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DEBEMOS OLVIDAR
A las 19:30 del
29 octubre 1974
48º
ANIVERSARIO
El etarra Ignacio Iparraguirre A seguinolaza,
alias Iporra, asesinaba en
San Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
sargento
de la Guardia Civil
JERÓNIMO VERA GARCÍA
Cuando, acompañado
del agente Tránsito Jubete Rojas, procedían a identificarlo por resultarles
sospechoso.
Tanto el sargento
Vera García como el agente que le acompañaba participaban en una investigación
conjunta de la Guardia Civil y la Policía sobre las
actividades de miembros de la banda terrorista ETA, mes y medio después de que
la banda hubiese cometido su primera masacre en
la cafetería Rolando de la calle Correo de Madrid.
De resultas de esas
investigaciones la Guardia Civil tenía información de que un miembro de la
banda terrorista se encontraba en el barrio de Trincherpe, colindante con el
municipio de Pasajes.
Hacia las 19:30
horas ambos se trasladaron a dicho barrio a fin de comprobar la veracidad de la
información y vieron a un individuo, que les resultó sospechoso por su actitud
y muestras de nerviosismo, en la calle que desemboca en el puerto de Pasajes.
Decidieron someterlo
a vigilancia pero, al comprobar que se alejaba de la zona, le dieron el alto y
le pidieron que se identificase.
En ese momento
Iparraguirre Aseguinolaza sacó una pistola y disparó contra el sargento Vera,
que resultó herido en el pecho.
Pese a ello, los dos
guardias civiles respondieron al ataque disparando contra el etarra, al que
también hirieron.
El sargento Vera García paró un coche particular
y pidió que le llevasen al Hospital Militar, donde falleció dos horas y media
después.
El terrorista fue también trasladado en un coche
particular a otro hospital, falleciendo a las 22:30 horas.
El etarra estaba huido en Francia desde
diciembre de 1973.
Hacia
las 23:30 del
29
octubre 1978
44º ANIVERSARIO
ETA asesinaba en la localidad de Urnieta-GUIPÚZCOA-PAÍS
VASCO-ESPAÑA, al
Miembro de la Gestora pro Amnistía de Andoain.
IGNACIO OLAIZ MICHELENA
Su cuerpo fue encontrado por la Guardia Civil a
las cinco de la madrugada del 30 de octubre en el interior de su coche
abandonado en la cantera San José, en el término municipal de Urnieta.
Ignacio Olaiz había estado hasta las diez y
media de la noche con unos amigos en San Sebastián, de los que se despidió para
dirigirse a su domicilio en Andoain, al que nunca llegó.
Hacia las 23:30 la Guardia Civil fue alertada
por el guarda del almacén de maderas Lasa y Lecumberri próximo al lugar en el
que apareció el cadáver.
El guarda había escuchado dos series de disparos
y llamó por teléfono al cuartel de Andoain.
Varios agentes de la Guardia Civil se dirigieron
al lugar, pero la intensa niebla impidió encontrar el cuerpo de Olaiz
Michelena, por lo que se tuvo que reanudar la búsqueda a primera hora de la
mañana.
En los primeros momentos nadie dudó de que el
asesinato había sido obra de algún grupo de extrema derecha, dado
que Ignacio era un miembro destacado de la Gestora pro Amnistía de su
localidad.
En ese comunicado ampliatorio, ETA militar
aseguraba que conocía la identidad de muchas personas que
trataban de infiltrarse en la banda y que correrían la
misma suerte que Olaiz Michelena si persistían en sus intentos de infiltración.
De hecho, el asesinato de Olaiz llevaba preparándose
desde el verano, cuando la cúpula de ETA dio órdenes a un grupo
de la banda de que investigasen sus hábitos y costumbres para atentar contra
él.
En dos ocasiones fallaron los intentos de
asesinarlo.
Decidieron seguirlo hasta las inmediaciones de
su domicilio, situado enfrente del cuartel de la Guardia Civil, y, cuando se
disponía a aparcar su vehículo, fue abordado por varias personas armadas que se
introdujeron en el mismo y lo obligaron a dirigirse hasta la cantera de
Urnieta, donde lo asesinaron.
En el lugar de los hechos se recogieron diez
casquillos de bala del calibre
El automóvil propiedad de la víctima presentaba
también dos impactos de bala, que se habían disparado desde dentro hacia fuera.
El escepticismo con el que se recibió la información
dio paso al desconcierto más absoluto cuando se
pudo confirmar la responsabilidad de ETA, y a una psicosis de
temor en el entorno de la banda ya que, de ser cierta la
acusación de los milis, la Policía podría contar en esos momentos con una
información de primera mano de personas próximas a sectores radicalizados de la
izquierda proetarra.
