Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A
las 22:50 del
23 diciembre 1978
44º
aniversario
ETA acribillaba a balazos en San Sebastián-país vasco-españa, al
Comerciante
PEDRO GARRIDO CARO
Los tres se encontraban en el interior de la
tienda de ultramarinos Ana Mari, comercio que regentaba el matrimonio, situado
en el paseo de Alza de la capital donostiarra.
Pedro había llegado esa noche a San Sebastián
desde su pueblo natal, Miajadas (Cáceres) y, antes de dirigirse a su domicilio,
pasó por la tienda de comestibles donde le esperaban su mujer y su hija.
Pedro llegó a la tienda hacia las once menos
diez, y su mujer, Filomena, le abrió las persianas.
Miembros del grupo Txirrita de ETA, que estaban
apostados en el exterior de la tienda, entraron en el establecimiento y
abrieron fuego indiscriminadamente con una metralleta contra Pedro, su mujer y
su hija.
Garrido Caro, falleció en el acto.
Su mujer recibió ocho impactos de bala, pudiendo salvar la
vida milagrosamente.
La niña recibió un balazos, siendo intervenida en el el Hospital de Nuestra Señora
de Aránzazu.
En febrero de 1982 la Audiencia Nacional
condenó a
Manuel María Ostolaza Alcocer
Luis María de Marcos Olaizola
A sendas penas de 29 años de cárcel por el asesinato,
en colaboración con un tercer terrorista no identificado, de Pedro Garrido, y a
4 años, 3 meses y un día por las lesiones provocadas a la esposa e hija de la
víctima.
A
las 12:15 del
23 diciembre 1985
37º
ANIVERSARIO
ETA asesinaba en Pamplona-
-Navarra-españa,
de 3 tiros por la espalda al
General de Brigada de la Guardia Civil
JUAN ATARÉS PEÑA
La víctima se encontraba paseando por el parque
de la Vuelta del Castillo, a escasos metros de su vivienda, algo que solía
hacer de forma habitual.
Dos etarras se apearon de un coche robado como
siempre, cruzaron a la carrera el parque
por el mismo camino por el que paseaba el general Atarés.
Sin mediar palabra, la terrorista Mercedes
Galdós Arsuaga disparó al militar a bocajarro y por la espalda.
Dos de las balas le alcanzaron en la nuca, y una
tercera, en la espalda.
Tras comprobar que Atarés estaba muerto,
abandonaron corriendo la zona.
Un tercer miembro de la banda (Juan José
Legorburu Guerediaga) les esperaba en el vehículo con el motor en marcha para
emprender la huida.
El turismo sería localizado dos horas después a
un kilómetro de distancia del lugar en que se cometió el atentado.
Artificieros de la Policía Nacional situaron una
pequeña carga explosiva en el coche con el fin de comprobar que no había sido
colocada ninguna bomba-trampa.
A los pocos minutos de cometerse el asesinato,
la mujer del general, María Luisa Ayuso, y varios hijos del
matrimonio, llegaron al lugar del crimen.
Al día siguiente, los medios de comunicación
recogieron la foto de la viuda arrodillada y abrazada al cadáver de su marido
mientras una de las hijas sólo acertaba a decir, entre sollozos: "Papi,
papi, qué bueno era".
El general Atarés estaba en la reserva activa
desde 1979, tras un incidente de insubordinación ocurrido a mediados de
noviembre de 1978 en Cartagena con el entonces ministro de
Defensa y vicepresidente del Gobierno Manuel Gutiérrez Mellado y delante de un
millar de oficiales del Ejército y la Guardia Civil.
El incidente se produjo en mitad de un coloquio
sobre la Constitución.
Tras la intervención del capitán de corbeta
Gonzalo Casado, se levantó Atarés, que era jefe de la III Zona de la Guardia
Civil, y, en actitud muy excitada, pronunció frases contra el Gobierno y
la Carta Magna.
Un pequeño grupo de asistentes le aplaudió.
Gutiérrez Mellado le ordenó que saliese de la sala y dos generales le
acompañaron para cumplir la orden.
Cuando ya iniciaba la salida, se volvió sobre
sus pasos y, dirigiéndose al vicepresidente del Gobierno, lo llamó
"embustero" y "traidor".
A continuación, el teniente general Gutiérrez
Mellado dijo que los que estuviesen de acuerdo con Juan Atarés se levantasen de
sus asientos y saliesen de la sala.
Nadie lo hizo, cerrándose el acto en medio de
una gran tensión.
Atarés fue juzgado en un consejo de guerra del
que saldría absuelto, quedando en situación de reserva activa.
Una de sus hijas, Matilde Atarés Ayuso, declaró
en febrero de 2010 que el consejo de guerra "no fue más que por decir al
entonces ministro de Defensa y vicepresidente del Gobierno que, frente a la
opinión de que el fin de ETA estaba próximo, él estaba harto de
enterrar guardias civiles y sin ánimos para seguir
consolando a viudas y huérfanos".
En
el año 1987 la Audiencia Nacional condenó a
Juan José
Legorburu Guerediaga
Mercedes
Galdós Arsuaga
A sendas
penas de 29 años de años de prisión por el asesinato de Juan Atarés Peña.
En la misma sentencia fue condenada
María Cruz Azcona Larreta como cómplice del asesinato a 10 años de prisión mayor.
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