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DEBEMOS OLVIDAR
A
las 22:25 horas del
6 mayo 1975
47º ANIVERSARIO
ETA ametrallaban en Guernica-Vizcaya-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
guardia civil
ANDRÉS SEGOVIA PERALTA
Cuando se
dirigía al cuartel de la Guardia Civil de la localidad.
Volvía de prestar servicio de vigilancia en la
fábrica de armas Astra-Unceta, poco después de las diez de la noche.
Andrés regresaba a pie al acuartelamiento de
Guernica por la vía férrea Bilbao-Bermeo que pasa por la puerta de la citada
fábrica.
Cuando llevaba recorridos unos cien metros,
varios etarras que estaban apostados detrás de un almacén le dispararon por la
espalda con una metralleta.
Al escuchar los disparos, el jefe de estación de
Guernica, que se encontraba a unos diez metros de donde Andrés cayó herido, fue
a avisar a los clientes de un bar próximo.
Todos juntos caminaron al lugar donde yacía
herido el guardia civil.
Al reconocer al jefe de estación exclamó entre
lamentos: "ya ves lo que me han hecho, me han matado, me han
matado".
Junto al almacén se encontraron entre 30 y 40
casquillos de bala.
El agente recibió más de 20 impactos de bala y
falleció media hora después, cuando era trasladado en un taxi al Hospital Civil
de Bilbao.
Al día siguiente, miércoles 7 de mayo, a primera
hora de la tarde, se instaló la capilla ardiente en la biblioteca del cuartel
de la Guardia Civil de La Salve en Bilbao.
Dos días después, el 9 de mayo, se celebró el
funeral en este cuartel.
El Ayuntamiento de Bilbao expresó su más enérgica
repulsa por el atentado.
En octubre de 1975
se produjo una gran operación de la Guardia Civil en Vizcaya.
Entre los detenidos
estaba María Aránzazu Sagrado Aguirre, vecina de Guernica y novia del huido
Pedro Antonio Alonso Herrero, miembro del mismo grupo etarra que Jesús María
Marquiegui Ayastui, alias Marqui, y
José María Zapirain Maya, autores del asesinato de Andrés Segovia.
María Aránzasu Sagrado Aguirre había estado
vigilando los movimientos de los guardias civiles en la fábrica de armas Astra,
información que pasaba a Alonso Herrero y este a Marquiegui.
Este último murió en un enfrentamiento con la
Guardia Civil el 14 de mayo de 1975, nueve días después del asesinato de Andrés
Segovia.
En el enfrentamiento también murió la pareja que
tenía escondido a Marquiegui, Ignacio Garay Legarreta y Blanca Zaralegui
Allende, y el teniente de la Guardia Civil Domingo Sánchez Muñoz.
En cuanto a José María Zapirain Maya,
fue detenido en Francia en enero de 1979, pero no fue juzgado en España.
Posteriormente, cuando en 1989 Venezuela empezó
a acoger etarras deportados desde Argelia, se instaló en ese país.
Hoy día es un próspero
empresario y se considera que es uno de los etarras que
mayor fortuna ha hecho en la Venezuela de Hugo Chávez, donde es
propietario de empresas de procesamiento de pescado, de terrenos y de cuentas
corrientes muy saneadas.
A LAS 07:00 DEL
6
mayo 1991
31º ANIVERSARIO
guardia civil
FRANCISCO ROBLES FUENTES
Era asesinado en el puerto de Pasajes y varios
compañeros suyos resultaron heridos de diversa consideración, alcanzados por la
onda expansiva de una bomba que los terroristas del grupo Donosti de ETA
accionaron cuando vieron acercarse a sus víctimas.
El artefacto explosivo, activado a distancia,
estaba adosado a una garita situada junto a uno de los muelles del almacén
número 1 del depósito franco del puerto de Pasajes.
Estaba compuesto por 10 kilos de amonal.
Los guardias civiles estaban destinados en el
Servicio Fiscal de Control de Mercancías del puerto.
HERIDOS
José Moreno
Piñero
Miguel Ángel
Álvarez Escanciano
David Náñez
Minguela, el más grave.
Fue trasladado al Hospital de Nuestra Señora de
Aránzazu donde le amputaron parcialmente la pierna derecha.
El funeral por Francisco Robles se celebró al día
siguiente, 7 de mayo, en la Iglesia de la Sagrada Familia de San Sebastián,
presidido por el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera,
y el delegado del Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguirirano.
En 1994 fueron condenados a 55 años de prisión por
un delito de atentado con el resultado de muerte, y tres delitos de asesinato
frustrado, los etarras
Sergio
García Razquín
José
Ignacio Echevarría Pascual
Alfonso
Castro Sarriegui
José
Arizmendi Oyarzábal
Miren
Maitane Sagastume Arrieta
Javier
Aramburu Muguruza.
Todos ellos eran miembros del grupo Ipar-Haizea de
ETA.
En 1996 fue condenado a la misma pena que sus
compañeros el etarra
Ignacio
Cañas Cartón, que fue quien fabricó el artefacto explosivo en su casa.
