martes, 6 de septiembre de 2022

6 SEPTIEMBRE

 



Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

A las 22:15 del

6  septiembre  1980

42º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba de un disparo en la cabeza , al capitán de la

 

Policía Nacional 

BASILIO ALTUNA FERNÁNDEZ DE ARROYABE 








Mientras  presenciaba un baile en la plaza de la localidad alavesa de Erenchun, a doce kilómetros de la capital, en compañía de un grupo de familiares y amigos.

El proyectil le atravesó la cabeza y le provocó la muerte en el acto.

El autor del atentado aprovechó la confusión para huir en un automóvil que le esperaba en una de las calles del pueblo.

El cadáver permaneció en el suelo durante dos horas hasta que el juez ordenó su levantamiento.

Según señalaron varios vecinos del pueblo, Basilio Altuna estaba amenazado desde hacía cuatro años, coincidiendo con su permanencia en Vitoria como teniente durante los sucesos de marzo de 1976, en los que perdieron la vida cinco trabajadores durante una huelga general por disparos de la Policía.

ETA político-militar señaló este suceso como justificación del asesinato del capitán Altuna en una llamada telefónica hecha a medios de comunicación vascos en la que asumía la autoría del atentado.

Además, la banda asesina acusaba a Altuna de participar en actividades ligadas a organizaciones ultraderechistas.

La viuda e hijos de la víctima remitieron a los medios de comunicación vascos una carta en la que emplazaban a los asesinos a que demostrasen que Basilio Altuna tuviese alguna responsabilidad en los hechos de marzo de 1976.

En la carta, la familia del capitán asesinado subrayaba que ETA pm no escapaba a las contradicciones que paralizaban a la sociedad, y que la complejidad de los problemas actuales no podía resolverse en una película de buenos y malos.

"Bien sabemos que nuestra verdad poco podrá hacer contra la gran mentira que lleva el sello de una organización tan prestigiada, pero no por ello vamos a callar".

Tras indicar que el servicio de información de ETA pm había contado con largos años para elaborar datos en torno a la figura del capitán Altuna –"aunque no se ha preocupado de hacerlo con objetividad"-, la familia reconocía que participó en las jornadas de febrero y marzo de 1976 en Vitoria, en los que resultaron muertos cinco trabajadores.

La familia desmentía asimismo la acusación de que fuese organizador de las actividades de la extrema derecha, señalando que constituía una afrenta a su propia dignidad.

ETA, como no podría ser de otra forma, guardó silencio de forma cobarde, como siempre que ha asesinado y justificado después el asesinato con falsas acusaciones.

 

AUNQUE A DÍA DE HOY NO HA SIDO JUZGADO NI CONDENADO NINGÚN ASESINO DE LA BANDA TERRORISTA ETA POR ESTE ATENTADO

 

 

 

 

En la madrugada del

6  septiembre  1983

39º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba a tiros en la localidad  de Hernán-GUIPUZCOA-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al

 

industrial hostelero 

ARTURO QUINTANILLA SALAS




El atentado fue perpetrado por dos terroristas en el momento en el que Quintanilla Salas, su mujer y su hija mayor, de 15 años, se introducían en su coche para dirigirse al domicilio familiar, después de haber cerrado el Bar Jose Mari de su propiedad.

 

Su hija, testigo presencial del asesinato, contó a El País cómo fue el atentado:

 

"Mi padre estaba arrancando, cuando se acercó un coche oscuro, de color azul o negro; al colocarse a nuestro lado, el que estaba sentado junto al conductor bajó el cristal de la ventanilla, asomó la cabeza y el brazo y empezó a dispararnos a poquísima distancia, ya que la calle es muy estrecha y apenas caben dos coches.

 

Con el primer disparo mi padre cayó reclinado a un costado, y mi madre y yo sentimos en la cara como nos rozaban las balas; pudieron habernos matado a los tres.

 

El que disparaba vestía una cazadora oscura, gafas negras y llevaba el pelo corto".

 

Arturo Quintanilla había sido amenazado por ETA militar y había recibido avisos de colocación de artefactos explosivos en el bar de su propiedad.

 

Según contó su hija tras el asesinato había intentado pagar, en dos ocasiones, el denominado "impuesto revolucionario".

 

 

En 1985 la Audiencia Nacional condenó a

   José Antonio Pagola Cortajarena como integrante del grupo que acabó con la vida de Arturo Quintanilla Salas a más de 23 años de cárcel.

El etarra salió de prisión en octubre de 2003, tras cumplir 19 años de los 78 totales a los que fue condenado por su actividad terrorista.

En relación con este asesinato, fue juzgado y absuelto por la Audiencia Nacional, por falta de pruebas, el etarra

 

   Rosario Picabea Ugalde, alias Errota, extraditado a España en noviembre de 1996.

 

Picabea fue detenido en Francia junto a Iñaki Bilbao Beascoechea, alias Iñaki de Lemona, y el terrorista chileno Bernardo Mella Durán, cuando supuestamente se disponía a reorganizar y encabezar la nueva cúpula de la banda terrorista ETA tras la captura de la dirección etarra en Bidart.

 

Del mismo grupo terrorista que Pagola Cortajarena y Picabea Ugalde, el Tximistarri, formaban parte Manuel Arteaga, alias Manu, y Juan María Ormazabal, alias Turko, etarra fallecido en un enfrentamiento con la Ertzaintza en agosto de 1991 que acabaría con el asesinato del ertzaina Alfonso Mentxaca Lejona.

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