La reacción espontánea de uno de los miembros de
la Gestora pro Amnistía de Andoain, precisamente la última persona que vio con
vida a Ignacio Olaiz, fue la de una dura crítica a ETA militar nada más conocer
la reivindicación. "ETA militar tendrá que justificar bien esto,
porque Iñaki Olaiz no podía ser un chivato.
Era una de las personas que más trabajaban en la
gestora. ETA se equivocó una vez y se le perdonó, pero como se haya equivocado
otra vez ya veremos lo que pasa".
En
febrero de 1982 la Audiencia Nacional condenó a
José Luis
Martín Elustondo, miembro del grupo Gamboa de ETA, a 27 años de reclusión mayor
por el asesinato de Ignacio Olaiz.
Por la misma sentencia fue condenado a 6 años de
prisión menor
Joaquín
Zubillaga Artola, como cooperador necesario por encubrimiento.
El mismo año, en diciembre, fue condenado también
a 6 años de prisión menor
José
Ignacio Goicoechea Arandia como cómplice. Su abogado era Miguel Castell.
Los tres fueron detenidos el 30 de marzo de 1981
junto a María Pilar Lazkano Otegui.
A las 23:00 del
29 octubre 1980
42º
ANIVERSARIO
ETA cumplía las
amenazas que los Comandos Autónomos Anticapitalistas habían hecho en el
comunicado de reivindicación del asesinato seis días antes de Juan Manuel García
Cordero, delegado de Telefónica en Guipúzcoa, asesinando en San
Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
encargado
de la sección de publicidad de las páginas amarillas de la empresa Citesa, una
filial de Telefónica, además de ser copropietario del Bar Kopos en la capital donostiarra.
JUAN CARLOS FERNÁNDEZ AZPIAZU
Que trabajaba como encargado de la sección de
publicidad de las páginas amarillas de la empresa Citesa, una filial de
Telefónica, además de ser copropietario del Bar Kopos en la capital
donostiarra.
Esa noche Juan Carlos se encontraba en el bar
hablando con uno de sus socios cuando dos encapuchados de la banda entraron en
el local y lo tirotearon hasta la muerte.
Seguidamente huyeron a pie hasta el paseo de los
Fueros, donde les esperaba otro terrorista.
El asesinato de Juan Carlos Fernández Azpiazu fue
cometido por el grupo Txirrita de ETA, parte de cuyos
miembros fueron detenidos en enero de 1981.
Los integrantes del Txirrita puestos a disposición
judicial eran el religioso capuchino Fernando Arburúa Iparraguirre,
responsable del grupo; Manuel Ostolaza Alcocer, Rufino
Echeverría Arbelaiz, Luis María de Marcos Olaizola; José
Antonio Ochoa de Alaiza Azpiazu, Martín Zabaleta González y Eusebio Arzalluz
Tapia.
Estos dos últimos, acusados de pasar información
al resto para cometer atentados.
Los etarras se
confesaron autores de tres asesinatos, entre ellos el de Juan Carlos Fernández
Azpiazu, cometido por Rufino Echeverría Arbelaiz y Juan Manuel
Gaztelumendi Iribarren, huido en ese momento
Sin embargo, Rufino
Echevarria fue absuelto por falta de pruebas en noviembre de 1982.
Posteriormente sería
detenido en 2002 por orden del juez Garzón, junto a otros diez miembros de
Batasuna a los que se acusaba de tener vinculaciones con la banda terrorista,
aunque en enero de 2010 quedó desvinculado de la causa de
Bateragune "habida cuenta de la inconsistencia de los
indicios que existen en su contra" (auto de la Audiencia Nacional de 25 de
enero de 2010).
A
las 10:20 del
29
octubre 1988
34º ANIVERSARIO
ETA asesinaba en Bilbao-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
policía nacional
CRISTÓBAL DÍAZ GARCÍA
Mientras hacía guardia en la entrada de la comisaría de
Santuchu.
Su turno había terminado, pero un compañero que
estaba de guardia le pidió que le relevara en su puesto un momento.
El asesinato lo cometió un
francotirador de la banda que disparó un solo tiro a casi
doscientos metros de distancia realizado con un fusil
provisto de mira telescópica.
El autor de los disparos estaba situado en un
descampado separado de la comisaría por la autovía de San Sebastián.
El pistolero de la banda estaba acompañado por
otras tres personas, dos hombres y una mujer, que se dieron a la fuga en un coche
robado como siempre
AUNQUE A DÍA DE HOY NO HA SIDO JUZGADO NI CONDENADO NINGÚN ASESINO DE LA BANDA TERRORISTA ETA POR ESTE ATENTADO
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