Categoría: NO
DEBEMOS OLVIDAR
A
las 09:30 del
3
mayo 1976
46º
aniversario
cabo 1º de la Guardia
Civil
ANTONIO DE FRUTOS SUALDEA
Fallecía en Legazpia-Guipúzcoa-país
vasco-españa como consecuencia de las heridas provocadas por la
explosión de un artefacto que alcanzó de lleno al vehículo en el que viajaba.
La ejecución del atentado incluyó la
utilización, por parte de la banda terrorista, de una ikurriña
como cebo.
A primera hora de la mañana de ese día, un
sargento y tres números de la Benemérita se dirigieron en un Seat de color azul
hacia el embalse de Urtatxa, situado a unos dos kilómetros de Legazpia, en cuyo
muro de contención, hacia la mitad del mismo, habían colocado una ikurriña.
La bandera, de
Una vez realizado el reconocimiento oportuno,
cuatro miembros de la Guardia Civil se dirigieron en el coche hasta el cuartel
de Legazpia donde informaron del hecho a sus superiores.
En el mismo vehículo volvieron al embalse el
cabo primero de la Guardia Civil Antonio de Frutos y otros dos guardias
civiles.
Mientras estaban en el embalse, informaron a
Antonio de que sobre las cinco de la madrugada un artefacto había destruido el
coche de Antonio Triguero, gerente de un establecimiento hotelero.
Antonio ordenó a los
dos guardias que permanecieran junto a la ikurriña para evitar que se acercara
alguna persona a la misma y resultara herida por la bomba que estaba adosada a
la misma, mientras él iba al cuartel para informar de la otra explosión.
Llevaba apenas
recorridos unos doscientos metros desde el lugar donde estaba situada la
bandera, cuando su coche fue alcanzado de lleno por otro artefacto explosivo.
El vehículo quedó
completamente destrozado y Antonio falleció en el acto.
Su cuerpo fue
catapultado a más de diez metros del lugar de la explosión.
"No me dejaron ver el cadáver. Me dijeron
que estaba destrozado", contó su viuda a El País.
El lugar donde ocurrió la explosión era un
camino en pendiente, que estaba sin asfaltar, por donde sólo podía pasar un
vehículo.
La bomba, compuesta por Goma-2, estaba colocada
en un lateral del camino, a un metro de altura, y fue accionada desde un lugar
próximo.
En la investigación posterior se halló un cable
que llegaba hasta las proximidades de un caserío abandonado, situado a unos
cien metros del lugar de la explosión, donde, muy posiblemente, fue conectado
el artefacto por medio de un detonador de pilas.
El paquete que se encontraba junto a la bandera
fue explosionado poco después de forma controlada por la propia Guardia Civil.
Nada más producirse el atentado terrorista
comenzó un gran despliegue de fuerzas por el monte para intentar detener a los
autores, búsqueda que se reforzó con un helicóptero y con fuertes controles de
carretera.
El 4 de mayo se instaló la capilla ardiente en el
cuartel de la Guardia Civil de Legazpia y a las 11:00 del miércoles 5 de mayo
se celebró un funeral en Nuestra Señora de la Asunción de Legazpia, donde al
final de la misma le fueron impuestas a Antonio las medallas del mérito
policial y militar.
Posteriormente su féretro fue trasladado a su
localidad natal.
Su mujer y sus hijas se fueron a vivir a Madrid
ocho días después del asesinato.
Era algo que el matrimonio ya tenía pensado,
pues Antonio había empezado a tener pánico desde que, en diciembre de 1975, los
etarras pusieron una bomba en la garita del puesto del cuartel de Legazpia,
bomba que pudo ser desactivada
Lo único que le pido
a Dios es que toda esa gentuza de ETA esté en la cárcel hasta que se pudra.
Porque a nosotras
nos han destrozado la vida".
La vida para María y sus tres niñas fue muy
dura.
Durante los primeros tiempos la hija pequeña
dormía abrazada a su madre: "no pegaba ojo, y cuando intentaba darme la
vuelta, ella me agarraba más fuerte.
Yo pensaba: ésta, pobre... qué angustia tendrá.
Pensará: si se han llevado a mi padre, a mi
madre no me la quitan".
La miserable pensión que
le quedó a la viuda le obligó a ingresar a las niñas en el Colegio de Huérfanos
de la Guardia Civil de Valdemoro, dirigido por religiosas, donde estuvieron
hasta finalizar los estudios, bien entrados los ochenta. "No me quedó más
remedio.
Fue la decisión más dolorosa de mi vida",
dice la madre.
A pesar de esa decisión tan dura para ella y sus
hijas, las tres definen a María como una "Madre Coraje".
Se sacó el carné de conducir con 40 años y
empezó a hacer jerséis para sacar algún dinero extra.
