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DEBEMOS OLVIDAR
El 23 de octubre de 1980,
en un lapso de tiempo de apenas 14 horas, la banda terrorista ETA asesinaba a 3
personas:
En
San Sebastián
Elgóibar
Amorebieta
Un día sangriento
del año más sangriento de la banda, con casi un centenar de víctimas mortales.
El
primero de ellos, el delegado de Telefónica en San Sebastián
A las 14:30 horas
del
23 octubre 1980
42º ANIVERSARIO
delegado de Telefónica en San Sebastián
JUAN MANUEL GARCÍA
CORDERO
Fue secuestrado poco después de las siete de la
mañana cuando salió de su domicilio en el barrio de Gros de la capital
donostiarra para dirigirse a su trabajo en la delegación de Telefónica en el
barrio de Amara.
Al no
llegar al mismo, sus compañeros se extrañaron, porque Juan Manuel era una
persona muy puntual.
El
subdelegado de Telefónica llamó al domicilio de García Cordero y uno de los
hijos le confirmó que su padre había salido a la hora habitual.
A partir
de ese momento saltaron las alarmas, se hicieron gestiones
en distintos hospitales, por si hubiese ingresado en alguno de ellos, y
comunicaron a la Policía su desaparición.
Enseguida
se localizó el vehículo de Juan Manuel García Cordero, cerca de su domicilio,
por lo que se supuso que podría haber sido secuestrado nada más salir de casa.
El
cuerpo de la víctima, que presentaba un disparo en la sien, había sido
abandonado sentado junto a un tronco en un paraje rodeado de pinos, al final de
un camino que parte de los restaurantes que existen en la zona.
De
hecho, el asesinato de Juan Manuel vino precedido de varias amenazas contra
Telefónica.
Aunque los
asesinos de Juan Manuel García Cordero no han sido juzgados, uno de los que
participaron en el secuestro previo a su asesinato fue
Jesús Ricardo Urteaga Repullés,
alias Txetxu, que también
es presunto autor material del asesinato, pocas horas después, del político
Jaime Arrese Arizmendiarrieta.
Ahora
notamos el acercamiento de la sociedad" y reconoció que "es demasiado
difícil perdonar, cuando nadie pide perdón, pero, a pesar de
todo, queremos creer en el futuro con mayúsculas e imaginar una Euskadi en paz,
despreciando la violencia y defendiendo el derecho a la vida (...)
Fue muy impactante.
Era la primera vez
que un terrorista me pedía perdón (...) Yo me
había asegurado previamente de que no habría remuneración ni beneficios
penitenciarios para él.
No estaba dispuesto a
ser un tonto útil al servicio de ninguna causa (...) Le puse delante la realidad de las víctimas.
Le mostré que cada asesinato suponía una familia
rota, amigos destrozados... En mi caso, por ejemplo, mi padre tenía una mujer y
siete hijos.
Le conté las trayectorias de cada uno, cómo nos
había afectado, cómo me impactó a mí, con 19 años y empezando a vivir...
Me contó la anécdota de un compañero que iba a
matar a un periodista y, tras cruzar su mirada con él, fue incapaz de hacerlo
(...)
Iñaki también dio su
opinión sobre si esta experiencia debería generalizarse con el resto de las
víctimas y tiene claro que su participación en este programa de acercamiento de
víctimas y asesinos puede haber herido a otras víctimas:
No lo sé. Perdonar es un acto estrictamente
personal. Una víctima no está obligada a perdonar.
Es humano y perfectamente comprensible que haya
gente que no quiera participar en un proceso de estos.
Pero yo creo que un terrorista sí está
obligado a reconocer el daño causado y a solicitar el perdón;
creo que es una condición indispensable para construir la convivencia.
Ojalá hubiera más presos de ETA que transitaran por
ese camino (...) Puede resultar hiriente para algunos que
yo, víctima del terrorismo, diga que es bueno descubrir el lado humano de un
terrorista, pero así es (...) Ninguna víctima está obligada a hablar con un
terrorista. Quien se acerque a esto tiene que hacerlo convencido,
sin pensar en quién va a ganar o perder con esto. Hay víctimas que creen que
una experiencia de este tipo ahondaría en su sufrimiento. No es mi caso (...)
Vi a una persona consciente del daño causado que pedía perdón. Y ante eso no
puedes sentir odio. Si esa entrevista hubiera sido con el asesino de
mi padre quizá hubiera sido más difícil, pero el odio yo lo
tengo superado (...) Hay que mirar al pasado, pero también al futuro. No se
puede conducir un coche mirando solo el retrovisor porque no ves lo que viene.
Fue un acto libre, sin presiones ni
contraprestaciones, que dos personas llevaron a cabo.
Me ha servido a mí y creo que puede servir a la
sociedad en la que vivo.
Me fascina cuando en
los medios siguen apareciendo noticias sobre rencores de la Guerra Civil.
23 octubre 1980
42º aniversario
Casi a la misma hora
en la que aparecía el cadáver de Juan Manuel García Cordero, ETA asesinaba en
Elgóibar-Guipúzcoa-PAÍS
VASCO-ESPAÑA a
Miembro de la Comisión Ejecutiva Provincial de UCD y
exalcalde de la localidad.
