Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A
las 8:15 del
17
octubre 1981
41º ANIVERSARIO
ETA asesinaba en Santurce-Vizcaya-país vasco-españa, al
Cabo 1º de la Guardia Civil
SANTIAGO GONZÁLEZ DE PAZ
El agente había salido de su domicilio, situado
en la calle Pedro Icaza, y se disponía a subir a su vehículo, estacionado a
pocos metros del portal, con la intención de dirigirse a su trabajo en el
puerto, ya que pertenecía al cuerpo de especialistas fiscales de la Guardia
Civil.
Cuando acababa de entrar en el automóvil, tres
terroristas se situaron en un lateral del mismo y tirotearon a Santiago.
El cabo pudo salir del coche y caminar algunos
pasos dando
tumbos antes de caer muerto en el suelo de la acera de
enfrente.
Había recibido tres impactos de bala, uno en la
cabeza y dos en el pecho.
Los autores del atentado se dieron a la fuga en
un taxi, del que se habían apropiado tras pedir sus servicios en Sestao.
En
torno a las 22:00 del
17
octubre 1984
38º aniversario
ETA asesinaba a tiros en la localidad
guipuzcoana de Rentaría-país
vasco-españa, al
policía municipal
VICENTE GAJATE MARTÍN
Militante del partido socialista y afiliado al sindicato
UGT.
La víctima había aparcado su vehículo en la
calle San Marcos, una vez que terminó su jornada laboral, y se apeó para ir a
su domicilio, cuando dos terroristas que le estaban esperando le dispararon
varias veces, dándose a la fuga a continuación.
Vicente cayó al suelo, entre dos vehículos,
muriendo en el acto.
Los autores del atentado habían cogido un coche robado
como siempre a punta de pistola en Lezo, y cuyo dueño fue introducido en el
maletero desde donde escuchó, impotente, los disparos que acabaron con la vida
del policía municipal.
En esa época el entorno proetarra había acuñado
el eslogan "PSOE igual a GAL" e
identificaba a los militantes socialistas con la Policía.
Los socialistas interpretaron aquel atentado
como una provocación directa de la banda terrorista.
En 1986 la Audiencia Nacional condenó a
José Ramón Zabaleta Garmendia
Francisco Javier Garmendia Arrieta
Andrés Michelena Galarza
Pertenecientes al denominado Comando Pepe Barros de ETA, a 29 años de reclusión
mayor a cada uno de ellos por el asesinato de Vicente Gajate.
Por la misma sentencia
fue condenado, en concepto de cómplice del asesinato, a 18 años de reclusión
menor Pedro
María Cuesta Garmendia, policía municipal de Rentería y
compañero del asesinado.
Según los hechos
probados de la sentencia, Zabaleta y Garmendia se integraron en ETA militar en
los primeros meses de 1984. Posteriormente se trasladaron a Francia, donde
recibieron cursillos de adoctrinamiento y adiestramiento en el manejo de armas
y explosivos.
Después regresaron a
España y captaron a Michelena Galarza, al que también adiestraron en el manejo
de las armas por los dos primeros.
Los tres integraron
el Comando Pepe Barros, recibieron
de la dirección de la banda asesina armamento diverso y explosivos, así como
manuales y cuadernos de indicaciones sobre los atentados que tenían que
realizar.
Para recibir las
instrucciones y dar cuenta de sus actividades contaban con
un buzón situado en la carretera de Oyarzun a Rentería. Uno de
los mensajes ordenaba el asesinato de Vicente Gajate.
Los terroristas
intentaron asesinar al policía municipal en dos ocasiones anteriores, pero
desistieron ante los riesgos y dificultades que se encontraron.
Por ese motivo
Zabaleta pidió datos sobre las costumbres del policía municipal a su primo,
Pedro María Cuesta Garmendia, compañero de Vicente Gajate que, a sabiendas de
que su primo pertenecía a ETA, le facilitó los datos que éste le había pedido.
El 17 de octubre de
1984, los etarras robaron un coche y esperaron la llegada de Gajate. Mientras
Francisco Javier Garmendia Arrieta se quedaba en el coche para facilitar la
huida y Andrés Michelena vigilaba y cubría la acción, Zabaleta disparaba cinco
veces y por la espalda al policía municipal, causándole la muerte instantánea.
