lunes, 17 de octubre de 2022

17 OCT UBR E

 







Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

A las 8:15 del

17  octubre  1981

41º ANIVERSARIO

 

ETA asesinaba en Santurce-Vizcaya-país vasco-españa, al

 

Cabo  1º de la Guardia Civil 

SANTIAGO GONZÁLEZ DE PAZ








El agente había salido de su domicilio, situado en la calle Pedro Icaza, y se disponía a subir a su vehículo, estacionado a pocos metros del portal, con la intención de dirigirse a su trabajo en el puerto, ya que pertenecía al cuerpo de especialistas fiscales de la Guardia Civil.

Cuando acababa de entrar en el automóvil, tres terroristas se situaron en un lateral del mismo y tirotearon a Santiago.

El cabo pudo salir del coche y caminar algunos pasos dando tumbos antes de caer muerto en el suelo de la acera de enfrente.

Había recibido tres impactos de bala, uno en la cabeza y dos en el pecho.

Los autores del atentado se dieron a la fuga en un taxi, del que se habían apropiado tras pedir sus servicios en Sestao.

 

En torno a las 22:00 del

17  octubre  1984

38º aniversario

 

ETA asesinaba a tiros en la localidad guipuzcoana de Rentaría-país vasco-españa, al

 

policía municipal 

VICENTE GAJATE MARTÍN











Militante  del partido socialista y afiliado al sindicato UGT.

La víctima había aparcado su vehículo en la calle San Marcos, una vez que terminó su jornada laboral, y se apeó para ir a su domicilio, cuando dos terroristas que le estaban esperando le dispararon varias veces, dándose a la fuga a continuación.

Vicente cayó al suelo, entre dos vehículos, muriendo en el acto.

Los autores del atentado habían cogido un coche robado como siempre a punta de pistola en Lezo, y cuyo dueño fue introducido en el maletero desde donde escuchó, impotente, los disparos que acabaron con la vida del policía municipal.

En esa época el entorno proetarra había acuñado el eslogan "PSOE igual a GAL" e identificaba a los militantes socialistas con la Policía.

Los socialistas interpretaron aquel atentado como una provocación directa de la banda terrorista.

En 1986 la Audiencia Nacional condenó a

 

   José Ramón Zabaleta Garmendia

 

   Francisco Javier Garmendia Arrieta

 

   Andrés Michelena Galarza

 

Pertenecientes  al denominado Comando Pepe Barros de ETA, a 29 años de reclusión mayor a cada uno de ellos por el asesinato de Vicente Gajate.

 

Por la misma sentencia fue condenado, en concepto de cómplice del asesinato, a 18 años de reclusión menor Pedro María Cuesta Garmendia, policía municipal de Rentería y compañero del asesinado.

 

Según los hechos probados de la sentencia, Zabaleta y Garmendia se integraron en ETA militar en los primeros meses de 1984. Posteriormente se trasladaron a Francia, donde recibieron cursillos de adoctrinamiento y adiestramiento en el manejo de armas y explosivos.

 

Después regresaron a España y captaron a Michelena Galarza, al que también adiestraron en el manejo de las armas por los dos primeros.

 

Los tres integraron el Comando Pepe Barros, recibieron de la dirección de la banda asesina armamento diverso y explosivos, así como manuales y cuadernos de indicaciones sobre los atentados que tenían que realizar.

 

Para recibir las instrucciones y dar cuenta de sus actividades contaban con un buzón situado en la carretera de Oyarzun a Rentería. Uno de los mensajes ordenaba el asesinato de Vicente Gajate.

 

Los terroristas intentaron asesinar al policía municipal en dos ocasiones anteriores, pero desistieron ante los riesgos y dificultades que se encontraron.

 

Por ese motivo Zabaleta pidió datos sobre las costumbres del policía municipal a su primo, Pedro María Cuesta Garmendia, compañero de Vicente Gajate que, a sabiendas de que su primo pertenecía a ETA, le facilitó los datos que éste le había pedido.

 

El 17 de octubre de 1984, los etarras robaron un coche y esperaron la llegada de Gajate. Mientras Francisco Javier Garmendia Arrieta se quedaba en el coche para facilitar la huida y Andrés Michelena vigilaba y cubría la acción, Zabaleta disparaba cinco veces y por la espalda al policía municipal, causándole la muerte instantánea.