Francisco Robles Fuentes, hijo de guardia civil, era natural de Segura
de la Sierra (Jaén) y tenía 21 años.
Llevaba seis meses destinado en Guipúzcoa. Tenía
previsto viajar el mismo día del atentado a Valencia para asistir a la primera
comunión de una prima.
Sus padres residían en Campanar (Valencia) y ahí
recibieron sepultura los restos mortales de Francisco.
6
de mayo de 1998
24º
ANIVERSARIO
ETA, volvía a
asesinar a un político,
portavoz
de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en el Ayuntamiento de Pamplona.
TOMÁS CABALLERO PASTOR
Dos etarras le
dispararon dos tiros a través de la ventanilla del conductor de su vehículo,
estacionado en las inmediaciones de su vivienda, en Pamplona-NAVARRA-ESPAÑA,
cuando acababa de ponerlo en marcha.
Los proyectiles
impactaron en la cabeza y en la cara del edil.
Eran aproximadamente
las nueve y cuarto de la mañana.
Como todos los días laborables desde que en
julio de 1995 tomó posesión de su cargo en el Consistorio pamplonés, Tomás se
dirigía al Ayuntamiento para realizar su labor como portavoz de su grupo
municipal.
Poco antes, como era su costumbre, había
comprado el periódico.
Tomás iba acompañado por una vecina a la que
regularmente llevaba hasta su trabajo, en el centro de Pamplona.
Un testigo precisó que la víctima miró los
bajos de su automóvil antes de subir al mismo.
El coche estaba equipado con un sistema de
alarma para prevenir que fuera abierto por extraños.
Este dispositivo fue instalado en el vehículo
después de que ETA iniciase su campaña de atentados contra ediles del
PP.
Además, el fallecido había participado
recientemente en un curso de autoprotección, impartido por miembros de las FSE
para cargos públicos ante el temor a sufrir un atentado.
Apenas se puso en marcha el coche, dos
individuos se acercaron al mismo y uno de ellos disparó dos tiros contra el
concejal.
El automóvil del edil continuó la marcha hasta
chocar con otro vehículo estacionado muy cerca.
Tras efectuar los disparos, los dos terroristas
huyeron a pie en direcciones opuestas.
Su hijo José Carlos oyó los disparos desde su
casa, avisó a la policía municipal y bajó corriendo a la calle.
Cuando llegó al coche, un repartidor mañanero de
propaganda había entrado en el vehículo de Tomás e intentaba taponar el
orificio abierto por la bala en el cuello de la víctima.
José Carlos entró por la otra puerta y le cogió
la mano, y no dejaba de hablarle mientras le tomaba el pulso.
Estuvieron con él hasta que llegó la ambulancia.
El concejal, gravemente herido, fue trasladado
al Hospital de Navarra donde falleció una hora después, en torno a las 10:45
horas.
Según el parte médico facilitado por el centro,
Tomás ingresó en el servicio de Urgencias con parada cardiorrespiratoria y
heridas por arma de fuego.
Una de ellas, con orificio de entrada en la
parte izquierda de la mandíbula y salida por la cara derecha del cuello.
La otra bala quedó alojada en la barbilla.
El día que ETA asesinó a José Ignacio
Iruretagoyena, el 9 de enero de ese mismo año, Tomás Caballero
tomó la palabra en el salón de plenos del Ayuntamiento, donde se debatía una
moción de condena por el asesinato, y se dirigió a los tres representantes de
Herri Batasuna que anunciaron su abstención en la votación:
Debemos plantar cara
no sólo a los asesinos, sino también a quienes les jalean, les
apoyan y nunca les condenan. Me estoy refiriendo a los miembros de
HB.
Y agregó en tono emocionado:
Gritarán mucho en la
calle, porque es fácil (...). Ustedes, por eso, lo que quieren es
matar y seguir matando para que de esa forma nos
aterroricemos.
Quieren que nos aterroricemos
y que nos vayamos.
Pero no nos hemos
de ir, porque tenemos una obligación para con nosotros, para el
pueblo que nos ha elegido y para las futuras generaciones a las que tenemos que
conseguir dejar en paz y libertad.
A los que tenemos una
determinada edad, como la que tengo yo, nos tocó luchar contra una dictadura y
luchamos, y salimos adelante.
No nos van a
amedrentar en este momento con otra dictadura.
Herri Batasuna intentó entonces que Caballero rectificara y se querelló
contra él por injurias y calumnias, pidiéndole 90 millones de
indemnización.
El juez de
Instrucción número 3 de Pamplona archivó la querella en abril de ese mismo año,
un mes antes de su asesinato, al estimar que esas manifestaciones se enmarcaban
en el principio de la libertad de expresión.
El diario Egin publicó
su fotografía junto a un titular que decía: "El
archivo de la querella a Caballero legaliza la calumnia a HB".
Sus familiares y
amigos vieron en esa querella una especie de señalamiento que
precedió a su asesinato días después.
Caballero era consciente
del riesgo que corría, y lo fue hasta el último día. Hacía unos
días que había hablado con un amigo sobre los últimos atentados a concejales
del PP.