A
las 07:20 del
17
octubre 1987
35º aniversarop
Una bomba
colocada por la banda terrorista ETA en el exterior del edificio de una
sucursal de la compañía de seguros La Unión y el Fénix en Pamplona-navarra-españa acababa con la vida de
la
repartidora de
periódicos
MARÍA CRUZ YOLDI ORRADRE
La colocación del artefacto explosivo había sido
anunciada horas antes mediante confusos avisos a la asociación de
ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA), pero la Policía
no logró localizar la bomba.
A las 3:24 horas se produjo la primera llamada,
en la que el comunicante, que dijo pertenecer a ETA, informó de la colocación
de un artefacto "en la calle Cortes de Navarra".
La misma persona volvió a llamar otras dos veces
interesándose por si DYA había transmitido el mensaje a la Policía y
advirtiendo que el artefacto había sido colocado por ETA "enfrente del
cine Carlos III".
Sin embargo este cine, ubicado en la misma
calle, se encontraba a más de cien metros de distancia del lugar de la
explosión, aunque enfrente de las oficinas siniestradas existía un salón de
juegos recreativos con el mismo nombre, extremo que pudo provocar el equívoco.
Sea como fuere, los datos
imprecisos e insuficientes del comunicante impidieron que
las dotaciones policiales localizasen la bomba.
La explosión se registró a las siete y veinte
minutos justo cuando María Cruz Yoldi depositaba ejemplares de la
prensa del día junto a la entrada de la sucursal.
La bomba desplazó el cuerpo de la víctima a más
de doce metros de distancia empotrándolo debajo de un vehículo marca Citroën y
provocándole múltiples fracturas en todos los huesos del cráneo, amputación de
un brazo y graves heridas en tórax y abdomen que, como rezaba el parte médico,
resultaban "incompatibles con la vida".
En 1991 la Audiencia Nacional condenó a
Bautista
Barandalla Iriarte a 27 años de cárcel por el asesinato de María Cruz Yoldi, a
8 por un delito de estragos y a 6 por pertenencia a banda armada.
Durante el juicio Barandalla Iriarte reconoció ser
miembro del grupo Amaiur de ETA.
Este grupo Amaiur, autor del asesinato de María
Cruz Yoldi, lo completaban
Mikel
Castillo Furtado
Alberto
Ilundáin Iriarte
Juan
Carlos Pérez Ojuel, secretario de organización de Herri Batasuna en el
Ayuntamiento de Pamplona, además de terrorista de la banda ETA,
un ejemplo más de la simbiosis entre los asesinos y su brazo político.
En la misma operación en la que fue detenido
Barandalla Iriarte en septiembre de 1990 falleció el etarra Mikel Castillo
Furtado por disparos de la Policía.
El grupo Amaiur estaba a punto de cometer el
asesinato de una persona vinculada sin prueba alguna por ETA con el tráfico de
drogas.
En esa operación Ilundáin Iriarte y Juan Carlos
Pérez Ojuel consiguieron escapar del operativo policial.
Poco después, el 19 de noviembre de 1990, el secretario de
organización de HB y terrorista en su tiempo libre, fue
detenido en el domicilio del concejal de la misma formación proetarra en
Aoiz, Antonino
Alemán. Juzgado y condenado como miembro del grupo Amaiur, su
salida de la cárcel está prevista para noviembre de 2022 por aplicación de la doctrina
Parot.
Por otra parte, Pérez Ojuel ya fue detenido en
noviembre de 1978 acusado de ser miembro de ETA y haber participado en varios
atentados cometidos en la ribera de Navarra, lo que no fue obstáculo para que
formase parte de Herri Batasuna.
Alberto Ilundáin
Iriarte, alias Mollejas,
fue detenido en septiembre de 2001 cuando circulaba en un vehículo en la región
de Loire, cerca de Saboya (Francia), acompañado por el etarra Didier Aguerre.
Los terroristas iban
armados con dos pistolas y una metralleta. El etarra tiene pendiente cinco
requisitorias de la Audiencia Nacional, una de ellas por el asesinato de María
Cruz Yoldi.
El Tribunal Especial
de lo Criminal de París lo condenó a 18 años de cárcel en octubre de 2005 por
su participación con otros tres etarras en el robo de 1.650 kilos de dinamita
en Grenoble (2001).
En noviembre de 2006
fue condenado, también en Francia, a otros 18 años por formar parte de la
"columna vertebral" del aparato logístico de ETA.
Barandalla Iriarte fue
excarcelado en el año 2009 bajo la justificación de enfermedad grave,
cuando su salida estaba prevista para septiembre de 2020 en aplicación de la
doctrina Parot.