 

A las 07:20  del

17  octubre  1987

35º aniversarop

 

Una  bomba colocada por la banda terrorista ETA en el exterior del edificio de una sucursal de la compañía de seguros La Unión y el Fénix en Pamplona-navarra-españa acababa con la vida de la

 

repartidora de periódicos 

MARÍA CRUZ YOLDI ORRADRE





La colocación del artefacto explosivo había sido anunciada horas antes mediante confusos avisos a la asociación de ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA), pero la Policía no logró localizar la bomba.

A las 3:24 horas se produjo la primera llamada, en la que el comunicante, que dijo pertenecer a ETA, informó de la colocación de un artefacto "en la calle Cortes de Navarra".

La misma persona volvió a llamar otras dos veces interesándose por si DYA había transmitido el mensaje a la Policía y advirtiendo que el artefacto había sido colocado por ETA "enfrente del cine Carlos III".

Sin embargo este cine, ubicado en la misma calle, se encontraba a más de cien metros de distancia del lugar de la explosión, aunque enfrente de las oficinas siniestradas existía un salón de juegos recreativos con el mismo nombre, extremo que pudo provocar el equívoco.

Sea como fuere, los datos imprecisos e insuficientes del comunicante impidieron que las dotaciones policiales localizasen la bomba.

La explosión se registró a las siete y veinte minutos justo cuando María Cruz Yoldi depositaba ejemplares de la prensa del día junto a la entrada de la sucursal.

La bomba desplazó el cuerpo de la víctima a más de doce metros de distancia empotrándolo debajo de un vehículo marca Citroën y provocándole múltiples fracturas en todos los huesos del cráneo, amputación de un brazo y graves heridas en tórax y abdomen que, como rezaba el parte médico, resultaban "incompatibles con la vida".

En 1991 la Audiencia Nacional condenó a

   Bautista Barandalla Iriarte a 27 años de cárcel por el asesinato de María Cruz Yoldi, a 8 por un delito de estragos y a 6 por pertenencia a banda armada.

Durante el juicio Barandalla Iriarte reconoció ser miembro del grupo Amaiur de ETA.

Este grupo Amaiur, autor del asesinato de María Cruz Yoldi, lo completaban

   Mikel Castillo Furtado

   Alberto Ilundáin Iriarte

   Juan Carlos Pérez Ojuel, secretario de organización de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de Pamplona, además de terrorista de la banda ETA, un ejemplo más de la simbiosis entre los asesinos y su brazo político.

En la misma operación en la que fue detenido Barandalla Iriarte en septiembre de 1990 falleció el etarra Mikel Castillo Furtado por disparos de la Policía.

El grupo Amaiur estaba a punto de cometer el asesinato de una persona vinculada sin prueba alguna por ETA con el tráfico de drogas.

En esa operación Ilundáin Iriarte y Juan Carlos Pérez Ojuel consiguieron escapar del operativo policial.

Poco después, el 19 de noviembre de 1990, el secretario de organización de HB y terrorista en su tiempo libre, fue detenido en el domicilio del concejal de la misma formación proetarra en Aoiz, Antonino Alemán. Juzgado y condenado como miembro del grupo Amaiur, su salida de la cárcel está prevista para noviembre de 2022 por aplicación de la doctrina Parot.

Por otra parte, Pérez Ojuel ya fue detenido en noviembre de 1978 acusado de ser miembro de ETA y haber participado en varios atentados cometidos en la ribera de Navarra, lo que no fue obstáculo para que formase parte de Herri Batasuna.

Alberto Ilundáin Iriarte, alias Mollejas, fue detenido en septiembre de 2001 cuando circulaba en un vehículo en la región de Loire, cerca de Saboya (Francia), acompañado por el etarra Didier Aguerre.

 

Los terroristas iban armados con dos pistolas y una metralleta. El etarra tiene pendiente cinco requisitorias de la Audiencia Nacional, una de ellas por el asesinato de María Cruz Yoldi.

 

El Tribunal Especial de lo Criminal de París lo condenó a 18 años de cárcel en octubre de 2005 por su participación con otros tres etarras en el robo de 1.650 kilos de dinamita en Grenoble (2001).

 

En noviembre de 2006 fue condenado, también en Francia, a otros 18 años por formar parte de la "columna vertebral" del aparato logístico de ETA.

 

Barandalla Iriarte fue excarcelado en el año 2009 bajo la justificación de enfermedad grave, cuando su salida estaba prevista para septiembre de 2020 en aplicación de la doctrina Parot.

