Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A
mediodía del
15
diciembre 1983
39º ANIVERSARIO
ETA asesinaba en San Sebastián-PAís vasco-españa, al
Policía nacional
EDUARDO NAVARRO CAÑADA
HERIDOS
Clemente
Medina Monreal
Crescencio Martínez Lecumberri
Hacia las 11:45 horas, 2 miembros de la banda
terrorista ETA, vestidos con el uniforme de la Policía Municipal, se apearon de
un vehículo de ese Cuerpo policial que habían robado horas antes.
Los etarras se acercaron a los agentes de Policía
por la espalda y los tirotearon a bocajarro en la cabeza.
A continuación emprendieron la huida en el
vehículo de la Policía Municipal robado, haciendo sonar la sirena para sortear
las señales de tráfico y eludir la persecución policial, pues nada más
producirse el asesinato, un compañero de servicio de las víctimas salió tras
los terroristas disparando su arma en dirección al coche en el que huían los
etarras, en el que les aguardaban otros dos terroristas, una mujer y un hombre.
El atentado se produjo a la puerta del comercio
Sederías de Oriente, cuyas empleadas intentaron evitar que los policías se
desangraran, taponando con toallas sus heridas.
Una de estas empleadas relató así el atentado:
Oímos varios
disparos, cuatro o cinco, y al mirar al ventanal vimos caer a los policías que
habían estado paseando por delante del comercio.
Un hombre que tenía
rasgada la gabardina y la cazadora en el hombro, porque le había rozado una
bala, vino a refugiarse en la tienda, y también un matrimonio en plena crisis
nerviosa.
Al poco rato salimos
a ver a los heridos, y era horrible.
Uno de los heridos, pobrecito, sangraba por
la boca, las orejas y los ojos, y no se movía, no decía nada.
El otro intentó
levantarse, pero volvió a caerse; había ya un gran charco de sangre y nosotras
trajimos toallas para cortar las hemorragias.
Uno de ellos se metía
la mano en la boca, porque por lo visto la bala le había atravesado el paladar.
Enseguida, llegó un
chico joven que dijo que era médico, y nos ordenó que no moviéramos a uno de
los heridos, al que parecía estar peor.
Luego vinieron más
policías, pero la ambulancia no apareció hasta mucho después.
Los etarras se habían hecho con el vehículo
policial reduciendo a dos municipales que se habían desplazado a la zona de
tiro al pichón del monte
Ulía, tras haberse recibido una llamada en la
Inspección de la Policía Municipal en la que se les indicaba que un hombre
desnudo estaba paseando por las inmediaciones del merendero Irati.
Los dos guardias municipales, que iban
desarmados, fueron encañonados, reducidos y atados a unos árboles.
A continuación los terroristas se apoderaron de
los uniformes y del vehículo municipal, un Seat 1430 blanco, que fue localizado
tras el atentado en la calle de la Salud, en el barrio de Amara.
La Policía encontró en el interior del mismo dos
armas cortas que, al parecer, fueron las que se utilizaron para tirotear a los
dos policías nacionales.
Eduardo Navarro y Clemente Medina pertenecían a
la Compañía de Reserva de la Policía con sede en Valencia, destinada en el País
Vasco desde hacía dos semanas para reforzar las medidas de seguridad
antiterroristas.
El atentado contra los dos agentes de Policía fue
cometido por el agente de la Ertzaintza y miembro del
grupo Bianditz de ETA Pedro María Briones Goicoechea, que en 1987
fue condenado por la Audiencia Nacional a 26 años de prisión mayor por un
delito de atentado con el resultado de muerte, y a otros 17 años de reclusión
menor por un delito de asesinato en grado de frustración.
Tres años después, en 1990, fue condenado por los
mismos delitos y a las mismas penas el también miembro de ETA Pablo José
Gómez Ces, que fue detenido en Italia en 1987.
Un tercer etarra, Rafael
Echebeste Garmendia, no pudo ser juzgado porque falleció, junto
a la también etarra María Teresa Pérez Sever, en agosto de 1987 en San
Sebastián por la explosión de un coche-bomba que preparaban para cometer otro
atentado.
De los tres, los autores de los disparos fueron
Echebeste y Gómez Ces, mientras que el ertzaina Briones permanecía en el
vehículo policial con el que emprendieron la huida.
Pocas
horas después, en torno a las 19:00 horas del
15
diciembre 1983
39º aniversario
Los Comandos Autónomos Anticapitalistas
secuestraban en su domicilio en Tolosa- Guipúzcoa-país
vasco-españa, y asesinaban poco después
empresario
FRANCISCO ARÍN URCOLA
Por negarse a ceder a la extorsión de la banda
asesina y no pagar el llamado "impuesto revolucionario".
