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DEBEMOS OLVIDAR
A
las 19:05 del
29
mayo 1991
32º ANIVERSARIO
ETA lanzaba un coche-bomba contra la casa cuartel
de la Guardia Civil en Vic-Barcelona-CATALUÑA-ESPAÑA, que quedó totalmente
destruida.
La explosión provocó la muerte directa de 9
personas.
2 guardias
civiles:
JUAN CHINCOA ALÉS
JUAN SALAS PÍRIZ
2 mujeres:
NURIA RIBÓ PARERA
Mujer del guardia civil Juan Chincol
MAUDILIA DUQUE DURÁN
Suegra del guardia civil
Juan Salas, también
fallecido
5
menores de edad:
FRANCISCO CIPRIANO DÍAZ SÁNCHEZ, de 17 años
MARÍA PILAR QUESADA ARAQUE, de 8 años
ANA CRISTINA PORRAS LÓPEZ, de 10 años
ROSA MARÍA ROSA MUÑOZ, de 14 años
VANESSA RUIZ
LARA, de 11 años.
Además, el guardia
civil en la reserva
RAMÓN MAYO GARCÍA
Falleció al ser atropellado por una ambulancia que
evacuaba a los heridos mientras prestaba auxilio a los afectados por la
explosión.
El vehículo utilizado, un Renault 6 cargado con
216 kilos de explosivos (doce bombonas con dieciocho kilos de amonal cada una),
fue proyectado
aprovechando la ligera pendiente de una de las calles
laterales en las que se encontraba ubicada la casa cuartel.
Una vez que el coche-bomba estuvo dentro del
patio de la casa cuartel, el etarra Juan Carlos Monteagudo activó el explosivo
con un telemando.
En la casa cuartel de Vic vivían:
14 Agentes de la Guardia
Civil
13Mujeres
22 Niños
44 personas resultaron con heridas de diversa
consideración, algunas de ellas muy graves, con importantes
mutilaciones (a una de las niñas heridas tuvieron que amputarle
una pierna) y secuelas.
Entre los heridos muy graves que consiguió
sobrevivir, el niño de 2 años Rafael Reinoso Sánchez,
que sufrió fractura de la base del cráneo.
Debido al estado en el que quedó el edificio se
tuvieron que utilizar grúas y perros adiestrados para localizar a las víctimas
bajo los escombros.
A las diez de la noche los servicios de rescate
lograron sacar con vida a una joven de 18 años y a una niña con su chupete en
la boca.
En el chalé se
incautaron numerosos efectos (armas, explosivos, útiles para la confección de
artefactos...) y documentación.
Entre ésta destaca
el informe
que los asesinos estaban haciendo para el entonces máximo
dirigente de la banda asesina, Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito.
En primer lugar,
como objetivo militar, ver si era posible meter un kamikaze [coche-bomba teledirigido] en el patio del
cuartel.
Como segundo
objetivo, esta vez político, destruir el cuartel sin afectar demasiado al
colegio que está al lado.
El primer apartado
tenía varias variables.
La primera, ver si
era posible otra...". Aquí se interrumpió bruscamente el informe al
irrumpir por sorpresa la Guardia Civil en el chalé.
En
junio de 1993 la Audiencia Nacional condenó a
Juan José
Zubieta Zubeldia
A una pena total de 1.311 años como autor
material.
El fiscal Ignacio Gordillo calificó el atentado
como "uno de los más bárbaros, alevosos y cobardes" que se han
juzgado en la Audiencia Nacional, cuya única finalidad fue la de "provocar
el mayor número de muertes posibles", y acusó a Zubieta de ser "autor
directo" de nueve asesinatos y otros 44 asesinatos frustrados.
En diciembre de ese mismo año, se le condenó a
otros 28 años y 6 meses de prisión por los delitos de depósito de armas de
guerra y tenencia de explosivos.
En la misma sentencia se condenó a
Pilar
Ferreiro Bravo
Jordi Mas
Trullenque
A 8 y 6
años respectivamente, por su colaboración con el grupo Barcelona de ETA.
Ferreiro
Bravo alojó en su domicilio a
Zubieta
Zubeldia
Monteagudo Povo
Erezuma
Uriarte.
Además, convenció a
Mas
Trullenque, con el que mantenía relaciones sentimentales, de que alquilara el
chalé de Llissá de Munt, donde los etarras se ocultaron y prepararon la masacre
de Vic.
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