Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A
las 21:30 del
14
octubre 1978
44º aniversario
ETA asesinaban en Lequeitio-Vizcaya-país vasco-españa al
guardia civil
ALBERTO VILLENA CASTILLO
La víctima fue ametrallada desde un vehículo
cuando paseaba por los muelles portuarios de la localidad vizcaína, muy cerca
del puesto de especialistas fiscales de la Guardia Civil en el que estaba
destinado.
Alberto Villena fue alcanzado por cinco
disparos, uno de ellos muy cerca del corazón, efectuados desde un coche robado
como siempre en marcha ocupado por cuatro terroristas.
Trasladado inicialmente al cuartel de la Guardia
Civil para recibir los primeros auxilios, de ahí fue llevado al ambulatorio de
la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.
Los terroristas huyeron en dirección a Guernica,
donde abandonaron el vehículo y continuaron la fuga en un coche robado como siempre
AUNQUE A DÍA DE HOY NO HA SIDO JUZGADO NI CONDENADO NINGÚN ASESINO DE LA BANDA TERRORISTA ETA POR ESTE ATENTADO
A
las 18:00 del
14
octubre 1983
39º aniversario
Un individuo entró en la consulta del doctor,
Médico pediatra y facultativo del penal de El Puerto
de Santa María
ALFREDO JORGE SUAR MURO
Saliendo con él a los pocos minutos en dirección
desconocida.
Testigos presenciales vieron entrar al doctor
Suar Muro en un coche empujado por dos personas, mientras un tercer
individuo también se introducía en el vehículo.
Horas después, empleados de la residencia
sanitaria Fernando Zamácola de Cádiz vieron un vehículo coche robado como
siempre con las puertas abiertas en las inmediaciones del hospital.
Los trabajadores se acercaron al turismo y descubrieron
el cuerpo del doctor Suar Muro sentado en el asiento del copiloto,
recostado hacia atrás y con un impacto de bala visible bajo la oreja izquierda.
El asesinato del
médico de la prisión de El Puerto de Santa María se produjo después de
que familiares
de presos de ETA denunciaran públicamente en un periódico
de San Sebastián la atención sanitaria, según ellos deficiente, que recibían los
reclusos de esa cárcel.
El mismo día en que
se descubrió el cadáver del médico, familiares de Juan Carlos Martínez
Bastarrica, preso en ese penal, habían denunciado que el etarra no recibía la
atención médica adecuada a su hemiplejia progresiva, que
se manifestaba en la parálisis de su cara y del brazo y pierna derechos.
La reivindicación
provocó una gran sorpresa en medios policiales, porque hasta ese momento no se
había asociado el asesinato del doctor Suar Muro con un atentado terrorista de
ETA y la Policía lo atribuía a delincuentes comunes. "No se me olvidará
nunca. Un policía que vino a casa fue muy gráfico.
Con una carpeta
abierta en las manos la cerró y dijo: ‘Carpetazo. Ha sido ETA’", contó su
viuda al Diario de Cádiz en
el año 2000.
El doctor Suar Muro
fue la primera
víctima mortal de la banda terrorista ETA en Andalucía y
el primer
atentado contra un funcionario de prisiones.
A día de hoy ningún
miembro de la banda ha sido juzgado por este crimen.
María Ana Suar, hija de Alfredo, escribió una carta en el diario La Voz Digital con motivo del vigésimo quinto
aniversario del asesinato, donde, entre otras cosas, decía:
Querido papá: Hoy, 14
de octubre, se cumplen 25 años sin ti. El tiempo pasa volando pero casi todo
sigue igual. No sabes lo difícil que se me hace educar a mis hijas en valores
como libertad, justicia, generosidad, amistad, compromiso, respeto o perdón
(...) Cuando me preguntaron por qué yo no tenía papá, la única respuesta que
encontré fue que te llevó la Virgen rápidamente para cuidar de los niños que
están en el cielo, sentados en las nubes. Ha pasado un cuarto de siglo y poco
cambia en España. ETA, en su cobardía, continúa matando por la espalda,
dejando viudas y huérfanos, privándonos de libertad por
conseguir la suya, con tanto orgullo como para convertirse en mercenarios y sin
la humildad suficiente para pedir perdón (...).
En enero de 1984 el portavoz del Consejo de
Ministros, Eduardo Sotillos, comunicó que el Gobierno iba a remitir al
Parlamento un proyecto de ley extraordinario que permitiese conceder una pensión
excepcional a María Teresa Decarlini, viuda del doctor Suar
Muro.
El proyecto de Ley fue aprobado en mayo de 1984.
En octubre de 2004 el Gobierno creó en Jerez de la Frontera un Centro de
Reinserción Social que lleva el nombre del médico
asesinado. Antes, en el año 2000, se le concedió la Cruz al Mérito Civil a
título póstumo y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María le dedicaba una
calle. En octubre de 2008, con motivo del veinticinco aniversario de su
asesinato, Instituciones Penitenciarias realizó una ofrenda floral en el
monolito dedicado al doctor Suar Muro a la entrada del penal de El Puerto.