 

Aunque estaba en régimen de arresto domiciliario y con una pulsera de control telemático por parte de la prisión de Nanclares de Oca, en febrero de 2011, como informó el diario El Mundo, permaneció varias horas desaparecido vulnerando claramente el arresto domiciliario y haciendo dudar de que en realidad estuviese tan enfermo.

 

El grupo Amaiur de ETA fue también el responsable de las bombas colocadas el 31 de julio de 1987 en un establecimiento comercial de la firma Roche-Bobois y en un concesionario de la firma Michelin el 18 de abril de 1987.

 

17  octubre  1991

31º ANIVERSARIO

 

ETA intentó sembrar de cadáveres el distrito de La Latina en Madrid-ESPAÁ, mediante la colocación de bombas-lapa adosadas a los bajos de los vehículos de sus propietarios con el resultado de tres

 

Teniente  de Artillería del Ejército 

FRANCISCO CARBALLAR MUÑOZ








La primera de esas bombas-lapa estalló en la calle Duquesa de Parcent minutos antes de las 9:00 horas.

Ese día en el vehículo viajaba sólo el teniente Carballar Muñoz, pero no era lo habitual.

La explosión de la bomba, que se produjo cuando el militar arrancó el vehículo, le causó la muerte en el acto.

La rotura de cristales en los edificios colindantes provocó heridas leves a una niña de ocho años, Cristina Hoyos, que se encontraba en su domicilio.

Una hora después del asesinato de Francisco Carballar, y a apenas doscientos metros de distancia, una segunda bomba-lapa estallaba en el vehículo de María Jesús González Gutiérrez, auxiliar administrativa del Estado destinada en la sección de expedición del DNI de la comisaría de los Cármenes de Madrid, que circulaba junto a su hija de 13 años, Irene Villa González, por la calle Camarena de la capital.

Irene sufrió la mutilación de las dos piernas y de tres dedos de la mano izquierda, mientras que María Jesús, de 40 años, sufrió la amputación de una pierna y de un antebrazo.

La historia de superación de ambas, y su compromiso en combatir el terrorismo han hecho que tanto María Jesús como Irene se conviertan en referente para muchas víctimas del terrorismo y en que su caso sea un símbolo de la brutalidad de una banda asesina que, una vez más, dio muestras de que no importaba qué medios se utilizasen para conseguir sus objetivos.

Si los hijos del teniente Carballar Muñoz se libraron ese día, milagrosamente, de sufrir heridas similares a las sufridas por Irene, pero perdieron a su padre, Irene y María Jesús, pese a las horribles mutilaciones, no sólo consiguieron salvar la vida, sino que no cayeron en la desesperanza y no le dieron a ETA una segunda victoria, que es ver a sus víctimas hundidas y machacadas.

Irene y María Jesús han dado una lección de vida, superación y lucha por evitar el olvido de las víctimas del terrorismo, sin caer en los deseos de venganza, en el resentimiento y el odio.

La tercera bomba-lapa estalló poco después, a las 11:20 horas, en el vehículo del comandante de Infantería Rafael Villalobos Villa.

 

ETA no consiguió acabar con él, pero quedó mutilado de por vida. Rafael Villalobos, de 38 años, casado y con dos hijos, perdió ambas piernas y sufrió contusiones abdominales y pérdida de sustancia hipotenar en la mano izquierda.

 

En el atentado resultó herida de gravedad su hermana María Antonia, de 50 años.

 

Nueve años después, en febrero de 2000, la vivienda de Rafael quedó destrozada por la explosión de un coche-bomba colocado por ETA en la inmediaciones de la calle Virgen del Puerto, asesinando al teniente coronel Pedro Antonio Blanco García, amigo y compañero de Rafael.

 

Según fuentes de la investigación, la bomba que mutiló a María Jesús e Irene pretendía causar la muerte de un inspector de Policía, pareja de María Jesús, que por entonces estaba divorciada de su primer marido, padre de Irene.

Los encargados de la investigación de los atentados repararon, desde el primer momento, en un detalle: tanto la bomba que mató al teniente Carballar como la que mutiló al comandante Villalobos habían sido colocadas con un imán en los bajos de sus respectivos automóviles, concretamente debajo del asiento del conductor.

Sin embargo, el artefacto que hirió a María Jesús González y a su hija fue adosado en su Seat 127 pero en la parte correspondiente al asiento del acompañante.

HERIDOS

Cristina Hoyos

María Jesús González Gutiérrez

Irene Villa González

Rafael Villalobos

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