Las circunstancias
de su secuestro por tres terroristas armados que se identificaron como miembros
de los CAA, las narró su hijo Gerardo en el libro de Cristina Cuesta Contra el olvido (Temas de Hoy, 2000):
El 15 de diciembre de
1983 volvía de clase.
En casa estaban mi
madre y mi hermano con dos chicos que no conocía.
Pensé que eran amigos
de mi hermano y que estaban de visita.
Fui a mi habitación a
dejar las cosas y cuando salí me encontré con que esas dos personas nos decían
que iban a secuestrar a mi padre.
Mi padre aún no había
llegado a casa. Estuvimos durante un tiempo hablando con ellos, preguntándoles
cuál era el motivo por el que iban a secuestrarle.
Nos comentaron que
era un problema económico y que no nos preocupáramos, que se solucionaría.
Cuando Francisco
Arín llegó al domicilio al cabo de una hora, los dos terroristas se lo llevaron
consigo, no sin antes advertir a su esposa e hijos de que no dieran aviso a la
Policía.
Poco después se
presentó en el domicilio una patrulla de la Guardia Civil preguntando a la
familia si pasaba algo, a lo que estos contestaron que no, pero no consiguieron
convencer a los agentes.
El hallazgo del
cadáver de Francisco Arín se produjo después de que un hombre, a través de una
llamada telefónica en nombre de los CAA, informara al diario Egin del lugar exacto donde se encontraba.
En la llamada se
indicaba que la víctima se encontraba en un automóvil situado cerca de la
autopista a la entrada de Irura.
Dos periodistas del
diario proetarra se trasladaron al lugar indicado y, tras comprobar la
veracidad de la información, dieron aviso a las autoridades.
Una patrulla de la
Guardia Civil y efectivos de la Cruz Roja se trasladaron al lugar de los
hechos. El vehículo, con el maletero abierto y el cadáver de Francisco Arín en
su interior, fue encontrado junto a una antigua factoría en la que había
trabajado la propia víctima como directivo hasta que, seis años antes, la
fábrica tuvo que cerrar.
A las 12:30 horas del 16 de diciembre, el pleno
del Ayuntamiento de Tolosa redactó una nota de condena apoyada por todos los
partidos políticos con representación municipal, salvo Herri Batasuna.
En la misma se condenaba el secuestro y
asesinato de su convecino y se denunciaba el chantaje de la banda terrorista,
además de convocar una manifestación de repulsa y pedir el diálogo y la "negociación
pacífica por vías políticas".
Un policía francés fuera de servicio fue
reconocido y agredido, robándole el arma que portaba en la cintura.
A las 08:15 del
15 diciembre 1994
28º
aniversario
Francisco Javier
García Gaztelu, alias Txapote,
y un segundo miembro de la banda terrorista ETA, asesinaron por la espalda y a
bocajarro
En Lasarte-Guipúzcoa-país
vasco-españa, al
sargento
de la Policía Municipal de San Sebastián
ALFONSO MORCILLO CALERO
Hasta ahí los había
trasladado, en un vehículo propiedad de su padre, Valentín Lasarte que, además,
se había ocupado de hacer el seguimiento previo a la víctima.
Una vez cometido el
asesinato, Lasarte ayudó a los pistoleros de la banda a huir del lugar del
crimen.
Alfonso Morcillo
acababa de salir de su domicilio, con el uniforme reglamentario, y se disponía
a ir a su puesto de trabajo en San Sebastián.
Apenas había
recorrido unos metros cuando fue tiroteado por los asesinos de la banda.
A su mujer, Caty Romero,
la avisaron por el telefonillo:
"A los quince minutos de irse sonó el telefonillo y pensé que se
habrían equivocado. Yo apenas conocía gente en el barrio y él era un hombre muy
atento, y si se había olvidado algo estaba segura de que, antes de molestar,
subiría los cuatro pisos de nuevo"(...)
El interfono volvió a sonar y a la tercera decidió descolgarlo.
"Al otro lado, una persona me dijo que bajara, que mi marido estaba
mareado en el suelo.
Bajé corriendo, con el pijama puesto y un anorak para resguardarme de
la llovizna.
Justo debajo de la ventana de mi habitación me lo encontré tumbado, al
lado de la salida de un garaje.
Los efectivos de la Cruz Roja y de la Ertzaintza
atendieron a Alfonso y a Caty (en estado de shock) y los trasladaron a cada uno
en una ambulancia a la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu.
Esa clínica estaba a tres minutos de mi casa, pero yo veía que mi
ambulancia iba muy lenta.
Claro, estaba hecho con la intención de que no coincidiera con mi
marido en la entrada.
