El Día Mundial del Corazón
Es una iniciativa global que se celebra
El 29 de septiembre desde 2000
Promovida por
la Federación Mundial del Corazón (WHFpor sus siglas en inglés) en 1998.
El Día Mundial del Corazón
Fue proclamado por la Federación Mundial del Corazón
Durante el Congreso Mundial de Cardiología
En Río de Janeiro en abril de 1998
La iniciativa fue impulsada por
Presidente de la WHF de 1997 a 1999, con el objetivo de concienciar sobre la creciente carga de las enfermedades cardiovasculares
Especialmente en los países en desarrollo.
La
proclamación de este día responde a la necesidad de abordar los factores de riesgo identificados en el Informe Mundial sobre la Salud de
2002,[2] como la hipertensión, el colesterol alto, el uso de tabaco,
el consumo de alcohol, la baja ingesta de frutas y verduras,
y la obesidad.
La
WHF, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció esta jornada para
promover la prevención y control de las enfermedades del corazón a
través de intervenciones poblacionales efectivas y rentables.[3][4][5]
Este
día se celebra el 29 de septiembre de cada año. La elección de esta fecha se
realizó para coincidir con eventos globales significativos que aumentaran su
visibilidad, como los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, cuando se lanzó oficialmente la campaña
bajo el patrocinio de la Reina Sofía de España y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch.
Las
actividades típicas incluyen carreras, eventos deportivos, teatro, danza, ciclismo en espacios públicos, escuelas y hospitales, así como eventos musicales y de baile.
La
WHF proporciona materiales de apoyo para ayudar a los países a adaptar y
promover sus actividades locales, incluyendo comunicados de prensa, entrevistas y recursos en línea.[3][4][5]
Categoría:
DÍA MUNDIAL
MEDICINA
El corazón (del latín: cor) es el órgano principal
del aparato circulatorio de
los animales.
En el caso de los vertebrados, incluyendo los mamíferos, es un órgano muscular hueco, de paredes gruesas y
contráctiles, que funciona como una bomba, impulsando la sangre a través de las
arterias para distribuirla por todo el cuerpo.[1]
En mamíferos y aves,
el corazón se divide en cuatro cámaras: la aurícula derecha,
la aurícula izquierda,
el ventrículo derecho y
el ventrículo izquierdo.[2]
Los peces tienen
únicamente una aurícula y un ventrículo,[3] mientras que en la mayoría de
los reptiles disponen de dos aurículas y un
ventrículo.[4]
La pared del corazón
está formada por tres capas histológicas diferentes: el epicardio, el miocardio y el endocardio.[5]
Externamente se
encuentra rodeado por un saco protector, el pericardio, que contiene una pequeña cantidad de
líquido amortiguador llamado líquido pericárdico.[6]
El tejido mayoritario
es músculo cardíaco o
miocardio, un tipo de músculo estriado involuntario
que solo se encuentra en este órgano.[1]
Para que tenga lugar el
bombeo de la sangre son necesarios dos movimientos complementarios, la sístole, o contracción, y la diástole, o relajación.
La sangre sale del
corazón siempre a través de las arterias, concretamente la arteria aorta y las arterias pulmonares;
mientras que vuelve a entrar a través de la vena cava y las venas pulmonares.[7]
El flujo de sangre en
un corazón sano solo tiene un sentido, fenómeno que se asegura gracias a la
presencia de válvulas cardíacas.[8]
Un aparato circulatorio está
formado por un conjunto de vasos que distribuyen la sustancias nutritivas y/o
el oxígeno a todas las células y un sistema de bombeo o corazón.
La tendencia evolutiva
es la especialización de una porción de algún vaso que se musculariza para
transformarse en corazón impulsor del fluido circulatorio.
En un aparato
circulatorio cerrado, las arterias transportan la
sangre hasta los tejidos y órganos en donde se distribuye en vasos muy pequeños
llamados capilares, para
retornar nuevamente al corazón a través de las venas.
Por el contrario en los
sistemas circulatorios abiertos, los vasos salen del corazón y transportan el
fluido circulatorio hasta un conjunto de espacios o senos ubicados en los
órganos, desde donde el fluido retorna al corazón a través de vasos, o
directamente mediante un conjunto de pequeños orificios que reciben el nombre
de ostiolos.
Cada uno de estos
sistemas presentan ventajas e inconvenientes, pero están adaptados a la forma
de vida de los diferentes organismos.
Los sistemas circulatorios
cerrados se presentan sobre todo en los vertebrados, mientras que los sistemas
abiertos son más habituales en los invertebrados, con algunas excepciones, los
cefalópodos como el pulpo son invertebrados pero disponen de un sistema
cerrado.
En los tunicados el aparato circulatorio está poco
desarrollado, existe un corazón tubular que realiza sus latidos de forma
peristáltica.
La estructura del
corazón varía entre las diferentes ramas del reino animal: Los poríferos, celentereos, platelmintos y nematodes carecen de vasos y fluido
circulatorio, por lo tanto no tienen corazón.
