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sábado, 10 de diciembre de 2022

10 DICIEMBRE

 





Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

 

 

 

 

A las 11:00  del

 

10  diciembre  1995

 

27º  aniversario

 

 

ETA, asesinaba en Isasondo-Guipúzcoa-país vasco-españa, a los

 

 

Agentes  de la Ertzaintza

 

 

JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VILLANUEVA



 

IGNACIO MENDILUCE ETXEBERRI






Los dos agentes asesinados no figuran, incomprensiblemente, como víctimas de ETA en los listados oficiales del Ministerio de Interior, pero sí en el libro Vidas Rotas 

 

Mikel Otegi había tenido horas antes un enfrentamiento con otro agente de la Policía Autonómica al que golpeó y llamó despectivamente zipayo, término que los proetarras utilizaban para referirse a los ertzainas en alusión a las tropas nativas que ayudaron a los ingleses en la India.

 

A continuación se dirigió a velocidad excesiva y "de un modo llamativo por lo irregular" al caserío Oteizabal donde vivía.

 

Su extraña forma de conducir llamó la atención de una patrulla de la Ertzaintza compuesta por los agentes José Luis González Villanueva e Ignacio Mendiluce, que prestaban servicio de rutina en la zona.

 

Cuando Otegi, que ya había sido anteriormente detenido por desórdenes públicos en el pueblo de Ordicia, vio que los dos agentes entraban en el caserío, pensó que iba a ser detenido de nuevo así que, utilizando una escopeta de caza, disparó de forma inesperada contra los dos ertzainas, por la espalda y a menos de dos metros de distancia.

 

Los dos agentes no tuvieron posibilidad de reaccionar y murieron en el acto.

 

Mikel Otegi militaba en Jarrai desde hacía al menos cinco años, ya que había tomado parte como delegado en el cuarto congreso celebrado por dicha organización proetarra en Zuaza (Álava) en mayo de 1990.

Óscar Aldaya, hijo del empresario vasco José María Aldaya, que en esos momentos estaba secuestrado por ETA, acudió al funeral por el alma de Ignacio Mendiluce, del que era amigo.

 

El 13 de diciembre, tres días después del atentado y dos después de que ETA cometiera una masacre en el madrileño barrio de Vallecas, el parlamentario de Herri Batasuna Kepa Landa responsabilizaba al Gobierno de la matanza de Madrid y acusaba a Juan María Atutxa y a la dirección del PNV de ser a su vez responsables de la muerte de los dos ertzainas.

El hecho de que Otegi fuese miembro de Jarrai tuvo como consecuencia que el asesinato de los dos ertzainas, en un principio, no fuese considerado un atentado terrorista.

Por ese motivo, tras ser detenido y encarcelado, fue juzgado por un jurado popular en San Sebastián, hecho que provocó una gran polémica.

En un fallo vergonzoso, el 6 de marzo de 1997 el tribunal dictó una sentencia absolutoria por considerar que el asesino no era "en absoluto" dueño de sus actos cuando disparó contra los dos agentes.

Cinco días después de ser absuelto, Otegi fue puesto en libertad.

Para cuando el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anuló el juicio y dictaminó que se repitiera la vista oral, lo que dio lugar a un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, Mikel Otegi había huido y fue imposible localizarlo.

El 7 de julio de 1997 fue declarado prófugo y se dictó una orden de busca y captura a Interpol.

Años después, en 2005, la Audiencia Provincial de Guipúzcoa decidió que el nuevo juicio debía ser competencia de la Audiencia Nacional.

En virtud de esta decisión, en abril de 2007 la Fiscalía solicitó al magistrado Baltasar Garzón que procesase a Otegi porque había suficientes indicios para probar el delito de asesinato, en concurso con otro de atentado, y de un segundo delito de favorecimiento de la actividad terrorista.

El fiscal señaló que el asesino actuó "guiado por el sentimiento de hostilidad hacia la institución [la Ertzaintza] originado por su pertenencia a movimientos próximos a la organización terrorista y movido por el ánimo de coadyuvar a los fines de ETA".