Los fines de semana, sacaba a las niñas del
colegio de huérfanos e intentaban hacer vida normal.
La familia nunca ha sabido quién mató a Antonio.
"Ni les odio ni les perdono, porque nunca me han pedido perdón.
Sólo quiero que vayan de la cárcel a la
tumba".
3 mayo 1984
38º aniversario
ETA asesinaba en Oyarzun-GUIPÚZCOA-PAÍS
VASCO-ESPAÑA, al
mecánico
ÁNGEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ
Su cadáver fue localizado, minutos después de
las 16:00, con dos tiros en la cabeza en una pista cercana a la carretera que
conduce a la localidad.
Una persona había telefoneado hacia las 10:30
horas a Ángel requiriendo los servicios de la grúa. Se identificó como viajante
de comercio e indicó que requería una reparación urgente para continuar su
viaje.
Ángel se dirigió hacia Ventas de Irún donde
supuestamente se encontraba el vehículo que tenía que remolcar y reparar.
Ahí le esperaban dos terroristas que, tras
encañonarle, le obligaron a desplazarse a una zona menos transitada.
La mujer de Ángel, alarmada porque su marido no
llegaba a comer, alertó a la Policía Municipal a las 15:30 horas.
Media hora después, una patrulla de ese cuerpo
localizó el cadáver de su marido dentro de su Land Rover.
Presentaba dos orificios de bala: uno en la sien
izquierda, con salida por la sien derecha, y otro a la altura del cuello con la
bala alojada en su interior.
En el lugar se encontraron dos casquillos marca
Geco. Ángel no fue asesinado sobre la marcha, sino que fue secuestrado durante
unas horas y sometido a un "interrogatorio" por parte de los
terroristas.
En
1986 fueron condenados por el asesinato de Ángel
Dos miembros del grupo Otxobi de ETA:
Francisco
Barrenechea Varela
Ignacio
Mendiburu Iturain.
Las condenas fueron a 27 años de reclusión mayor
como autores materiales.
Barrenechea Varela, que llegó a acumular penas por
45 años de cárcel, sólo cumplió efectivamente ocho años, pues
el 9 de abril de 1992 le fue concedido el tercer grado penitenciario.
Mendiburu Iturain, por su parte, fue clasificado
en tercer grado el 24 de enero de 1997 por enfermedad grave, cuando sólo había
cumplido trece años de prisión.
A
las 21:40 horas del
3 mayo 1997
25º
ANIVERSARIO
Un terrorista entró a cara descubierta en la Marisquería
El Puerto, en Ciérvana-Vizcaya-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a
Tras gritar "¡Al suelo!" disparó un
tiro en la nuca del
guardia civil
JOSÉ MANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ
Que en
ese momento tomaba unas tapas en compañía de su esposa en la barra del restaurante.
El terrorista huyó en un coche que le esperaba
fuera con el motor en marcha y conducido por otro etarra.
En cuestión de segundos, ambos desaparecieron
del lugar en dirección a Santurce.
En el pequeño embarcadero la noticia se fue
extendiendo poco a poco entre los restaurantes cercanos al del atentado,
abarrotados de gente cenando tanto en su interior como en las terrazas, lo
habitual en el Puerto de Ciérvana todos los sábados por la noche.
Miembros de la Guardia Civil y la Ertzaintza
acordonaron la zona y establecieron controles de identificación de decenas de
coches particulares que, poco a poco, fueron abandonando el lugar.
Al día siguiente se le realizó la autopsia a
José Manuel en el Instituto Anatómico Forense del Hospital de Basurto y, a media
mañana, se instaló la capilla ardiente en la sede del Gobierno Civil.
Tres días después, la banda etarra estuvo a
punto de provocar una masacre en la base militar de Araca, en Vitoria.
Varios terroristas secuestraron al que abastecía
de pan al acuartelamiento y, utilizando su vehículo, accedieron al recinto con
carnés de identidad falsos.
Colocaron dos bombas y una de ellas llegó a
estallar.
No causó víctimas mortales a pesar de que en el
lugar había decenas de personas, entre ellas niños de corta edad.
El aviso de colocación no llegó con la
suficiente antelación como para poder evacuar correctamente el recinto.
En 2001 la Audiencia Nacional condenó a
Asier Uribarri Benito
Lander Maruri Basagoiti
A 16 años de prisión como cómplices del asesinato
de José Manuel García.
La información que
recabaron se la dieron a miembros del grupo Donosti, autores materiales del
asesinato.
Dos de ellos, Salvador
Gaztelumendi Gil, alias Andoni, y
José Miguel Bustinza Yurrebaso, alias Iván,
resultaron muertos en un enfrentamiento con la Guardia Civil el 23 de
septiembre de 1997.
El tercer etarra que participó en el atentado estaba fugado en el momento de la celebración del juicio en 2001.
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