asesinato el 5 de octubre
de tres guardias civiles en el santuario de Aránzazu
Rápidamente, los
agentes del Instituto Armado iniciaron una búsqueda para localizar al autor de
los disparos y encontraron el cuerpo de Germán Aguirre a menos de quinientos
metros del cuartel, en la zona de los lagos artificiales de Álava.
El hombre había
recibido tres disparos en la nuca que le habían provocado la muerte
instantánea, y yacía tumbado en el suelo cerca de su propio vehículo.
El taxi, un Seat 132
de color rojo, se había internado en la península de Sabalaín, cerca del
embalse de Santa Engracia, a través de un camino sin salida que conducía
directamente al agua.
Por este motivo los
agentes de la Guardia Civil sospecharon desde el primer momento que los
asesinos de Germán Aguirre le habrían obligado a tomar esa dirección bajo
amenazas o coacciones.
Inicialmente las
sospechas recayeron sobre ese cliente, por lo que los compañeros de Germán
Aguirre fueron interrogados al respecto por la Guardia Civil, para intentar
aportar datos sobre aquél, durante la madrugada del lunes 13.
A lo largo de la
noche se ordenó el traslado del taxi al cuartel de la Benemérita en Villarreal.
Horas después, por la mañana, en el lugar donde había sido encontrado el
cadáver todavía podía verse un gran charco de sangre.
La investigación fue
dirigida desde el primer momento por el teniente coronel Antonio Tejero Molina,
que en aquellos momentos ejercía como jefe de la Comandancia de la Guardia
Civil en Vitoria, y no se facilitaron datos a la prensa sobre las posibles
pistas que se estaban siguiendo para localizar a los responsables del atentado.
Sin embargo, la profesión de taxista,
ejercida por Germán, sería con frecuencia vista a los ojos de ETA como una
fuente de confidentes de la que se nutrirían las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado.
En el caso de Germán Aguirre, diecisiete años después de su fallecimiento, en 1992, le fue incautada documentación al etarra José Luis Álvarez Santacristina, alias Txelis, que justificaba el asesinato del taxista por considerarlo confidente policial.
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