jueves, 11 de diciembre de 2025

ALBARICOQUE

 

 

También  llamado damasco, chabacano o albérchigo, es el fruto del albaricoquero (Prunus armeniaca).

 

El β-caroteno es el elemento que le otorga su color anaranjado característico.[1]

 

Esta drupa es originaria de las zonas templadas de Asia —en áreas como Corea del Norte o Manchuria—, y los romanos la introdujeron en Europa a través de Armenia.[2]

 

 

El término albaricoque tiene su origen en el árabe andalusí الْبَرْقُوق (al-barqūq, «las ciruelas»).

 

Este evolucionó del griego bizantino βερικοκκίᾱ (berikokkíā, «árbol de albaricoque»), derivado del griego posterior πραικόκιον (praikókion, «albaricoque») y del mismo modo del latín persica praecocia con significado de «melocotón de maduración temprana» o siguiendo el origen etimológico «melocotón precoz» (praecoquus, de prae- «antes» y coquō «madurar»).[3][4][5]​ De igual manera se tiene malum praecocia, que literalmente significa «manzana de maduración temprana».

El término «maduración temprana» o «precoz» se debe a que estos frutos alcanzan la madurez antes que los melocotones, siendo la maduración de los albaricoques por mayo o principios de junio —de ahí que también tenga el nombre de mayuelo— a diferencia de los melocotones que maduran en pleno verano.

 

 

El albaricoquero es un árbol pequeño, de 8 a 12 m de altura, con un tronco de hasta 40 cm de diámetro y una copa densa y extendida.

 

Las hojas son ovadas, de 5 a 9 cm de largo y de 4 a 8 cm de ancho, con una base redondeada, una punta puntiaguda y un margen finamente dentado.

 

Las flores miden de 2 a 4,5 cm de diámetro, con cinco pétalos de color blanco a rosado; se producen de forma individual o en parejas a principios de la primavera antes de las hojas.

 

El fruto es una drupa (fruta de hueso) similar a un melocotón pequeño, de 1,5 a 2,5 cm de diámetro —aunque más grande en algunas plantaciones modernas—, con un color desde amarillo hasta naranja, a menudo teñido de rojo en el lado más expuesto al sol; su superficie puede ser lisa (botánicamente descrita como glabra) o aterciopelada con vellosidades cortas.

 

La pulpa suele ser empleada como alimento, pero en algunas especies como P. sibirica es seca.

 

Su sabor puede variar de dulce a ácido.

 

La semilla única está encerrada en una cáscara dura, con una textura granulosa y suave, excepto por tres crestas que corren por un lado.[8][9]

 

 

El albaricoque más comúnmente cultivado, P. armeniaca, se conocía en Armenia durante la antigüedad y se ha cultivado allí durante tanto tiempo que anteriormente se pensaba que se originó allí —de ahí el epíteto de su nombre científico—.[10]

 

Sin embargo, esto no está respaldado por estudios genéticos, que en cambio confirman la hipótesis propuesta por Nikolai Vavilov de que la domesticación de P. armeniaca ocurrió en Asia Central y China

 

El albaricoque domesticado luego se difundió hacia el sur hasta Asia meridional,[11]​ al oeste hasta el Asia Occidental (incluida Armenia), Europa y el norte de África, y al este hasta Japón.

 

 

Categoría: FRUTA

 

FRUTA  DE  HUESO


No hay comentarios:

Publicar un comentario