viernes, 1 de marzo de 2024

ANA FRANK

Annelies Marie Frank, Fue  una niña alemana con ascendencia judía, mundialmente conocida gracias al Diario de Ana Frank, la edición de su diario íntimo, donde dejó constancia de los casi dos años y medio que pasó ocultándose, con su familia y cuatro personas más, de los nazis en Ámsterdam (Países Bajos) durante la Segunda Guerra Mundial. Su familia fue capturada y llevada a distintos campos de concentración alemanes. El único sobreviviente de los ocho escondidos fue Otto Frank, su padre. Ana fue enviada al campo de concentración nazi de Auschwitz el 2 de septiembrede 1944 y, más tarde, al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murió de tifus en marzo de 1945, pocos días antes de que éste fuera liberado. ​ En 1947, apenas dos años después de terminada la guerra, Otto publicó el diario bajo el título La casa de atrás (en neerlandés, Het Achterhuis). El 9 de julio de 1942, la familia se mudó al escondite preparado y su antiguo apartamento fue dejado en desorden para hacer pensar que había sido abandonado de manera súbita. Otto Frank dejó una nota de la que se podía deducir que habían logrado escapar hacia Suiza. Como los judíos no podían utilizar los transportes públicos debieron caminar varios kilómetros desde su casa hasta el refugio, portando cada uno todas las vestimentas que pudieron, dado que no podían correr el riesgo de ser vistos con equipajes. La achterhuis (en neerlandés huis significa 'casa' y achter, 'atrás' o 'detrás'), era un espacio de tres pisos en la parte posterior del edificio con acceso a un patio detrás de las oficinas de Opekta. En el primer nivel había dos pequeñas habitaciones, con un baño adjunto sobre el que se encontraba una gran habitación, con otra más pequeña adosada. Desde esa habitación más pequeña se subía hacia el ático. La puerta de la achterhuis quedó disimulada tras una estantería para que no se la pudiera ver. Ana se referiría más tarde a este espacio como el anexo secreto. El edificio principal, situado a una manzana de Westerkerk, era un edificio banal, típico de los barrios del oeste de Ámsterdam. Víctor Kugler (en ediciones antiguas nombrado como Kraler), Johannes Kleiman(Koophuis), Miep Gies y Elisabeth ''Bep'' Voskuijl eran los únicos empleados que sabían del escondite y, junto con Jan, el esposo de Gies y Johannes Hendrik Voskuijl, el padre de Bep Voskuijl, eran quienes ayudaban a los Frank a sobrevivir durante su confinamiento. Ellos eran el único contacto entre el exterior y los ocupantes de la casa, y los mantenían informados de las noticias de guerra y de los eventos políticos. Eran también los proveedores de todo lo necesario para la seguridad y supervivencia de la familia; el abastecimiento de comida resultaba cada vez más difícil a medida que el tiempo transcurría. Ana escribió sobre la dedicación y sobre los esfuerzos para levantarles el ánimo durante los momentos más peligrosos. Todos eran conscientes de que dar refugio a judíos se penaba en aquel momento con la muerte. A finales de julio, se les unió la familia Van Pels (Van Daan): Hermann, Auguste, y Peter de 16 años, y más tarde, en noviembre, llegó Fritz Pfeffer (Albert Dussel), dentista y amigo de la familia. Ana escribió sobre lo bueno que era tener otras personas con quienes hablar, pero las tensiones rápidamente se presentaron en este grupo de personas que debían convivir confinados en este escondite. Luego de compartir su habitación con Pfeffer, Ana terminó por considerarlo insoportable, y se peleó con Auguste van Pels, a quien consideraba fuera de sus cabales. Su relación con su madre se hizo difícil también y Ana escribió que sentía tener poco en común con ella por ser su madre demasiado abstraída. Algunas veces discutió con Margot, y escribió sobre un lazo inesperado que se había desarrollado entre ellas, aunque a quien se sentía más cercana era a su padre. Tiempo más tarde, también comenzó a apreciar la gentileza de Peter van Pels, y hasta llegaron a tener sentimientos románticos. Ana pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo y estudiando, al tiempo