viernes, 3 de junio de 2022

3 JUNIO

 




Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

3  junio  1974

48º aniversario

 

ETA terminó en Ataún-Guipúzcoa-país vasco-españa, con la vida, del

 

guardia civil 

MANUEL PÉREZ VÁZQUEZ





Que  formaba parte de un dispositivo de control que se estableció tras el robo en la empresa CAF (Compañía Auxiliar de Ferrocarriles). 

El 31 de mayo cinco terroristas armados con subfusiles habían atracado, con la complicidad de un empleado, las instalaciones de CAF en Beasain, haciéndose con los catorce millones de pesetas de la nómina de los trabajadores.

 

Tras el atraco, la Guardia Civil había establecido un dispositivo de búsqueda en toda la zona para tratar de localizar a los etarras.

 

Estos eran

 

   Juan Labordeta Vergara, alias Lezo

 

   José Manuel Pagoaga Gallastegui

 

   Peixoto

 

   José Antonio Garmendia Artola

 

   Dumpe

 

   Félix Eguía Jaureguizábal

 

   Francisco Javier Aya Zulaica

 

   Trepa.

 

12 horas después, una pareja de motoristas de la Agrupación de Tráfico localizó un vehículo cerca de Olaberría, cuyos ocupantes habían entrado en un edificio en ruinas.

Se produjo un tiroteo y los etarras consiguieron huir.

En el edificio se encontró casi todo el dinero robado y armas de todo tipo.

Poco después se detuvo a uno de los asaltantes,

   Juan Labordeta Vergara, que no ofreció resistencia.

La operación de búsqueda del resto de atracadores se prolongó varios días.

Durante la madrugada del 2 al 3 de junio, un vehículo de la Guardia Civil, conducido por Manuel Pérez Vázquez, circulaba por Ataún cuando vieron a dos hombres y una mujer que les resultaron sospechosos.

Éstos transitaban por el tramo de carretera que une las localidades guipuzcoanas de Lezcano y Ataún.

En el vehículo de la Guardia Civil viajaban también el teniente Evaristo García Sotelo y el cabo primero Miguel Alonso Martín.

Los guardias civiles se detuvieron y pidieron la documentación a los tres sospechosos.

Dos de ellos (María Lourdes Aizmendi y José María Arín Baztarrica) la mostraron, pero el tercero sacó una pistola y disparó contra Manuel, dejándolo gravemente herido.

Alcanzado por un disparo en el corazón, murió poco después en la Clínica de San Cosme y San Damián de Tolosa.

El autor de los disparos sería identificado posteriormente como Miguel Ángel Apalategui Aierbe, de 19 años, que trabajaba como administrativo en CAF y había suministrado a los etarras la información para cometer el atraco.

 

Tras asesinar al guardia civil, saltó a un río cercano salvando un gran desnivel y huyó amparado por la oscuridad de la noche.

 

La Guardia Civil sospechó que Apalategui Aierbe, alias Apala, pensó que Labordeta Vergara lo había delatado y que iban a detenerlo.

 

Pocos años después, el asesino de Manuel Pérez alcanzaría gran notoriedad como miembro de ETA.

 

 

3  junio  1980

42º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba en Bilbao-PAÍS VASCO-ESPAÑA, a

 

Exmiembro  de la banda y, según ETA, infiltrado de las Fuerzas de Seguridad.

TOMÁS SULIBARRIA GOITIA



La víctima acababa de mantener una reunión con los responsables del Banco de Vizcaya, banco en el que trabajaba antes de ser detenido en 1978 y pasar año y medio en prisión.

La visita a la sucursal bancaria tenía por objeto pedir que le reingresaran en el puesto de trabajo anterior.

Cuando regresaba a su domicilio caminando por la calle Correo, dos terroristas (un hombre y una mujer) se le acercaron por la espalda y le dispararon un único tiro en la nuca que le causó la muerte en el acto.

Eran las 10:30 horas.

El cadáver de Sulibarria quedó durante unos quince minutos tendido en el suelo, boca arriba, mientras seguía manando sangre de su cabeza.

Trasladado al Hospital de Basurto, los médicos sólo pudieron certificar su fallecimiento.

Previamente, en mayo de 1978 la Policía había desarticulado los grupos Mendizábal y Serpa de ETA, deteniendo a varios de sus integrantes.

 

Sulibarria era, presuntamente, el jefe de la primera célula.

 

Logró eludir a la Policía y huyó a Francia.

 

Allí se trasladaron también su mujer y su hija.

 

Pocos meses después, en la tarde del 30 de agosto de 1978, vecinos de la localidad de Mundaca encontraron a un hombre gravemente herido por un disparo en el cuello en la carretera que une esa localidad vizcaína con Bermeo.

Una bala le había atravesado la garganta y la mandíbula, dejándole sin habla.

Trasladado al ambulatorio de Bermeo para realizarle las primeras curas, consiguió escribir en la camilla con su propia sangre "Soy de ETA".

Debido a la gravedad de las heridas, lo trasladaron al Hospital Civil de Basurto, donde fue identificado como Tomás Sulibarria Goitia.

La banda terrorista ETA emitió un comunicado responsabilizándose del atentado contra Sulibarria, en el que lo acusaba de "haber traicionado a la organización" y ser miembro a sueldo de los Servicios de Seguridad españoles desde que había sido detenido por un breve espacio de tiempo tres años antes, en 1975.

 

El escrito de ETA daba datos sobre la participación de Tomy en la creación de la gestora pro amnistía de su barrio y su posterior ingreso en ETA, organización en la que actuó como coordinador de dos grupos terroristas (el Mendizábal y el Serpa) cuyos componentes serían posteriormente detenidos, al haber sido "vendidos" a la Policía española por Sulibarria.

 

Según la versión de la banda terrorista, Sulibarria huyó a Francia en mayo de 1978 con la intención de "introducirse entre los refugiados para llegar a tener acceso a aquellos a quienes el Gobierno atribuye una mayor influencia política". Fruto de esa actividad y "en colaboración con su enlace de los servicios de seguridad españoles", continuaba el comunicado de la banda, Sulibarria preparó el atentado en San Juan de Luz contra el exdirigente de ETA Juan José Etxabe y su mujer en julio de 1978.

Tomás Sulibarria negó desde el primer momento tales acusaciones.

 

Finalmente la Audiencia Nacional lo condenó a un año y seis meses de prisión por depósito de armas.

 

La sentencia declaró probado que Tomy, miembro de ETA militar, tenía escondidas, con destino a los fines de la banda terrorista, dos metralletas, seis pistolas y un revólver en el piso de su propiedad que fue registrado por la Policía en mayo de 1978 y que, enterado del registro, Sulibarria huyó a Francia.

 

 

Para añadir más confusión a este caso, al día siguiente de su asesinato su viuda hizo unas declaraciones publicadas en el diario bilbaíno La Gaceta del Norte, en las que dijo que "a Tomás no lo había matado ETA sino la envidia y la mentira".

 

señalaba claramente al etarra Pagoaga Gallastegui, alias Peixoto: "Él molestaba a una persona de la ‘Capilla Sixtina’ (nombre con el que se conocía a la dirección de la banda), a Peixoto concretamente, y por eso ha muerto".

 

En sus declaraciones, Carmen narraba las relaciones de Tomás con ETAm y las razones que movieron a la organización a atentar contra él por dos veces. "Tomás era una persona que a los catorce años empezó a luchar por Euskadi, y a los veintisiete le han pegado un tiro", explicaba Carmen Francia. "Mientras estuvo en Euskadi sur fue una persona bien considerada dentro de la organización ETAm. Cuando pasó al Norte, la ‘Capilla Sixtina’ le indicó que tenía que volver al Sur. Le ofrecieron un cargo burocrático que a él no le gustaba, aunque anteriormente había estado dedicado a la captación de militantes. Las armas se pusieron sobre la mesa quince días antes de que sufriera el atentado del 30 de agosto de 1978. Si no acataba las órdenes, le echarían de la organización". "Mi marido", añadía, "les dijo que de la organización sólo le podía echar la base, pero no ellos, y si la base le echaba seguiría luchando como independiente, como lo hizo antes. El día 30 de agosto fue el atentado. Le citaron para hablar de una posible acción, pero lo único que hicieron fue llevarle a Mundaca. En ningún momento le llamaron asesino ni traidor.

 

Tras el atentado estuvo en el hospital y después pasó a la cárcel de Basauri -tenía la boca cosida, por la operación que le tuvieron que hacer-, y en vísperas de Navidad, le llevaron a Burgos.

 

Allí estuvo cuatro veces en celdas de castigo por defender los derechos de los presos".

 

Carmen Francia recordaba que cuando salió de prisión la dirección de ETA Militar le dijo que debía irse de Euskadi "hasta que la gente se olvidara de él, y le dijeron que no habría problemas de dinero. Si se quedaba en Euskadi, lo más probable es que recibiera un tiro. Además debía de abandonar la izquierda abertzale. Él me dijo entonces que prefería morir en Euskadi con la cabeza alta que vivir por ahí como un perro". Tomás Sulibarria murió, según afirmó su esposa, el 31 de agosto de 1979, al día siguiente de su primer atentado, "cuando le llamaron traidor". "Desde que salió de Burgos", aseguraba, "sus cuatro meses de libertad habían sido un infierno. Ayer mismo me decía, mientras estaba mirando los recortes de periódico sobre el tema" -hacía días que notaba que le seguían-: ‘Me voy a volver loco, me tienen cogido, pero saben que nunca hablaré’. Mi marido sabía quién le disparó en agosto de 1978".

También el abogado Juan Luis Ibarra Robles, vinculado desde hacía años a la izquierda proetarra, dirigió al diario Egin una carta en la que rectificaba algunas informaciones sobre su defendido Tomás Sulibarria y calificaba la versión de los hechos de ETAm de "simple y llanamente falsa".

 

El abogado aseguraba en su carta que, durante dos años, fue valedor del que constituyó el único y obsesivo deseo del antiguo etarra, desde el atentado fallido que ya sufrió en agosto de 1978: "Que la organización a la que perteneció, antes de apretar el gatillo contra su cabeza, le permitiera defenderse de las acusaciones que contra él efectuaba". Juan Luis Ibarra, que participó en la defensa de Sulibarria y sus compañeros acusados de pertenecer al comando Mendizábal ante la Audiencia Nacional, de cuya denuncia ante la policía fue responsabilizado Tomás por ETA Militar, aseguró que Sulibarria dirigió todos sus esfuerzos durante la instrucción del sumario, con éxito, a la exculpación de las otras tres personas implicadas, asumiendo toda la responsabilidad del delito de depósito de armas.

 

Sea como fuere, lo único claro en el caso de Tomás Sulibarria es que el atentado fue cometido por la banda terrorista ETA.

Si perteneció a ETA o fue un infiltrado en la banda sigue siendo un misterio a día de hoy, teniendo en cuenta las contradicciones insalvables que hay en los testimonios de la propia víctima (que escribió con su propia sangre "soy de ETA" pero negó su pertenencia a la banda en el juicio), de su viuda, del abogado y de la banda terrorista.

 

3  junio  1982

40º ANIVERSARIO

 

ETA asesina en Bilbao-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al

 

coronel retirado del Ejército de Tierra 

DANIEL HENRÍQUEZ GARCÍA




Cuatro terroristas lo ametrallaron desde un vehículo instantes después de que el militar aparcara su automóvil junto a la puerta de su domicilio en el barrio bilbaíno de San Ignacio.

A continuación emprendieron la huida.

Una hora después de ser asesinado, hacia las nueve de la noche, el juez ordenaba el levantamiento del cadáver, que se encontraba tendido entre dos automóviles, con un periódico entre las manos y en mitad de un gran charco de sangre.

Dos años y medio antes, el 4 de diciembre de 1979, el militar había sufrido un intento de secuestro.

Dos jóvenes se presentaron en su domicilio, pero el coronel se encontraba ausente.

Los gritos de la esposa del militar y de su hija, que alertaron al vecindario, hicieron desistir de sus propósitos a los secuestradores.

Anteriormente había recibido amenazas, por lo que se había trasladado a unos edificios destinados a miembros del Ejército cercanos al antiguo Gobierno Militar.

Incluso llegó a llevar escolta durante algún tiempo.

Tras jubilarse, volvió a vivir en su antiguo domicilio.

 

A la 01:30 del

3  junio  1990

32º aniversario

 

ETA tiroteaba en Pamplona-NAVARRA, al

 

ex policía nacional 

FRANCISCO ALMAGRO CARMONA



En  el portal de su domicilio en el barrio pamplonés de Rochapea.

Los terroristas lo llamaron de forma amistosa a través del portero automático del edificio para que bajara: "Baja, Paco, baja".

Cuando abrió el portal, le dispararon cuatro tiros.

A continuación los etarras abandonaron el lugar de los hechos en un vehículo que, previamente, habían robado a punta de pistola a una pareja de novios.

Éstos habían sido abandonados encadenados a un árbol en el término municipal de Arre (Navarra).

Poco después, varias personas bajaron al portal y hallaron el cuerpo sin vida del expolicía tendido en el suelo en medio de un gran charco de sangre.

Tres semanas después se encontró la pistola utilizada para acabar con la vida de Francisco Almagro

 

Junto  al cadáver del terrorista Juan María Lizarralde Urreta, fallecido en la Foz de Lumbier (Navarra) el 26 de junio de 1990, junto a su compañera, la también etarra Susana Arregui Maiztegui.

 

Al parecer ambos se suicidaron al creerse rodeados por efectivos de la Guardia Civil.

 

En estos mismos sucesos resultó herido y detenido Germán Rubenach Roig, que había asesinado unas horas antes al sargento de la Guardia Civil José Luis Hervás Mañas.

 

   Rubenach Roig

 

Fue  condenado por la Audiencia Nacional en 1995 a 30 años de reclusión mayor por el asesinato del ex policía nacional.

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