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martes, 26 de septiembre de 2023

26 SEPTIEMBRE

TERRORISTAS DE ETA SOLO MATA Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR 26 SEPTIEMBRE 1979 44º ANIVERSARIO ETA asesinaba en Rentaría-GUIPÚZCOA-PAÍS VASCO-ESPAÑA al TAXISTA SIXTO HOLGADO AGUDO Su cadáver, que presentaba un tiro en la nuca, apareció de madrugada en el vertedero de basuras de San Marcos, cerca del barrio de Beraun. El taxi de la víctima, un Seat 131 que los asesinos utilizaron para alejarse del lugar, apareció el 27 de septiembre a las 09:00, en las proximidades de su domicilio, cerca del caserío de Larramendi. La última vez que se vio con vida a Sixto Holgado fue el miércoles 26 a las 21:30 horas en la parada de taxis, y su cuerpo sin vida fue encontrado a la una de la madrugada por los empleados del servicio de limpieza del Ayuntamiento. Aunque la reconstrucción de los hechos fue difícil, uno de los pocos datos ciertos con los que se contaba era que un cliente había solicitado el servicio del taxista en la parada de la calle Viteri, donde fue visto por varios compañeros de profesión. Las investigaciones policiales concluyeron que obligaron a Sixto Holgado a dirigirse al barrio de Beraun y, más tarde, al vertedero de basuras donde lo asesinaron. Sobre la una de la madrugada, un hombre llamó a la Comisaría de San Sebastián informando de la aparición de un cadáver en el basurero de Rentería. En el lugar de los hechos no apareció inicialmente ningún casquillo de bala, pero al cabo de unas horas se encontró, incrustado en el suelo y justo en el lugar donde apareció el cadáver, el proyectil que acabó con la vida de Sixto Holgado. El cadáver permaneció en el basurero durante dos horas, y la Policía comprobó que a la víctima le habían sido sustraídos el carnet de identidad y el permiso de conducir.

sábado, 9 de septiembre de 2023

560

9 SEPTIEMBRE

 LA  BANDA  ETA


LOS  HIJOS  DEL  PNV








Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

ETA asesinaba en Guernica-Vizcaya-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a otros 2 guardias civiles mediante la explosión de un coche-bomba.

 

Pocos minutos antes de las 22:30 del

9  septiembre  1987

36º ANIVERSARIO

 

cabo 

FEDERICO CARRO JIMÉNEZ 


Y

guardia civil

MANUEL ÁVILA GARCÍA






Que  patrullaban vestidos de paisano en un vehículo oficial, pero sin distintivo alguno, se acercaron a un automóvil, un Ford Fiesta de color rojo que les resultó sospechoso.

Cuando se disponían a inspeccionarlo, se produjo la explosión del mismo mediante un mando a distancia accionado por el asesino Juan Carlos Balerdi, miembro del grupo Éibar de ETA.

La explosión provocó la muerte en el acto del guardia Manuel Ávila y heridas gravísimas al cabo Federico Carro, con pérdida del setenta por ciento de masa encefálica, falleciendo mientras se le trasladaba al Hospital de Cruces.

A mitad de camino, a la altura del puente de Balmasín, la ambulancia sufrió una avería y tuvo que ser asistida por una dotación de la Cruz Roja de Baracaldo, que completó el traslado.

El coche-bomba estaba estacionado a unos cincuenta metros de la casa cuartel de la Guardia Civil, a las afueras de Guernica -en la carretera que conduce a Lequeitio-, en un camino vecinal y junto a una chabola.

Los guardias civiles asesinados se ocupaban del reconocimiento del itinerario que separa la fábrica de armas Astra, Unceta y Cía. del acuartelamiento.

La onda expansiva del artefacto alcanzó a la chabola próxima al coche bomba, que ardió completamente.

El fuego alcanzó también unos cables de electricidad de alta tensión, por lo que algunos barrios de Guernica quedaron sin suministro eléctrico durante varias horas.

Asimismo, las casas colindantes al cuartel sufrieron diversos desperfectos, como rotura de cristales.

La casa cuartel, sin embargo, no resultó afectada, pero el apagón de luz, que afectó a calles y carreteras colindantes, provocó algún accidente y añadió confusión a la situación.

Tras producirse el atentado, efectivos de la Guardia Civil, a los que se unieron miembros de la Policía Municipal de Guernica y de la Ertzaintza, paralizaron el tráfico e hicieron discurrir la circulación por una ruta alternativa, mientras varios centenares de vecinos se congregaron en el lugar de los hechos para enterarse de lo ocurrido.

Asimismo, miembros del equipo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil rastrearon los alrededores con perros adiestrados en previsión de que pudiera haber sido colocada alguna otra bomba.

La capilla ardiente con los restos mortales de los guardias civiles asesinados se instaló al día siguiente por la mañana en el Gobierno Civil de Vizcaya.

A las siete de la tarde se celebraron los funerales en la parroquia de San José de los Padres Agustinos de Bilbao.

César Milano Manso, gobernador civil de Álava y delegado del Gobierno en el País Vasco en funciones, manifestó tras el atentado, en declaraciones a Antena 3, que el Ejecutivo no iba a cambiar la estrategia de la lucha antiterrorista y que seguiría "con las medidas policiales y las medidas políticas".

 

Milano hizo un llamamiento a los ciudadanos para que ayudasen a todos los poderes públicos "a acabar con esta lacra", y calificó el atentado de una nueva venganza del "sindicato del crimen".

 

"ETA pretende poner en tensión a la sociedad para conseguir sus objetivos, si es que los tienen claros y si, por otro lado, fueran alcanzables".

 

Milano recordó que él había calificado el asesinato del subteniente de la Guardia Civil Cristóbal Martín Luengo el día anterior de venganza de ETA por la desarticulación del grupo Barcelona, y dijo que este nuevo atentado, en sólo cuarenta y ocho horas, era una nueva venganza por el mismo motivo.

 

 

En 1994 la Audiencia Nacional condenó a

 

   Jesús María Ciganda Sarratea

 

   Juan Carlos Balerdi Iturralde, alias Enero

 

   Fermín Urdiain Ciriza, alias Txiki

 

   Iñaki Zugadi García

 

   Miren Josune Onaindia Susaeta

 

A  más de 62 años de cárcel a cada uno de ellos. Pese a estas condenas, y a otras impuestas por otros asesinatos cometidos como integrante del grupo Éibar de ETA, Fermín Urdiain fue puesto en libertad en enero de 2006, tras haber cumplido sólo 16 años y 9 meses de prisión.

 

En el atentado que acabó con la vida de Manuel Ávila y Federico Carro también participó el etarra

 

   Cándido Zubikarai Badiola, que fue quien trasladó a los etarras hasta Guernica para colocar el coche-bomba y los escondió posteriormente en su domicilio en Ondárroa.