que continuaba escribiendo en su diario. Además de narrar los eventos transcurridos, Ana escribía sobre sus sentimientos, creencias y ambiciones, temas de los que no hablaba con los demás. Al sentirse más segura sobre su forma de escribir, al mismo tiempo que crecía y maduraba, escribía sobre temas más abstractos, como sus creencias en Dios, o sobre cómo definía ella la naturaleza humana. Escribió regularmente hasta su anotación final, el 1 de agosto de 1944. La mañana del 4 de agosto de 1944 la Grüne Polizei (o Gestapo) asaltó la achterhuis. Originalmente se creyó que un informador de la Gestapo dio aviso sobre el escondite, pero investigaciones recientes mencionan que es posible que el descubirimiento se haya dado de manera casual. ​ Conducido por el sargento del Cuerpo de Protección (SS) Karl Silberbauerde la Sección IVB4 del Servicio de Seguridad (SD), el grupo contaba con al menos tres miembros de la Policía de Seguridad. Los inquilinos fueron introducidos en camiones y trasladados para someterlos a interrogatorio.  Victor Kugler y Johannes Kleiman fueron encarcelados, pero a Miep Gies y Bep Voskuijl les permitieron marcharse. Más tarde regresarían a la achterhuis, donde encontraron las anotaciones de Ana desparramadas por el suelo. Las recogieron, así como varios álbumes de fotos de la familia, y Gies se propuso devolvérselos a Ana cuando la guerra hubiese terminado. Llevaron a los miembros de la casa a un campo en Westerbork. Siendo aparentemente un campo de tránsito por el que hasta ese momento habían pasado más de 100 000 judíos, el 2 de septiembre el grupo fue deportado, en el que sería su último traslado, desde Westerbork hasta el campo de concentración de Auschwitz. Tras tres días de viaje llegaron a su destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no volverse a ver más. De los 1019 recién llegados, 549 –incluyendo niños menores de 15 años– fueron seleccionados y enviados directamente a las cámaras de gas, en las que fueron asesinados. Ana había cumplido 15 años tres meses antes y se libró, y aunque todos los de la achterhuis sobrevivieron a la selección, Ana creyó que su padre había sido asesinado. Junto con las otras mujeres no seleccionadas para la muerte inmediata, Ana fue obligada a permanecer desnuda para desinfectarla, le raparon la cabeza y le tatuaron un número de identificación en el brazo. Durante el día empleaban a las mujeres en realizar trabajos forzados y por la noche las hacinaban en barracones frigoríficos. Las enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Ana terminó con la piel cubierta de costras. El 28 de octubre comenzó la selección para reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen. Más de 8000 mujeres, Ana Frank, Margot Frank y Auguste van Pels incluidas, fueron trasladadas, pero Edith Frank se quedó atrás. Se levantaron tiendas para acoger la afluencia de prisioneros, entre ellos Ana y Margot. Con el aumento de la población, se incrementó rápidamente la tasa de mortalidad debido a enfermedades. Ana pudo juntarse por un breve periodo con dos amigas, Hanneli Goslar (llamada «Lies» en el diario) y Nanette Blitz, quienes sobrevivieron a la guerra. Contaron cómo Ana, desnuda salvo por un trozo de manta, les explicó que, infestada de piojos, se había despojado de sus ropas. La describieron como calva, demacrada y temblorosa, pero a pesar de su enfermedad les dijo que estaba más preocupada por Margot, cuyo estado parecía más grave. Goslar y Blitz no llegaron a ver a Margot, que permaneció en su litera, demasiado débil. Asimismo, Ana les dijo que estaban solas, y que sus padres habían muerto. En marzo de 1945, una epidemia de tifus se propagó por todo el campo; se estima que terminó con la vida de 17 000 prisioneros. Los testigos contaron más tarde que Margot, debilitada como estaba, se cayó de su litera y murió como consecuencia del golpe, y que pocos días después Ana también murió. Pocas semanas después el campo sería liberado por tropas británicas, el 15 de abril de 1945. Tras la guerra, de los aproximadamente 110 000 judíos que fueron deportados desde los Países Bajos