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sábado, 17 de diciembre de 2022

17 DICIEMBRE




Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

 

 

17  diciembre  1974

 

48º ANIVERSARIO

 

 

ETA asesinaba en Mondragón-Guipúzcoa-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al

 

 

Subteniente  de la Guardia Civil 

 

LUIS SANTOS HERNÁNDEZ



 

agente de la guardia civil

 

ARGIMIRO GARCÍA ESTÉVEZ











 

Pertenecían  a la 551ª Comandancia de la guardia civil y, tras patrullar por las calles de la localidad guipuzcoana, pararon a tomar un vino en un bar.

Cuando salieron del bar, en torno a las 20:30 horas, se encaminaron por la calle del Ferial.

Luis Santos, comandante del puesto de Mondragón, iba de uniforme, mientras que el agente García Estévez vestía de paisano.

 

Pocos minutos después, hacia las 20:45 horas, un vehículo se puso a su altura y fueron ametrallados por miembros de la banda terrorista que iban a bordo del mismo.

El coche robado como siempre, a las 19:30 horas a punta de pistola y abandonado a unos cuatrocientos metros del lugar del ametrallamiento después de que los terroristas colisionaran contra otro turismo.

 

Argimiro García falleció prácticamente en el acto, mientras que Luis Santos fue trasladado primero al centro hospitalario de Mondragón, donde se le practicaron unas curas de urgencia, y de ahí al Hospital de Cruces de Baracaldo, falleciendo a las once y media de la noche.

 

En el ametrallamiento de los guardias civiles participó, presuntamente

 

Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito, integrado entonces en los llamados "comandos especiales" (bereziak) de ETA político-militar, tras la escisión de un sector de la banda en octubre de ese año 1974 que pasaría a llamarse ETA militar comandado por Argala.

 

 

En la madrugada del domingo

17  diciembre  1978

44º ANIVERSARIO

 

miembros del grupo Gamboa de ETA asesinaban frente a la playa de La Concha de San Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al

 

Coronel  del Ejército retirado DE ESPAÑA

DIEGO FERNÁNDEZ-MONTES ROJAS








La víctima trabajaba en el Ministerio de Cultura, donde se ocupaba del depósito oficial de prensa.

Según la normativa de la época, los periódicos tenían que depositar un ejemplar de cada edición en el Ministerio de Cultura y Diego Fernández-Montes era el encargado de recibir y sellar esos ejemplares.

 

2 miembros de la banda, con un 3 ómplice que les esperaba en un coche robado como siempre, lo esperaban en los jardines de Alderdi Eder y cuando vieron que se acercaba a la puerta de la Delegación del Ministerio de Cultura, lo acribillaron a balazos.

 

El coronel retirado trató de refugiarse en unos soportales, pero cayó al suelo alcanzado en las piernas, brazos y vientre.

Trasladado al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu, fue intervenido quirúrgicamente durante tres horas, falleciendo a las nueve de la mañana.

 

En el año 1982 la Audiencia Nacional condenó a

   José Luis Martín Elustondo

   José Ignacio Goicoechea Arandia

   Joaquín Zubillaga Artola

Por  el asesinato de Diego Fernández-Montes a sendas penas de 20 años de prisión, y a otros 4 años por uso ilegítimo de vehículo. Un cuarto terrorista no identificado participó en el asesinato siendo el que con Goicoechea Arandia efectuó los disparos contra la víctima.

 

17  diciembre  2002

20º aniversario

 

ETA dispararon a bocajarro en la carretera Nacional VI-MADRID-COMUNIDAD DE MADRID-ESPAÑA, contra el

 

Guardia  civil 

ANTONIO MOLINA MARTÍN






Su  compañero, Juan Aguilar Osuna, que acudió en su ayuda, cuando el primero solicitaba la documentación a dos individuos que les habían resultado sospechosos.

Hacia las 15:50 horas Antonio Molina y Juan Aguilar participaban en un dispositivo de seguridad especial contra los atracos que se estaban produciendo en algunas localidades de la zona noroeste de Madrid.

Por ese motivo se encontraban en el kilómetro 38 de la carretera de Madrid-La Coruña a su paso por Collado Villalba, en un punto bastante conflictivo en cuanto al tráfico de vehículos.

 

Uno de ellos, un Ford Escort con matrícula de Málaga que iba en dirección a Madrid, llamó su atención, por lo que se colocaron con su vehículo detrás del mismo e hicieron señales luminosas y acústicas a sus dos ocupantes para que se detuvieran.

