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jueves, 15 de diciembre de 2022

15 DICIEMBRE

 




Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

A mediodía del

15  diciembre  1983

39º  ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba en San Sebastián-PAís vasco-españa, al

 

Policía  nacional 

EDUARDO NAVARRO CAÑADA




HERIDOS

      Clemente Medina Monreal

      Crescencio Martínez Lecumberri

Hacia las 11:45 horas, 2 miembros de la banda terrorista ETA, vestidos con el uniforme de la Policía Municipal, se apearon de un vehículo de ese Cuerpo policial que habían robado horas antes.

 

Los etarras se acercaron a los agentes de Policía por la espalda y los tirotearon a bocajarro en la cabeza.

A continuación emprendieron la huida en el vehículo de la Policía Municipal robado, haciendo sonar la sirena para sortear las señales de tráfico y eludir la persecución policial, pues nada más producirse el asesinato, un compañero de servicio de las víctimas salió tras los terroristas disparando su arma en dirección al coche en el que huían los etarras, en el que les aguardaban otros dos terroristas, una mujer y un hombre.

El atentado se produjo a la puerta del comercio Sederías de Oriente, cuyas empleadas intentaron evitar que los policías se desangraran, taponando con toallas sus heridas.

Una de estas empleadas relató así el atentado:

Oímos varios disparos, cuatro o cinco, y al mirar al ventanal vimos caer a los policías que habían estado paseando por delante del comercio.

Un hombre que tenía rasgada la gabardina y la cazadora en el hombro, porque le había rozado una bala, vino a refugiarse en la tienda, y también un matrimonio en plena crisis nerviosa.

Al poco rato salimos a ver a los heridos, y era horrible.

   Uno de los heridos, pobrecito, sangraba por la boca, las orejas y los ojos, y no se movía, no decía nada.

El otro intentó levantarse, pero volvió a caerse; había ya un gran charco de sangre y nosotras trajimos toallas para cortar las hemorragias.

Uno de ellos se metía la mano en la boca, porque por lo visto la bala le había atravesado el paladar.

Enseguida, llegó un chico joven que dijo que era médico, y nos ordenó que no moviéramos a uno de los heridos, al que parecía estar peor.

Luego vinieron más policías, pero la ambulancia no apareció hasta mucho después.

Los etarras se habían hecho con el vehículo policial reduciendo a dos municipales que se habían desplazado a la zona de tiro al pichón del monte

Ulía, tras haberse recibido una llamada en la Inspección de la Policía Municipal en la que se les indicaba que un hombre desnudo estaba paseando por las inmediaciones del merendero Irati.

Los dos guardias municipales, que iban desarmados, fueron encañonados, reducidos y atados a unos árboles.

A continuación los terroristas se apoderaron de los uniformes y del vehículo municipal, un Seat 1430 blanco, que fue localizado tras el atentado en la calle de la Salud, en el barrio de Amara.

La Policía encontró en el interior del mismo dos armas cortas que, al parecer, fueron las que se utilizaron para tirotear a los dos policías nacionales.

Eduardo Navarro y Clemente Medina pertenecían a la Compañía de Reserva de la Policía con sede en Valencia, destinada en el País Vasco desde hacía dos semanas para reforzar las medidas de seguridad antiterroristas.

El atentado contra los dos agentes de Policía fue cometido por el agente de la Ertzaintza y miembro del grupo Bianditz de ETA Pedro María Briones Goicoechea, que en 1987 fue condenado por la Audiencia Nacional a 26 años de prisión mayor por un delito de atentado con el resultado de muerte, y a otros 17 años de reclusión menor por un delito de asesinato en grado de frustración.

Tres años después, en 1990, fue condenado por los mismos delitos y a las mismas penas el también miembro de ETA Pablo José Gómez Ces, que fue detenido en Italia en 1987.

Un tercer etarra, Rafael Echebeste Garmendia, no pudo ser juzgado porque falleció, junto a la también etarra María Teresa Pérez Sever, en agosto de 1987 en San Sebastián por la explosión de un coche-bomba que preparaban para cometer otro atentado.

De los tres, los autores de los disparos fueron Echebeste y Gómez Ces, mientras que el ertzaina Briones permanecía en el vehículo policial con el que emprendieron la huida.

 

Pocas horas después, en torno a las 19:00 horas del

15  diciembre  1983

39º aniversario

 

Los  Comandos Autónomos Anticapitalistas secuestraban en su domicilio en Tolosa- Guipúzcoa-país vasco-españa, y asesinaban poco después

 

empresario 

FRANCISCO ARÍN URCOLA



 

Por  negarse a ceder a la extorsión de la banda asesina y no pagar el llamado "impuesto revolucionario".