durante la ocupación nazi, solo 5000 sobrevivieron. De los ocho inquilinos de la achterhuis, solo el padre de Ana sobrevivió. Herman van Pels fue gaseado justo tras la llegada del grupo a Auschwitz-Birkenau, el 6 de septiembre de 1944. Su esposa Auguste murió entre el 9 de abril y el 8 de mayo de 1945, en Alemania o en Checoslovaquia. Su hijo Peter murió el 5 de mayo de 1945 en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, después de ser trasladado andando desde Auschwitz. El Dr. Friedrich Pfeffer ( O Sr. Dussel) murió el 20 de diciembre de 1944 en el campo de concentración de Neuengamme. La madre de Ana, Edith Hollander, murió el 6 de enero de 1945, en Birkenau. Johannes Kleiman y Victor Kugler, socios comerciales de Otto Frank que ayudaron a los anteriores mientras permanecieron escondidos, fueron arrestados por ayudar a la familia Frank. Ambos fueron sentenciados a realizar un Arbeitseinsatz (servicio de trabajo) en Alemania, y sobrevivieron a la guerra El 3 de mayo de 1957 un grupo de ciudadanos, incluido Otto Frank, establecieron la Fundación Ana Frank en un esfuerzo por salvar el edificio de la achterhuis en Prinsengracht de la demolición, y para hacerlo accesible al público. Otto Frank insistió en que el propósito de la fundación sería el de fomentar el contacto y la comunicación entre jóvenes de diferentes culturas, religiones y razas, y oponerse a la intolerancia y a la discriminación racial. La Casa de Ana Frank abrió sus puertas el 3 de mayo de 1960. Consiste en el almacén Opekta, las oficinas y la achterhuis, sin amueblar, para que los visitantes pudiesen caminar libremente por todas las habitaciones. Se conservan algunas reliquias personales de sus antiguos inquilinos, por ejemplo las fotografías de estrellas de cine pegadas en la pared por Ana, una porción del papel pintado sobre el que Otto Frank marcaba la altura de sus hijas mientras crecían y un mapa en la pared sobre el que registró el avance de las fuerzas aliadas, todo ello protegido ahora por láminas de plexiglás. Desde la pequeña habitación que fuera una vez hogar de Peter van Pels, un pasillo conecta el edificio con sus construcciones vecinas, también adquiridas por la Fundación. Estos otros edificios guardan el Diario, así como exposiciones no permanentes que describen diversos aspectos del Holocausto y muestras más contemporáneas de la intolerancia racial en diversos lugares del mundo. Se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de los Países Bajos, y cada año la visitan más de medio millón de personas. En 1963 Otto Frank y su segunda mujer, Fritzi (Elfriede Markowitz-Geiringer), establecieron el Anne Frank Fonds como una organización de beneficencia, con base en Basilea, Suiza. El Fonds recauda dinero para donarlo a las causas que lo necesitan. Tras su muerte, Otto legó los derechos sobre el Diario a esta institución, con la cláusula de que los primeros 80 000 francos suizos producidos como beneficio cada año se distribuyeran entre sus herederos, y que cualquier ingreso por encima de esa cantidad se destinase al Fonds para su uso en los proyectos que sus administradores considerasen digno de ello. Proporciona, con carácter anual, financiación para el tratamiento médico de los Justos entre las naciones. Se ha esforzado por educar a los jóvenes contra el racismo y ha prestado algunos de los manuscritos de Ana Frank al Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos en Washington, D.C. para una exposición en 2003. Su informe anual para ese mismo año dio cierta cuenta de su esfuerzo para realizar contribuciones a nivel global, con su apoyo a proyectos en Alemania, Israel, India, Suiza, el Reino Unido y los Estados Unidos. Actualmente la Casa de Ana Frank cuenta con cinco organizaciones asociadas: en el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Austria y Argentina que además de funcionar como facilitadores de las actividades educativas de la Casa de Ana Frank (como la exposición itinerante «Ana Frank una historia vigente») llevan adelante actividades educativas propias.

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