Cuando el vehículo sospechoso detuvo la marcha, Antonio Molina se acercó a la ventanilla del conductor, mientras su compañero lo hacía por la del copiloto, con la intención de proceder a identificar a los dos individuos.

En ese momento, el que iba en el asiento del conductor se apeó del vehículo y disparó tres veces a bocajarro, provocando la muerte en el acto de Antonio Molina.

El copiloto disparó desde dentro del vehículo contra el agente Juan Aguilar, iniciándose un tiroteo.

En el intercambio de disparos resultó herido grave en el brazo Juan Aguilar y el etarra Gotzon Aramburu Sudupe, que fue detenido en el lugar de los hechos por otro guardia civil del Destacamento de Tráfico de Collado Villalba, César Silos Lázaro, que casualmente se dirigía junto a su esposa hacia Madrid.

Al descender de su vehículo vio a los dos guardias civiles heridos que le indicaron que el otro individuo herido, que intentaba huir, era el autor de los disparos.

Se dirigió hacia él y, pese a estar desarmado, procedió a su detención.

A continuación lanzó por la emisora el siguiente mensaje: "Urgente para cota (central).

Tiroteo en el kilometro 38. Heridos"

 

Las heridas que sufrió Juan Aguilar Osuna, de 26 años y natural de Baeza (Jaén), provocaron su inhabilitación permanente para el desempeño de su oficio.

El agente era hijo de guardia civil, y su hermano, también miembro de la Benemérita, estaba destinado en el mismo cuartel de Collado Villalba.

Un voluntario de Cruz Roja resultó también herido leve por un disparo fortuito de un agente de la Guardia Civil. 

 

El segundo terrorista, Jesús María Etxebarria Garaikoetxea, emprendió la huida inicialmente a pie.

Pistola en mano, abordó al conductor de un vehículo, una mujer a la que obligó a bajar tras llevarla un trecho secuestrada mientras enfilaba la Nacional VI en dirección a La Coruña.

 

Después hizo uso de varios medios de transporte público y llegó a San Sebastián, vía Valladolid, donde apareció el vehículo abandonado.

Allí fue reconocido y detenido esa misma noche por miembros del dispositivo policial que se estableció tras el atentado que contaban con la descripción exacta del asesino que proporcionó la conductora del vehículo robado a punta de pistola.

El coche robado como siempre, de los terroristas iba cargado con ciento treinta kilos de explosivos por lo que las Fuerzas de Seguridad establecieron un amplio cordón de seguridad antes de que los Tedax procediesen a explosionar controladamente el vehículo a las 19:20 horas.

Pese al cordón de seguridad establecido, a algunos curiosos la explosión les pilló desprevenidos y fueron alcanzados por trozos del vehículo que salieron despedidos a muchos metros de distancia. "Al empezar la explosión nos han echado para atrás pero me ha caído un hierro que mide más de un palmo en el paraguas, lo ha atravesado y, si no es por eso, me abre la cabeza" comentó un joven de Villalba.

La detonación se pudo sentir en las viviendas no sólo de Collado Villalba sino también en el cercano municipio de Alpedrete. En muchas viviendas se llegaron a mover los muebles y muchos vecinos se quedaron sin luz.

La explosión provocó un intenso fuego que obligó a la Guardia Civil a pedir inmediatamente la presencia de los Bomberos del parque de Collado Villalba.

Mientras tanto, la carretera de La Coruña se había convertido en una trampa para los conductores que circulaban por la misma. La carretera estaba cortada al tráfico en sentido de entrada a Madrid desde las cuatro de la tarde, nada más producirse el asesinato de Antonio Molina, y en sentido salida desde poco más tarde, lo que provocó atascos de cerca de diez kilómetros en ambas direcciones.

 

En 2005 la Audiencia Nacional condenó a

   Gotzon Aramburu Sudupe

   Jesús María Etxebarria Garaikoetxea

A  sendas penas de 26 años de reclusión mayor por el asesinato de Antonio Molina y a 16 años más por el asesinato frustrado de Juan Aguilar.

Ambos formaban parte de un grupo itinerante de la banda y se les imputó también el atentado cometido semanas antes en un aparcamiento situado en la plaza Alfonso XIII de Santander.

 

En recuerdo del héroe Molina Martín se erigió un pequeño monumento frente al cuartel al que pertenecía en la localidad de Collado Villalba.

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