Al llegar me encontré en la puerta a Odón Elorza, a Gregorio Ordóñez,
Mikel Gotzon Santamaría, jefe de la Policía Municipal...
Allí me comunicaron que Alfonso había sufrido un atentado de ETA y
acababa de morir en el traslado (soitu.es, 07/09/2009).
Según el primer parte médico emitido por el
Hospital Nuestra Señora de Aránzazu, Alfonso Morcillo presentaba al ser
ingresado "herida de bala con entrada a nivel frontoparietal derecho con
salida a nivel occipital izquierdo".
La víctima era el
máximo responsable de la la Unidad de Investigación, lo que le convertía en el
número dos del cuerpo de la Policía Municipal, por debajo de Santamaría.
En los últimos meses
del año 1994, Morcillo estaba investigando a los topos que la banda
terrorista ETA tenía dentro de la Policía Municipal lo que
le puso en el punto de mira de la banda.
Su viuda, Caty
Romero, lo contó en septiembre de 2009 en el reportaje de la serie "10
viudas más fuertes que ETA" del diario digital soitu.es:
Se sospechaba que había 'topos' etarras dentro de la Guardia –como quedó
demostrado posteriormente con varias detenciones – y que la organización
criminal aprovechaba las instituciones democráticas precisamente para acabar
con ellas.
Por aquel entonces, Gregorio Ordóñez, que
era teniente de alcalde y parlamentario en Vitoria, lo sacó a la luz, justo
cuando Alfonso estaba realizando una investigación interna.
Enrique Nieto, jefe de la lucha antiterrorista en Guipúzcoa también tenía sus
sospechas (soitu.es, 07/09/2009).
Durante muchos meses
"Morcillo se afanaba en hacer acopio del suficiente número de pruebas como
para demostrar, por saturación, que había agentes de la Policía Municipal de
San Sebastián con doble vida; por la mañana regulaban el tráfico, por
la tarde pasaban información a ETA" (José María
Calleja, ¡Arriba Euskadi! La vida diaria
en el País Vasco, Espasa Calpe, 2001).
En poco menos de
diez meses ETA asesinó a Morcillo, Ordóñez y Nieto,
poniendo de manifiesto que sus investigaciones iban, como finalmente se
demostró, en la buena dirección. El alcalde de San Sebastián, el socialista
Odón Elorza, señaló tras el atentado que Alfonso Morcillo era "un guardia
municipal excelente, uno de los mejores miembros de la plantilla y querido por
todos sus compañeros".
Francisco Javier
García Gaztelu, alias Txapote,
inició su sanguinaria carrera precisamente con el asesinato de Alfonso
Morcillo.
Tanto él como Valentín
Lasarte han sido juzgados por asesinatos como los de
Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, Miguel Ángel Blanco o
Enrique Nieto.
En 1998 la Audiencia
Nacional condenó a 29 años de reclusión mayor a
Valentín Lasarte Oliden
Por cooperación necesaria en un delito de atentado
con resultado de muerte y a indemnizar a los herederos legales de Alfonso
Morcillo.
Meses después, la
viuda de Alfonso Morcillo se encontró con la madre y la compañera sentimental
del asesino de su marido portando un cartel con su foto por las calles del
barrio donostiarra de Gros.
Caty no pudo
reprimirse y cruzó la calle para recordarles que llevaban la imagen de un
criminal. "Ellas me espetaron a la cara un 'anda, que se
joda tu marido bajo tierra' y otros familiares de presos
intentaron agredirme"
En 2006 fue condenado
Txapote
A 29 años de prisión mayor por el asesinato del
sargento Morcillo.
Juan Ramón Carasatorre Aldaz, alias Zapata, que presuntamente fue el pistolero que acompañó
a Txapote el día
del atentado, fue juzgado en septiembre de 2011 por
el asesinato de Morcillo, quedando absuelto por falta de pruebas pese
al testimonio incriminatorio de Lasarte Oliden.
El tribunal valoró
como insuficiente y "manifiestamente falaz" la declaración del
disidente de ETA Valentín Lasarte en contra de Zapata.
Por otra parte, el
atentado contra el sargento Morcillo fue ordenado por Francisco Javier
Arizcuren Ruiz, alias Kantauri,
según se recoge en la sentencia por la que se absuelve a Carasatorre de su
participación en los hechos.
El miedo selló algunas bocas". Dos años antes, cuando se cumplió el
décimo aniversario, Caty había pedido a Odón Elorza que se colocase una placa
en recuerdo de Alfonso Morcillo en las dependencias de la Guardia Urbana en el
Ayuntamiento, petición que quedó en el olvido.
La viuda del agente Morcillo lo denunció mediante carta pública a los medios de comunicación, lo que provocó una airada respuesta de Elorza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario