Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A las 23:00
del
8 junio
1986
36º
ANIVERSARIO
El cabo primero de la Guardia Civil,
ANTONIO RAMOS RAMÍREZ
Es ametrallado en Mondragón-Guipúzcoa-PAÍS VASCO-ESPAÑA por
miembros de la banda terrorista ETA.
La víctima no estaba de servicio, ni vestía el
uniforme reglamentario, por lo que los etarras debían de conocer bien sus
hábitos tras someterlo a un período de seguimiento y vigilancia.
El atentado se produjo en el barrio de San
Andrés, en el momento en que Antonio Ramos se acababa de introducir en su
vehículo particular después de haber estado en un bar próximo.
El guardia civil fue alcanzado en el corazón y
el brazo izquierdo, quedando gravemente herido.
Aunque fue trasladado de forma inmediata al centro
asistencial de Mondragón por personal de la Cruz Roja, no pudo hacerse nada por
su vida e ingresó cadáver.
El vehículo de Antonio presentaba un total de
diez impactos (dos disparados desde el interior), por lo que el guardia civil
debió de repeler la agresión, ya que en su mano tenía un arma que había sido
disparada.
El turismo quedó cruzado en la calle del Doctor
Bañez, a poca distancia del bar en el que, hasta momentos antes de su
asesinato, había estado.
Al día siguiente del asesinato de Antonio Ramos,
un convoy de tres vehículos de la Guardia Civil fue atacado en Hernani
(Guipúzcoa) mediante un coche-bomba, resultando heridos leves dos civiles.
El asesinato del guardia civil está sin
juzgar de momento.
Años después, las
Fuerzas de Seguridad señalaron a
Luis
Enrique Gárate Galarza, alias Zorro
, como uno de los
participantes en el atentado.
Gárate fue detenido en
el sur de Francia, en la localidad de Cognac, a unos cien kilómetros de
Burdeos, el 9 de febrero de 2004.
El etarra pretendía
introducir en España, junto a Ibón Elorrieta Sanz, una furgoneta Renault Kangoo
cargada con material explosivo y armas.
Por este delito fue
condenado en Francia a 16 años de prisión.
En junio de 2006,
España solicitó la extradición de Gárate Galarza, y en marzo de 2010 fue
entregado temporalmente a España para ser juzgado por diversos atentados
cometidos en la década de los ochenta.
8 junio 1991
31º
aniversario
ETA asesinaba a
tiros en Rentaría-Guipúzcoa-país
vasco-españa a
RAÚL SUÁREZ FERNÁNDEZ
Mientras paseaba a
su perro en torno a la medianoche.
La víctima había
sido sometida
a un seguimiento previo, por lo que los miembros del grupo
Ipar-Haizea de ETA conocían sus costumbres.
Mientras Raúl
caminaba por el paseo Iztieta de la localidad guipuzcoana, los etarras se
acercaron a él y le pegaron varios tiros que provocaron su muerte casi en el
acto.
Los pistoleros se ensañaron,
además, con el perro, contra el que abrieron fuego hasta
matarlo.
En el asesinato de Raúl intervinieron nueve
miembros de la banda, detenidos en agosto de 1991 y condenados
por la Audiencia Nacional en 1995.
Como autores de los disparos que
acabaron con la vida de Raúl fueron condenados a 30 años los etarras
José
Ignacio Echevaría Pascual
José
Arizmendi Oyarzábal.
A 27 años, también como autores responsables de un
delito de asesinato, fueron condenados
Miguel
Ángel Benaito Villagarcía
Miren
Maitane Sagastume Arrieta
Iñaki
Casas Cartón.
Los tres fueron en coche con los autores
materiales de los disparos hasta el lugar del crimen y les acompañaron en la
huida.
Por último, y en calidad de cómplices,
fueron condenados a 18 años
Alfonso
Castro Sarriegui
Amaia
Segurola Aguirre
Javier
María Múgica Picabea
Asier
Echevarría Mendiburu.
Los cuatro habían realizado labores de vigilancia
sobre los hábitos y rutinas de la víctima.
El etarra Alfonso Castro Sarriegui había
sido policía municipal en Rentería o, más propiamente, era un topo de la
banda terrorista dentro de la Policía Municipal.
Su misión era pasar información al grupo Donosti
de ETA sobre posibles objetivos.
La infiltración de etarras, o su captación
posterior, en ayuntamientos, Hacienda Foral, Ertzaintza y
Policía Municipal, por no hablar de los cargos electos de Herri Batasuna o de su
personal de confianza que han colaborado en labores de
información con la banda terrorista, ha sido una lacra en la lucha
antiterrorista contra la que ha sido muy difícil actuar.
En el caso de la Policía Municipal, la
infiltración de etarras ha aportado a la banda terrorista información
fundamental para cometer decenas de asesinatos.
Los policías municipales no sólo tienen acceso a
datos sobre movimientos de posibles víctimas, matrículas de vehículos,
relaciones de algunos ciudadanos con el consumo o tráfico de drogas,
itinerarios de las patrulas etc., sino que también acuden junto
a las fuerzas de seguridad a los lugares donde se han cometido atentados,
buena ocasión para conocer a los integrantes de los servicios de información o
las matrículas de los vehículos que estos utilizan.
Un ejemplo claro es el de Castro Sarriegui, que
pasaba habitualmente información a los pistoleros de la banda sobre potenciales
víctimas o para llevar a cabo otro tipo de acciones, como el robo de armas.
Así, tras su detención en agosto de 1991, entre la documentación incautada había un plan para asaltar las dependencias de la Policía Municipal de Rentería y sustraer las pistolas reglamentarias.
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