Las circunstancias de su secuestro por tres terroristas armados que se identificaron como miembros de los CAA, las narró su hijo Gerardo en el libro de Cristina Cuesta Contra el olvido (Temas de Hoy, 2000):

 

El 15 de diciembre de 1983 volvía de clase.

En casa estaban mi madre y mi hermano con dos chicos que no conocía.

Pensé que eran amigos de mi hermano y que estaban de visita.

Fui a mi habitación a dejar las cosas y cuando salí me encontré con que esas dos personas nos decían que iban a secuestrar a mi padre.

Mi padre aún no había llegado a casa. Estuvimos durante un tiempo hablando con ellos, preguntándoles cuál era el motivo por el que iban a secuestrarle.

Nos comentaron que era un problema económico y que no nos preocupáramos, que se solucionaría.

Cuando Francisco Arín llegó al domicilio al cabo de una hora, los dos terroristas se lo llevaron consigo, no sin antes advertir a su esposa e hijos de que no dieran aviso a la Policía.

 

Poco después se presentó en el domicilio una patrulla de la Guardia Civil preguntando a la familia si pasaba algo, a lo que estos contestaron que no, pero no consiguieron convencer a los agentes.

 

El hallazgo del cadáver de Francisco Arín se produjo después de que un hombre, a través de una llamada telefónica en nombre de los CAA, informara al diario Egin del lugar exacto donde se encontraba.

 

En la llamada se indicaba que la víctima se encontraba en un automóvil situado cerca de la autopista a la entrada de Irura.

 

Dos periodistas del diario proetarra se trasladaron al lugar indicado y, tras comprobar la veracidad de la información, dieron aviso a las autoridades.

 

Una patrulla de la Guardia Civil y efectivos de la Cruz Roja se trasladaron al lugar de los hechos. El vehículo, con el maletero abierto y el cadáver de Francisco Arín en su interior, fue encontrado junto a una antigua factoría en la que había trabajado la propia víctima como directivo hasta que, seis años antes, la fábrica tuvo que cerrar.

 

A las 12:30 horas del 16 de diciembre, el pleno del Ayuntamiento de Tolosa redactó una nota de condena apoyada por todos los partidos políticos con representación municipal, salvo Herri Batasuna.

En la misma se condenaba el secuestro y asesinato de su convecino y se denunciaba el chantaje de la banda terrorista, además de convocar una manifestación de repulsa y pedir el diálogo y la "negociación pacífica por vías políticas".

Un policía francés fuera de servicio fue reconocido y agredido, robándole el arma que portaba en la cintura.

 

 

A las 08:15 del

 

 15  diciembre  1994

 

28º aniversario

 

 

Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, y un segundo miembro de la banda terrorista ETA, asesinaron por la espalda y a bocajarro

 

En  Lasarte-Guipúzcoa-país vasco-españa, al

 

 

sargento de la Policía Municipal de San Sebastián

 

ALFONSO MORCILLO CALERO





Hasta ahí los había trasladado, en un vehículo propiedad de su padre, Valentín Lasarte que, además, se había ocupado de hacer el seguimiento previo a la víctima.

 

Una vez cometido el asesinato, Lasarte ayudó a los pistoleros de la banda a huir del lugar del crimen. 

 

Alfonso Morcillo acababa de salir de su domicilio, con el uniforme reglamentario, y se disponía a ir a su puesto de trabajo en San Sebastián.

 

Apenas había recorrido unos metros cuando fue tiroteado por los asesinos de la banda.

 

A su mujer, Caty Romero, la avisaron por el telefonillo:

"A los quince minutos de irse sonó el telefonillo y pensé que se habrían equivocado. Yo apenas conocía gente en el barrio y él era un hombre muy atento, y si se había olvidado algo estaba segura de que, antes de molestar, subiría los cuatro pisos de nuevo"(...)

 

El interfono volvió a sonar y a la tercera decidió descolgarlo. "Al otro lado, una persona me dijo que bajara, que mi marido estaba mareado en el suelo.

 

Bajé corriendo, con el pijama puesto y un anorak para resguardarme de la llovizna. 

 

Justo debajo de la ventana de mi habitación me lo encontré tumbado, al lado de la salida de un garaje.

 

 

Los efectivos de la Cruz Roja y de la Ertzaintza atendieron a Alfonso y a Caty (en estado de shock) y los trasladaron a cada uno en una ambulancia a la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu.

Esa clínica estaba a tres minutos de mi casa, pero yo veía que mi ambulancia iba muy lenta.

 

Claro, estaba hecho con la intención de que no coincidiera con mi marido en la entrada. 