Al mismo tiempo, la Fiscalía solicitaba que se activase el mecanismo para la entrega a España de Otegi, que en esos momentos se encontraba cumpliendo una condena de 7 años de cárcel en Francia, donde fue detenido en 2003, por un delito de pertenencia a ETA.

La extradición se hizo efectiva en septiembre de 2009.

En junio de 2011 la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó para Otegi 70 años de cárcel por el asesinato de los dos ertzainas.

Días después del asesinato de los dos agentes, y mientras miles de vecinos de Ordicia se manifestaban para protestar por el mismo, la Ertzaintza tuvo que impedir que, en las inmediaciones, simpatizantes de Herri Batasuna homenajearan al autor del doble asesinato, Mikel Otegi.

Medio millar de jóvenes de la comarca del Goyerri denunciaron "el acoso al que se ven sometidos por la Ertzaintza".

Los manifestantes corearon consignas a favor del presunto asesino tales como "Mikel, herria zurekin" ("el pueblo está contigo").

Ante estas muestras de evidente exaltación del terrorismo, un familiar de Iñaki Mendiluce expresó sus sentimientos de esta forma:

Oyes arropar al asesino de tu hermano y sientes algo dentro difícil de describir.

 

Sé que tengo que pensar que soy una persona civilizada, pero es increíble el dolor tan profundo que se puede llegar a sentir.

 

La Policía Autonómica vasca había sido objeto de muchos ataques por parte de miembros de Jarrai, las juventudes proetarras, con los que la justicia ha sido muy benevolente.

 

Uno de los más graves fue el sufrido meses antes del asesinato de González Villanueva y Mendiluce Etxeberri, en marzo de 1995 en Rentería, cuando cinco integrantes de este cuerpo policial resultaron gravemente heridos al penetrar un cóctel molotov lanzado por los jóvenes proetarras en la furgoneta en la que se encontraban, que quedó convertida en una bola de fuego.

 

Otra vez, la benignidad de los jueces contra estos terroristas hizo que Aitor García Sánchez, Unai Erquis y Jon Ander González fueran condenados a sólo 6 años de cárcel, frente a los 350 que pedía el Fiscal por cinco asesinatos frustrados.

 

Uno de los ertzainas heridos, Jon Ruiz Sagarna, testificó en el juicio, quedando patente la brutalidad del ataque, como recogió Aurora Intxausti en su crónica para El País:

 

El ertzaina Jon Ruiz Sagarna, cuyo cuerpo resultó quemado en un 55%, compareció en el Palacio de Justicia con atuendo deportivo, bajo el que lleva desde hace meses un traje especial que le protege las quemaduras.

 

De su rostro sobresalían al exterior los ojos, la nariz y a boca, ya que el resto está cubierto por una malla de color carne, similar a la que utilizan los corredores de Fórmula 1, que tapaba con una visera.

 

El aspecto que presenta el agente de la Policía vasca un año después del atentado dejó impresionados a los miembros del tribunal, que fueron los únicos que pudieron verle.

 

El ertzaina declaró que sufre altibajos en su estado anímico porque "es difícil salir adelante con el aspecto que tengo".

 

Ruiz Sagarna relató ante la Sala que estuvo un mes entre la vida y la muerte y permaneció cinco más internado en el hospital de Cruces.

 

"Me han realizado seis intervenciones quirúrgicas y son muchas más las que tienen que hacerme.

 

Realmente, yo creo que los médicos no saben por dónde empezar a practicarme la cirugía plástica", relató.

 

El agente está en tratamiento psiquiátrico y acude semanalmente a un especialista.

 

"Con el aspecto físico que tengo no creo que en los próximos años pueda hacer una vida normal", se lamentó.

 

Ruiz Sagarna era el conductor de la furgoneta que el 24 de marzo de 1995 fue atacada con cócteles molotov por unos encapuchados en Rentería (Guipúzcoa).

 

Finalmente, en enero de 2008 le fue concedida a Jon Ruiz Sagarna la invalidez absoluta, trece años después del brutal ataque.


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