Los equinodermos no tienen corazón propiamente
dicho y el fluido circulatorio se mueve por la contracción de los vasos.[9]
En los tunicados el aparato circulatorio está poco
desarrollado, existe un corazón tubular que realiza sus latidos de forma
peristáltica, y del que salen dos vasos sanguíneos que transportan la hemolinfa
hacia la parte anterior y posterior del animal.[10]
La mayor parte de los
invertebrados tienen un aparato circulatorio abierto, con la excepción de
algunos gusanos anélidos y los moluscos cefalópodos como los calamares y los pulpos
que tienen aparato circulatorio cerrado.
Los cefalópodos
incluyen los calamares gigantes que son los invertebrados de mayor tamaño del
planeta, este grupo de animales cuentan con tres corazones, un corazón
sistémico y dos auxiliares.[11]
Los vertebrados tienen
un aparato circulatorio cerrado, el corazón ha evolucionada a partir de una
estructura ancestral común y se ha diversificado en los distintos grupos.
Los peces tienen
circulación simple, por ello el corazón dispone solamente de dos cámaras.
En la circulación doble
que se ha desarrollado evolutivamente en los vertebrados terrestres, la sangre
pasa dos veces por el corazón por cada vuelta al circuito completo y el órgano
dispone de tres o cuatro cámaras.
Los anfibios y la mayoría de reptiles tienen un aparato circulatorio
doble con dos aurículas y un ventrículo único.[12][13][14][15]
Las aves y
los mamíferos disponen de
dos ventrículos separados y dos aurículas, representan el grado máximo de
compartimentalización del corazón, con un total de cuatro cámaras.
Se cree que el corazón
tetracameral de las aves evolucionó independientemente del de los
mamíferos.[16][17]
Todos los mamíferos
disponen de un aparato circulatorio doble, la parte derecha del corazón impulsa
la sangre pobre en oxígeno a través de la arteria pulmonar hacia los pulmones para
que se oxigene (circulación pulmonar),
mientras la parte izquierda del corazón distribuye la sangre oxigenada hasta los tejidos a través
de la arteria aorta y
sus ramificaciones (circulación sistémica).
La sangre pasa de la
aurícula derecha al ventrículo derecho y de la aurícula izquierda al ventrículo
izquierdo a través de los orificios auriculoventriculares, por lo cual en estos
animales la sangre venosa y arterial no se mezclan.[18]
El corazón humano
dispone de cuatro cámaras; dos aurículas y dos ventrículos.
Tiene el tamaño de un
puño y la forma de una pirámide inclinada con la punta situada abajo y hacia la
izquierda.
Se localiza en la
región central del tórax entre los dos pulmones, espacio conocido en
terminología anatómica como mediastino.[21]
La parte inferior
descansa sobre el diafragma,
las caras laterales están contiguas al pulmón derecho e izquierdo y la cara
anterior se sitúa detrás del esternón.[22]
El ápice o punta del corazón se sitúa en el
quinto espacio intercostal izquierdo, medialmente a la línea medioclavicular.[23]
Es el lugar de la pared
torácica donde el impulso del corazón se palpa mejor.[24]
El corazón izquierdo
está formado por la aurícula izquierda y
el ventrículo izquierdo.
Recibe la sangre
oxigenada proveniente de los pulmones a través de las cuatro venas pulmonares y la distribuye a través
de la arteria aorta por
todo el organismo.
El corazón derecho está
formado por la aurícula derecha y
el ventrículo derecho.
Recibe la sangre que
proviene de todo el cuerpo a través de la vena cava superior y vena cava inferior y
la impulsa hacia los pulmones a través de la arteria pulmonar.[25][26]
La pared del corazón
está formada por tres capas: endocardio, miocardio y pericardio.
El endocardio tapiza
las cavidades internas, tanto aurículas como ventrículos y está en contacto con
la sangre.
El miocardio representa
la mayor parte de la pared del corazón y está formado por un tejido muscular
especializado que se contrae cíclicamente para impulsar la sangre.
La anchura del
miocardio en el ventrículo izquierdo es mayor que en el ventrículo derecho y
las aurículas.
El pericardio es una membrana de gran
consistencia que rodea totalmente el corazón y permite que tenga lugar la
contracción cardiaca sin que se produzca rozamiento con las estructuras
adyacentes, está formado por dos capas, una visceral unida estrechamente a la
superficie del órgano y otra parietal, quedando entre ambas un espacio muy
estrecho que está relleno por alrededor de 30 ml de líquido pericárdico que
reduce la fricción durante las contracciones del corazón..[27][28]
El músculo cardiaco
recibe aporte sanguíneo y oxígeno mediante la circulación coronaria formada
por la arteria coronaria izquierda y derecha.
La circulación
coronaria tiene algunas características especiales, el corazón presenta un
metabolismo aeróbico, por este motivo precisa un aporte de oxígeno constante.
La contracción del miocardio
genera la presión arterial y hace posible el flujo sanguíneo a todos los
órganos y tejidos del organismo, por lo que su correcto funcionamiento es
crucial.
Cuando la circulación coronaria se obstruye por un trombo, las consecuencias pueden ser fatales, ya que se produce un desequilibrio entre el aporte coronario y las demandas miocárdicas de oxígeno.
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