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DEBEMOS OLVIDAR
8
mayo 1980
42º
ANIVERSARIO
ETA asesina en Pasajes de San Juan-GUIPÚZCOA-PAÓS
VASCO-ESPAÑA, al
Excomandante de artillería y secretario de la Delegación
Provincial de Deportes de Guipúzcoa.
JOSÉ ESPINOSA VISCARRET
Los autores del atentado, cuatro etarras que
iban en un taxi robado, interceptaron el automóvil en el que viajaba José
Espinosa cuando salía de su trabajo como jefe de compras en Astilleros
Luzuriaga, en Pasajes de San Juan.
Eran aproximadamente las 14:30 horas.
Espinosa iba con otro amigo, en el coche de este
último, y regresaban a San Sebastián.
Al llegar a una bifurcación, el vehículo se
detuvo para incorporarse a la carretera de Rentería.
En ese momento un taxi se cruzó delante del
mismo, obligándoles a detenerse.
Inmediatamente, tres etarras descendieron del
mismo y, tras obligar al amigo a que se apease, ametrallaron a José María, que
ocupaba el asiento del pasajero.
El parabrisas del automóvil quedó destrozado y
José Espinosa recibió numerosos impactos de bala que afectaron órganos vitales,
provocándole la muerte instantánea.
En el lugar de los hechos la Policía recogió
numerosos casquillos de bala, del calibre
El cadáver del excomandante permaneció en el
automóvil de su amigo, desangrado, hasta que el juez ordenó su levantamiento
sobre las cuatro de la tarde.
Los miembros del comando se dieron a la fuga en
el taxi en dirección a Rentería.
El vehículo fue localizado por la Policía en la
calle Izquieta de esta localidad guipuzcoana, dos horas después del atentado.
El taxi había sido robado a su propietario a
punta de pistola una hora antes, y el taxista fue abandonado, atado y
amordazado, en el monte Jaizquibel.
8 de mayo 1989
33º aniversario
ETA asesinó en Alcalá de Henares-Madrid-ESPAÑA,
a los
policías
nacionales
JOSÉ ANTONIO MONTES GILA
JUAN ANTONIO GARCÍA ANDRÉS
E hirió a otros dos en un atentado en dos fases.
Previamente habían ametrallado al funcionario de
prisiones
HERIDO
José Luis
López Montenegro.
En torno a las 22:10 horas tres etarras se
apostaron en la carretera comarcal que lleva a la prisión de Alcalá-Meco con el
objetivo de asesinar a un funcionario de prisiones.
Cuando vieron que se aproximaba el vehículo
conducido por José Luis López Montenegro, los etarras abrieron fuego contra él.
Alcanzado en la espalda por dos proyectiles,
José Luis pudo apearse del coche y huir a pie campo a través para salvar la
vida.
A continuación, los etarras colocaron una carga
explosiva en el vehículo del funcionario de prisiones, compuesta por quince
kilos de amonal.
Unos minutos más tarde, un microbús con una
docena de agentes y dos vehículos particulares, ocupados también por policías
nacionales de paisano, pasaron por la carretera donde estaba el coche de López
Montenegro, con las luces encendidas y una puerta abierta.
Uno de los vehículos policiales trasladó al
herido y el otro se acercó a inspeccionar el interior del coche del
funcionario.
Cuando los policías se acercaban al mismo, la
carga explotó y ocasionó la muerte en el acto de José Antonio Montes y Juan
Antonio García.
HERIDOS
Pedro Fuentes
Fuentes
Gabriel
Sánchez Rico
Ambos, tras la primera inspección ocular, se
dirigieron a su propio coche para informar de los hechos y eso les salvó la
vida, porque en ese momento el automóvil explotó.
Al parecer, los terroristas no tenían
definida a qué víctima querian asesinar.
Tan sólo pretendían que fuera un funcionario de
prisiones y que viajara solo.
El único dato con el que contaban los etarras
era la hora de cambio de turno entre los funcionarios, una información que
incluso podía haber sido dada por uno de los presos etarras de Alcalá Meco.
Además, el funcionario de prisiones contra el
que se atentó, José Luis López Montenegro, no estaba adscrito a la cárcel de
Alcalá-Meco propiamente dicha, sino al recinto de jóvenes donde no hay ningún
preso etarra.
La ficha de salida del trabajo de López
Montenegro marcaba las 22:09 horas.
Dos minutos antes, otro funcionario de la cárcel
fichaba también su salida.
Se dirigió al cruce de la carretera y reconoció
por el retrovisor a López Montenegro.
Observó también a la derecha del cruce de la
carretera de Alcalá de Henares un coche al que no prestó atención y siguió su
camino a casa.
Este funcionario se libró porque José Luis iba
demasiado cerca de él.
Al día siguiente se instaló la capilla
ardiente por los dos policías asesinados en la sede de la Policía en Canillas.
Al funeral asistieron el ministro de Interior,
José Luis Corcuera, y el de Justicia, Enrique Múgica.
Distintas fuentes sindicales confirmaron
que los
presos etarras en Alcalá-Meco celebraron por todo lo alto el asesinato de
José Antonio y Juan Antonio.
Fue un auténtico escándalo.
En
1992 la Audiencia Nacional condenó a
Henri Parot a 105 años de prisión por el atentado que costó la vida a los dos agentes de policía
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