 

Al llegar me encontré en la puerta a Odón Elorza, a Gregorio Ordóñez, Mikel Gotzon Santamaría, jefe de la Policía Municipal...

 

Allí me comunicaron que Alfonso había sufrido un atentado de ETA y acababa de morir en el traslado (soitu.es, 07/09/2009).

 

Según el primer parte médico emitido por el Hospital Nuestra Señora de Aránzazu, Alfonso Morcillo presentaba al ser ingresado "herida de bala con entrada a nivel frontoparietal derecho con salida a nivel occipital izquierdo".

La víctima era el máximo responsable de la la Unidad de Investigación, lo que le convertía en el número dos del cuerpo de la Policía Municipal, por debajo de Santamaría.

 

En los últimos meses del año 1994, Morcillo estaba investigando a los topos que la banda terrorista ETA tenía dentro de la Policía Municipal lo que le puso en el punto de mira de la banda.

 

Su viuda, Caty Romero, lo contó en septiembre de 2009 en el reportaje de la serie "10 viudas más fuertes que ETA" del diario digital soitu.es:

Se sospechaba que había 'topos' etarras dentro de la Guardia –como quedó demostrado posteriormente con varias detenciones – y que la organización criminal aprovechaba las instituciones democráticas precisamente para acabar con ellas.

 

Por aquel entonces, Gregorio Ordóñez, que era teniente de alcalde y parlamentario en Vitoria, lo sacó a la luz, justo cuando Alfonso estaba realizando una investigación interna. 

 

Enrique Nieto, jefe de la lucha antiterrorista en Guipúzcoa también tenía sus sospechas (soitu.es, 07/09/2009).

 

Durante muchos meses "Morcillo se afanaba en hacer acopio del suficiente número de pruebas como para demostrar, por saturación, que había agentes de la Policía Municipal de San Sebastián con doble vida; por la mañana regulaban el tráfico, por la tarde pasaban información a ETA" (José María Calleja, ¡Arriba Euskadi! La vida diaria en el País Vasco, Espasa Calpe, 2001).

 

En poco menos de diez meses ETA asesinó a Morcillo, Ordóñez y Nieto, poniendo de manifiesto que sus investigaciones iban, como finalmente se demostró, en la buena dirección. El alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, señaló tras el atentado que Alfonso Morcillo era "un guardia municipal excelente, uno de los mejores miembros de la plantilla y querido por todos sus compañeros".

Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, inició su sanguinaria carrera precisamente con el asesinato de Alfonso Morcillo.

 

Tanto él como Valentín Lasarte han sido juzgados por asesinatos como los de Gregorio Ordóñez, Fernando MúgicaMiguel Ángel Blanco o Enrique Nieto.

 

En 1998 la Audiencia Nacional condenó a 29 años de reclusión mayor a

 

   Valentín Lasarte Oliden

 

Por  cooperación necesaria en un delito de atentado con resultado de muerte y a indemnizar a los herederos legales de Alfonso Morcillo.

 

Meses después, la viuda de Alfonso Morcillo se encontró con la madre y la compañera sentimental del asesino de su marido portando un cartel con su foto por las calles del barrio donostiarra de Gros.

 

Caty no pudo reprimirse y cruzó la calle para recordarles que llevaban la imagen de un criminal. "Ellas me espetaron a la cara un 'anda, que se joda tu marido bajo tierra' y otros familiares de presos intentaron agredirme"

 

En 2006 fue condenado

 

   Txapote 

 

A  29 años de prisión mayor por el asesinato del sargento Morcillo.

 

   Juan Ramón Carasatorre Aldaz, alias Zapata, que presuntamente fue el pistolero que acompañó a Txapote el día del atentado, fue juzgado en septiembre de 2011 por el asesinato de Morcillo, quedando absuelto por falta de pruebas pese al testimonio incriminatorio de Lasarte Oliden.

 

El tribunal valoró como insuficiente y "manifiestamente falaz" la declaración del disidente de ETA Valentín Lasarte en contra de Zapata.

 

Por otra parte, el atentado contra el sargento Morcillo fue ordenado por Francisco Javier Arizcuren Ruiz, alias Kantauri, según se recoge en la sentencia por la que se absuelve a Carasatorre de su participación en los hechos.

 

El miedo selló algunas bocas". Dos años antes, cuando se cumplió el décimo aniversario, Caty había pedido a Odón Elorza que se colocase una placa en recuerdo de Alfonso Morcillo en las dependencias de la Guardia Urbana en el Ayuntamiento, petición que quedó en el olvido.

La viuda del agente Morcillo lo denunció mediante carta pública a los medios de comunicación, lo que provocó una airada respuesta de Elorza.

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