AUNQUE A DÍA DE HOY NO HA SIDO JUZGADO NI CONDENADO NINGÚN ASESINO DE LA BANDA TERRORISTA ETA POR ESTE ATENTADO
En
torno a las 22:30 horas del
14
octubre 1986
36º ANIVERSARIO
La explosión de un coche-bomba colocado por la
banda terrorista ETA frente al cuartel de la 411 Bandera de la Policía
Nacional, en la plaza de España de Barcelona, asesinaba al
policía NACIONAL
ÁNGEL GONZÁLEZ DEL POZO
y provocaba heridas a otras catorce
personas, cuatro de ellas también policías.
Ángel fue la primera
persona asesinada por la banda terrorista ETA en Cataluña después de la llegada
de la democracia, pasando a ser la segunda víctima mortal en
esta comunidad autónoma.
Tres días después del asesinato de Ángel
González el Comité Olímpico Internacional (COI) tenía que decidir quién
organizaría los Juegos Olímpicos de 1992.
En relación con esto, los políticos volvieron a
dar muestras de su nula sensibilidad ante un atentado de la banda terrorista
ETA, mostrándose más preocupados por las repercusiones que el asesinato de un
agente tendría en el futuro de la candidatura de Barcelona que
por la tragedia que suponía en sí misma ese asesinato.
Cuando la banda
terrorista ETA reivindicó el atentado, señaló que no lo enmarcaba "en la
campaña contra las Olimpiadas de Barcelona desarrollada por los patriotas
catalanes" (Florencio Domínguez, ETA
en Cataluña.
De Terra Lliure a Carod-Rovira, Temas de Hoy, 2005).
Sobre la campaña de los ‘patriotas catalanes’ a
los que aludía ETA en su comunicado, hubo rumores sobre la autoría de Terra
Lliure, algo que se apresuró a desmentir el jefe superior de Policía de
Barcelona, Agustín Linares, que señaló que esa banda
terrorista no tenía ni la infraestructura ni la logística necesaria para una
acción de este tipo.
La explosión del coche-bomba, que pudo oírse a
varios kilómetros a la redonda y despidió objetos a más de doscientos metros
del lugar de los hechos, se produjo en la esquina de la calle de la Cruz
Cubierta, a unos metros del cuartel de Belchite, ocupado por fuerzas de la
Reserva General, y junto a unas dependencias municipales contiguas al edificio
policial. Provocó un gran cráter en el asfalto y los cristales del cuartel y de
los edificios colindantes saltaron hechos añicos.
La bomba estaba compuesta por veinticinco kilos
de Goma 2 y metralla formada por tornillos y eslabones de cadenas, y contaba
con un mecanismo de activación de relojería para que estallase a las 22:30
horas.
El vehículo utilizado había sido robado en julio
del mismo año en un aparcamiento de Guipúzcoa.
La Policía, que había acordonado la plaza y
cortado la circulación nada más producirse la explosión, desalojó la zona
contigua al pabellón número 1 de la Feria de Muestras y registró las
dependencias por si había más bombas.
En la cercana avenida del Paralelo los
artificieros policiales provocaron la explosión controlada de un Renault 5
matriculado en Navarra que había sido denunciado como robado.
Los heridos por la explosión fueron repartidos
por diferentes hospitales como el Clínico de Barcelona, adonde también fue
llevado el cadáver de Ángel González, la residencia de la Seguridad Social de
Bellvitge, el centro municipal de Perecamps y el Hospital de la Cruz Roja de
Hospitalet.
HERIDOS
Entre los heridos, además de los policías, había
diez civiles que, en esos momentos, salían o entraban de una boca de metro
cercana.
Los agentes heridos fueron
Ángel
Barceló Naranjo, muy grave
Francisco Sánchez Torres
Francisco Rivero Iglesias
Antonio
Gómez Martín
Ángel Barceló Naranjo fallecería diez
meses después del atentado por leucosis aguda, cuando aún no había sido dado de
alta de las graves heridas sufridas en el atentado.
El informe médico determinó, no obstante, que su
muerte no había tenido relación directa con las lesiones producidas en el
atentado.
Sin embargo, en las sentencias de la Audiencia
Nacional por las que se condenó a los autores del atentado sí se contempló una
indemnización de 3 millones de pesetas para los herederos de Ángel Barceló.
En 1989 la Audiencia Nacional condenó a
Josefa
Mercedes Ernaga Esnoz a 75 años de reclusión por este atentado.
En 2001 fue también condenado
Rafale Caride Simón a un total de 102 años por el mismo atentado contra el cuartel de Belchite. Ambos participaron en la masacre de Hipercor y fueron condenados a centenares de años por ese atentado.
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