Él le había dicho: "Hay que ser fiel a lo
que uno sea, y yo soy así.
Que hagan lo que quieran".
Comisiones Obreras de Navarra, tras condenar el asesinato de Tomás, exigió al
grupo municipal de HB, "que recientemente llevó a Caballero a los
tribunales, porque éste les acusó de complicidad con el terrorismo, que demuestren
que éste se equivocaba".
Por su parte, el concejal de IU en el
Ayuntamiento de Pamplona, José Javier Echevarría, relató que cuando HB puso la
querella le preguntó a un concejal de la coalición radical si "asumirían
este hecho si, desgraciadamente, lo que yo no quería creer y hoy ha ocurrido,
ocurría.
La respuesta fue fría, me dijo que si ocurría
sería ‘un efecto del conflicto’".
El día del pleno de condena del asesinato del
concejal Caballero, ya sin cámaras, el concejal de Herri Batasuna Koldo Lakasta se
acercó a José Javier Echeverría, portavoz de IU, y le susurró: "Ya le
avisamos cuatro veces para que rectificara".
En
2003 la Audiencia Nacional condenó a 30 años de prisión mayor por el asesinato
de Tomás Caballero a los etarras
Francisco Javier Ruiz
Romero
Mikel
Javier Ayensa Laborda
Alberto
Viedma Morillas.
6
mayo 2001
21º
aniversario
ETA asesinaba en Zaragoza-ARAGÓN-ESPAÑA, de tres
disparos en la cabeza y el abdomen, al
presidente del Partido
Popular de Aragón, y senador por esa comunidad autónoma
MANUEL GIMÉNEZ ABAD
Mientras caminaba por una céntrica calle en compañía de
su hijo menor, Borja, de 17 años.
Ambos se dirigían, sobre las 18:30 horas, al
estadio de La Romareda a presenciar el partido de fútbol entre el Zaragoza y el
Numancia, que comenzaba media hora después.
El político fue
atendido, inicialmente, por un equipo médico en el lugar del atentado, y el
cadáver fue trasladado posteriormente al Instituto Anatómico Forense para
practicarle la autopsia.
Un testigo relató
a El Mundo la desolación
de Borja ante el cadáver de su padre: "Era espantoso,
tenía las manos en la cabeza y gritaba dando vueltas alrededor del cuerpo de su
padre, sin saber qué hacer ni dónde ponerse".
El presidente de los populares aragoneses tenía
por costumbre ir a Jaca, su ciudad natal, los fines de semana.
Como contó su viuda, ese fin de semana su hijo
Borja había aprobado COU e iba a celebrarlo con sus amigos.
Por ello fue Manuel el que bajó a Zaragoza, y no
al revés.
Manuel Giménez Abad no llevaba escolta, aunque
estaba metido en los turnos de contravigilancia que realizaba la Policía
Nacional, según informó la Delegación del Gobierno.
Hacía unos días que el presidente del PP vasco,
Carlos Iturgaiz, se había encontrado con Manuel Giménez y se extrañó de que
fuera sin guardaespaldas.
Le preguntó por qué, y su homólogo aragonés le
respondió: "¿Escoltas yo? Bastante tengo con el Plan Hidrológico
Nacional", en referencia al conflicto surgido en aquella
comunidad autónoma a raíz de la aprobación en el Congreso del plan.
Manuel prescindió de la escolta porque entendía que
era gravoso para la Administración.
La muerte de Manuel Giménez causó gran
consternación en Aragón y de modo especial entre la clase política, ya que era
una persona muy apreciada dado su talante conciliador. La capilla ardiente
quedó instalada en la sede de las Cortes de Aragón, en el Palacio de la
Aljafería.
El ministro del Interior, Mariano Rajoy, llegó a
primera hora de la noche a Zaragoza y acudió al domicilio de Manuel para
visitar a la viuda del dirigente asesinado.
Tanto al lugar del atentado, como al Instituto
Anatómico Forense y a la sede del Partido Popular se acercaron representantes
de las instituciones aragonesas.
El Gobierno autónomo en pleno, con el presidente
Marcelino Iglesias a la cabeza, se acercó a dar el pésame a la
Ejecutiva regional del PP, que se reunió en la sede del partido.
Manuel fue la primera persona a la que ETA
asesinaba de un tiro en la nuca en Aragón, aunque la banda asesina ya había
dejado su huella en varios atentados con el método del coche bomba en esta
comunidad, siendo el más grave de todos el cometido contra la casa cuartel de
la Guardia Civil de Zaragoza, en el que hubo 11 muertos, cinco de ellos niños.
AUNQUE A DÍA DE HOY NO HA SIDO JUZGADO NI CONDENADO NINGÚN ASESINO DE LA BANDA TERRORISTA ETA POR ESTE ATENTADO
Según algunos
testigos, el autor fue un joven de unos 25 años, de
Luego, ambos
continuaron la huida a bordo del automóvil que conducía la terrorista. La
policía cree que eran miembros de un grupo itinerante de ETA.
La banda asesina reivindicó el atentado en un comunicado del que se hacía eco el diario Gara el 26 de julio de 2001.
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