JAIME ARRESE ARIZMENDIARRIETA
Sobre las 14:40
horas tomaba café, como todos los días, en el Bar Iriondo de la localidad
guipuzcoana cuando entraron dos individuos que apartaron de un manotazo a uno
de los clientes y dispararon siete tiros contra Arrese Arizmendiarrieta, dos de
los cuales le dieron en la cabeza y otros dos en el tórax.
Arrese quedó tendido
sobre la barra del local, sangrando en abundancia.
El atentado se
desarrolló con gran rapidez, y sólo los clientes que vieron las armas tuvieron
tiempo de arrojarse al suelo cuando escucharon las detonaciones.
Los pistoleros
salieron del establecimiento y se montaron en un coche robado como siempre, con
el que emprendieron la huida hacia la carretera general Bilbao-San Sebastián.
Por el asesinato de
Jaime Arrese Arizmendiarrieta fue condenado en 1990 por la Audiencia Nacional
Juan Carlos Arruti Azpitarte a 29 años de
prisión.
Otro de
los presuntos asesinos de Arrese es
José Ricardo Urteaga Repullés,
alias Txetxu, que también
participó en el secuestro previo al asesinato de Juan Manuel García Cordero.
Fue
detenido por última vez en Francia en marzo de 1984 y, al salir de la cárcel,
en mayo de ese año, fue expulsado por el Gobierno galo a Caracas.
España
acordó el 21 de junio de 1996 solicitar a Venezuela su extradición, acusado de
haber participado en el asesinato del dirigente de la UCD, Jaime Arrese
Arizmendiarrieta.
Sin
embargo, Urteaga Repullés sigue beneficiándose de la negativa del Gobierno de
Hugo Chávez a entregar a los asesinos de la banda que viven en su país.
Txetxu es uno de los
cincuenta etarras que, en 2011, sigue viviendo tranquilamente en Venezuela,
protegido por el régimen de Chávez y contratado en el INTI, Instituto Nacional
de Tierras.
Hacia las 21:15 del
23 octubre 1980
42º
ANIVERSARIO
Unas horas después ETA
volvía a asesinar, esta vez en Amorebieta-Vizcaya-PAÍS
VASCO-ESPAÑA, al
profesor
de Formación Profesional
FELIPE ALEJANDRO EXTREMIANA UNANUE
Dos terroristas dispararon contra él cuando
acababa de aparcar su automóvil, un Chrysler de color amarillo, en un callejón
de la calle General Mola, frente a la escuela de la localidad.
Los etarras, que le
estaban esperando, se dieron a la fuga en un vehículo conducido por un tercer
individuo.
En 1983 la Audiencia Nacional condenó a
Juan
José Larrinaga Echevarría
Juan Antonio Urrutia Aurteneche
Fernando Iraculis Albizu, miembros del grupo
Kioto de ETA, a sendas penas de 26 años de reclusión mayor.
En la
misma sentencia se les condenó también por el asesinato meses antes, el 24 de
marzo, de Dámaso Sánchez Soto.
Juan
Antonio Urrutia Aurteneche, más conocido como Jon, se acogió a medidas de reinserción,
lo que le permitió ahorrarse 18 años de cárcel. Está en libertad desde 1992 y
vive en Amorebieta, donde desarrolla una vida laboral y personal absolutamente
normal.
Otro de los etarras
imputados por el asesinato de Felipe Extremiana es
Miguel Ángel Aldana Barrena, autor de
dieciocho asesinatos y participante en más de treinta atentados.
Forma parte de la
numerosa colonia de etarras que vive en Venezuela protegida y amparada por Hugo
Chávez.
Hacia las 23:30 horas del
23 octubre 1991
31º
ANIVERSARIO
ETA asesinaba a
tiros en un bar de San Sebastián-PAÍS
VASCO-ESPAÑA, a los
guardias
civiles
EDUARDO SOBRINO GONZÁLEZ
JUAN CARLOS TRUJILLO GARCÍA
Los agentes se
encontraban apurando un café en el Bar El Puente, en el barrio de Eguía de la capital
donostiarra, un local frecuentado por miembros de la Benemérita destinados en
el cuartel de Inchaurrondo.
En ese momento, dos
miembros de la banda les tirotearon por la espalda a través de las cristaleras
que separan el bar de la calle del Río Deba, después de haber roto con las
culatas de sus armas los cristales.
Eduardo
Sobrino y Juan Carlos Trujillo desempeñaban funciones de
vigilancia de edificios públicos como miembros de la
Unidad Núcleo de Servicios.
En agosto
de 2008 Francia entregó temporalmente al asesino de la banda Juan Antonio
Olarra Guridi, alias Juanvi, Jon, Jokin y Fede. Entre otros muchos asesinatos, en los que unas veces
actuó como cerebro dando las órdenes y otras como ejecutor, se le considera
presunto autor material del atentado que acabó con la vida de Eduardo Sobrino y
Juan Carlos Trujillo.
Anteriormente
fue también entregado a España temporalmente en 2006, y posteriormente en
agosto de 2010 para rendir cuentas ante la justicia de nuestro país.
El etarra acumula penas que suman cerca de 1.400 años de cárcel por su participación en múltiples asesinatos
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