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DEBEMOS OLVIDAR
18 ABRIL 1984
38º ANIVERSARIO
Fallece, doce días después de ser tiroteado en
Galdácano-VIZCAYA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, el
policía
nacional
JOSÉ VERDÚ ORTIZ
Pasadas las once de la noche del 6 de abril de
1984,
dos pistoleros de la banda terrorista ETA
herían de gravedad a José que, vestido de paisano, se disponía a entrar en su
domicilio de la calle Guipúzcoa de la localidad vizcaína.
Según testigos presenciales, un hombre y una
mujer le dispararon dos ráfagas -una corta y otra larga- y se dieron a la fuga
en un coche robado como siempre, en dirección al barrio de Andra Mari de
Galdácano.
En el lugar donde se produjo el atentado se
encontraron seis casquillos, tres de ellos de la marca FN, una munición
habitualmente empleada por la banda terrorista ETA.
El agente fue trasladado a la Clínica de la
Virgen Blanca, donde le hicieron las primeras curas, pero a la vista de la
gravedad de su estado, decidieron llevarle al Hospital de Basurto.
A primeras horas del día siguiente, 7 de
abril, fue intervenido quirúrgicamente.
Tras la operación, su estado fue calificado de
"muy grave".
A LAS 13:20 DEL
18 ABRIL 1994
28º ANIVERSARIO
ETA atacó con tres granadas el edificio del
Gobierno Militar de Barcelona-CATALUÑA-ESPAÑA
Las dos primeras estallaron contra el lateral
del edificio, sin causar heridos.
La tercera se desvió de su trayectoria al
chocar contra una señal de aparcamiento, evitando que impactase de nuevo contra
la fachada, y mató a
Jefe de tránsito de consignataria de buques
VICENTE BETI
MONTESINOS
Un transeúnte que pasaba por ahí, además de
herir a otras seis personas.
Una cuarta granada no llegó a activarse.
Los empleados que se encontraban trabajando en
los despachos del edificio del Puerto Autónomo de Barcelona pudieron primero
oír las dos primeras granadas, y después ver la tercera.
Al oír el primer impacto los empleados se
asomaron a la ventana.
Desde sus despachos pudieron ver el agujero
que las granadas habían dejado entre dos ventanas del primer piso del Gobierno
Militar.
Abajo, en la calle, ya había algunos heridos
en el suelo y otros que corrían intentando escapar de aquella trampa.
Cuando apenas habían transcurrido unos
segundos, una tercera carga explosiva daba de lleno contra un cartel metálico y
tumbaba en el suelo a un motorista que circulaba por el Paseo de Colón en
dirección a las Ramblas.
La metralla de este tercer proyectil es la que
causo la muerte del transeúnte Vicente Beti Montesinos, que falleció en el
quirófano del Hospital del Mar mientras era intervenido quirúrgicamente.
Además, los terroristas dejaron el vehículo
utilizado para cometer el atentado cargado de explosivos.
El coche estalló cuando agentes de los Tedax
se disponían a inspeccionarlo.
Esta explosión, sin embargo, no causó más
víctimas.
Las explosiones de las tres granadas y el
coche de los terroristas provocaron escenas de pánico en pleno centro de
Barcelona.
El presidente del Puerto Autónomo, Josep Muné,
fue un testigo más del brutal atentado ocurrido en una de las zonas más
concurridas por el turismo en la capital catalana. Muné reconoció que el
párking del Puerto Autónomo estaba sometido a vigilancia, aunque en esta
ocasión algo había fallado porque varios kilos de explosivo se habían
"colado" por la puerta grande.
Toda la zona, repleta de edificios oficiales,
fue desalojada rápidamente y sólo se permitió el acceso a las ambulancias que
trasladaron a los heridos hasta el Hospital del Mar y el Centro Quirúrgico
Perecamps, cercanos al lugar de los hechos.
heridas
María Eugenia Bella Esparza
Daniel Sánchez Cristino
Antonio Pérez Jiménez
Manuel Hernández Pascual
Jorge Rosa Mendieta
Juan Francisco Cortina Martínez
Todos ellos civiles.
En varios fallos judiciales de la Audiencia
Nacional se recoge cómo cuatro miembros del grupo Barcelona de
ETA tenían como objetivo destruir parte del edificio de la sede del
Gobierno Militar de Barcelona y causar el mayor número posible de daños
personales.
Para llevar a cabo el atentado, los etarras
robaron el día previo un coche en Barcelona, al que sustituyeron la matrícula
por una falsa, y colocaron en su baca cuatro tubos lanzagranadas y un
artefacto explosivo en el maletero.
El día 18 de abril, por la mañana, se
dirigieron al puerto de Barcelona y aparcaron el vehículo con los tubos
orientados hacia el edificio oficial.
Seguidamente activaron un
temporizador y se marcharon del lugar.
Además de la muerte de Vicente y las heridas a
otras seis personas, la explosión provocó cuantiosos daños materiales.
En 1996 fueron condenados a sendas penas de 154 años
Felipe San Epifanio San Pedro
Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares.
En 2007 fue condenado a la
misma pena
Gregorio Vicario Setién.
Supuestamente hay un etarra pendiente de juicio, tal y como se recoge en el relato de los hechos de los distintos fallos judiciales.
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