Aunque estaba en
régimen de arresto domiciliario y con una pulsera de control telemático por
parte de la prisión de Nanclares de Oca, en febrero de 2011, como informó el
diario El Mundo, permaneció
varias horas desaparecido vulnerando claramente el arresto domiciliario y
haciendo dudar de que en realidad estuviese tan enfermo.
El grupo Amaiur de ETA fue también el responsable
de las bombas colocadas el 31 de julio de 1987 en un establecimiento comercial
de la firma Roche-Bobois y en un concesionario de la firma Michelin el 18 de
abril de 1987.
17 octubre 1991
31º ANIVERSARIO
ETA intentó sembrar de cadáveres el distrito
de La Latina en Madrid-ESPAÁ, mediante la colocación de
bombas-lapa adosadas a los bajos de los vehículos de sus propietarios con el
resultado de tres
Teniente de Artillería del Ejército
FRANCISCO CARBALLAR MUÑOZ
La primera de esas bombas-lapa estalló en la
calle Duquesa de Parcent minutos antes de las 9:00 horas.
Ese día en el vehículo viajaba sólo el teniente
Carballar Muñoz, pero no era lo habitual.
La explosión de la bomba, que se produjo cuando
el militar arrancó el vehículo, le causó la muerte en el acto.
La rotura de cristales en los edificios
colindantes provocó heridas leves a una niña de ocho años, Cristina Hoyos, que
se encontraba en su domicilio.
Una hora después del asesinato de Francisco
Carballar, y a apenas doscientos metros de distancia, una segunda bomba-lapa
estallaba en el vehículo de María Jesús González Gutiérrez,
auxiliar administrativa del Estado destinada en la sección de expedición del
DNI de la comisaría de los Cármenes de Madrid, que circulaba junto a su hija de
13 años, Irene Villa González, por la calle Camarena
de la capital.
Irene sufrió la mutilación de las dos piernas y
de tres dedos de la mano izquierda, mientras que María Jesús, de 40 años,
sufrió la amputación de una pierna y de un antebrazo.
La historia de superación de ambas,
y su compromiso en combatir el terrorismo han hecho que tanto María Jesús como
Irene se conviertan en referente para muchas víctimas del terrorismo y en que
su caso sea un símbolo de la brutalidad de una banda asesina
que, una vez más, dio muestras de que no importaba qué medios se utilizasen
para conseguir sus objetivos.
Si los hijos del teniente Carballar Muñoz se
libraron ese día, milagrosamente, de sufrir heridas similares a las sufridas
por Irene, pero perdieron a su padre, Irene y María Jesús, pese a las horribles
mutilaciones, no sólo consiguieron salvar la vida, sino que no cayeron en la
desesperanza y no le dieron a ETA una segunda victoria, que
es ver a sus víctimas hundidas y machacadas.
Irene y María Jesús han dado una
lección de vida, superación y lucha por evitar el olvido
de las víctimas del terrorismo, sin caer en los deseos de venganza, en el
resentimiento y el odio.
La tercera
bomba-lapa estalló poco después, a las 11:20 horas, en el vehículo del
comandante de Infantería Rafael Villalobos Villa.
ETA no consiguió
acabar con él, pero quedó mutilado de por vida. Rafael Villalobos, de 38 años,
casado y con dos hijos, perdió ambas piernas y
sufrió contusiones abdominales y pérdida de sustancia hipotenar en la mano
izquierda.
En el atentado
resultó herida de gravedad su hermana María Antonia, de 50 años.
Nueve años después,
en febrero de 2000, la vivienda de Rafael quedó destrozada por la explosión de
un coche-bomba colocado por ETA en la inmediaciones de la calle Virgen del
Puerto, asesinando al teniente coronel Pedro Antonio Blanco
García, amigo y compañero de Rafael.
Según fuentes de la investigación, la bomba que
mutiló a María Jesús e Irene pretendía causar la muerte de un inspector de
Policía, pareja de María Jesús, que por entonces estaba divorciada de su primer
marido, padre de Irene.
Los encargados de la investigación de los
atentados repararon, desde el primer momento, en un detalle: tanto la bomba que
mató al teniente Carballar como la que mutiló al comandante Villalobos habían
sido colocadas con un imán en los bajos de sus respectivos automóviles, concretamente
debajo del asiento del conductor.
Sin embargo, el artefacto que hirió a María
Jesús González y a su hija fue adosado en su Seat 127 pero en la parte
correspondiente al asiento del acompañante.
HERIDOS
Cristina Hoyos
María Jesús González Gutiérrez
Irene Villa González
Rafael Villalobos
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