COMPOSICIÓN
COMESTIBLE POR 100 gr DE…
AGUA
CALORIAS
PROTEINAS
GRASAS
HIDRATOS DE CARBONO
FIBRA
MINERALES
CALCIO
HIERRO
YODO
MAGNESIO
ZINC
SODIO
POTASIO
VITAMINAS
B1
B2
B6
B12
A
C
D
E
El mango (llamado mangó en Puerto Rico, mangüeña[1] en Guinea Ecuatorial, y mangá en Filipinas) es el
nombre de la fruta de varias especies de árboles del género Mangifera, especialmente de Mangifera indica, y sus numerosos cultivares.
Se cree que los
encargados de introducir esta fruta en tierras americanas, fueron los
portugueses, concretamente en Brasil desde donde fue extendiéndose por todo el
continente americano.[2]
El mango de la
especie Mangifera indica es
una fruta jugosa (más específicamente una drupa)
y tiene numerosas variedades con formas, tamaños, colores, texturas y sabores
muy variables. Es redondo a oblongo y puede tener pesos de menos de 50 g a
más de 2 kg. Consta de una cáscara, una pulpa comestible (el mesocarpio) y un endocarpio duro que contiene una semilla.[3] Durante el desarrollo del fruto,
la cáscara es de un color verde oscuro, que cambia a tonos verdes claros,
amarillos, de color naranja, rojos o de color borra de vino al madurar el
fruto. Según la variedad, la pulpa del mango maduro es dulce, de textura suave
o fibrosa y de color naranja o amarillo.[4] La variedad llamada mango de hilacha es la que mayor
cantidad de fibra contiene. Esta fruta contiene ácido glutámico,
cuya función es estimular la memoria y mantener las células activas, de igual
manera tonifica el corazón, elimina las toxinas, fortalece el tejido y previene
el envejecimiento prematuro. Además, es una fruta beneficiosa para el hígado y
mejora la digestión.
Cuando no ha madurado
completamente, es de sabor medianamente dulce. Cuando aún está verde, su
cáscara es de dicho color y su pulpa es de color amarillo verdoso muy pálido,
consistencia dura y sabor dulce astringente.
También el sabor es muy
diferente entre una variedad y otra.
Además del hombre,
también algunas especies de insectos, pájaros, murciélagos y otros mamíferos
comen mangos.[4]
«Hay más de mil
variedades del mango alrededor del mundo, con India teniendo el mayor número
(más de quinientas nombradas). Las industrias comerciales del mundo se basan en
un puñado de variedades mejoradas complementadas con variedades locales menos
aptas para la exportación.»[4]
Algunas variedades del
mango:
·
Mango bola de burro: es redondo y del tamaño de los
testículos del asno.[5]
·
Mango de hilacha: Se caracteriza por tener una pulpa muy
fibrosa como hilos.
·
Mango de jardín o mango criollo: Se caracteriza por su
pequeño tamaño, similar al de un huevo.
·
Mango boca'o: De pequeño tamaño.
·
Mango injerto: De piel rojiza al madurar, pulpa firme y un
sabor muy dulce con un levísimo toque agrio.
·
Manga: Se caracteriza por su considerable tamaño.
·
Mango Tommy: Más resistente a manipulación y transporte,
mayor resistencia a degradación.
·
Mango chancleta: de forma alargada.
·
Mango manzano: Por su color rojizo y su forma, recuerda a
una manzana.
·
Mango de azúcar: de piel amarga, pulpa firme y sabor muy
dulce; muy popular en la elaboración de jugos.[6][7]
Más variedades:[8]
·
Rojas: Tommy Atkins,
Haden, Irwin Red, Zill, Sunset Adams
·
Verdes: Kent, Carrie, Amalie
·
Amarillas: Ataulfo, Manila Super
·
Otras: Criolla, Edward, Van Dike
La variedad del mango
que crece espontáneamente en la zona intertropical americana (introducida a
fines del siglo XVIII en el Brasil por los portugueses) es de color
amarillo, más pequeña que las variedades de injerto, de sabor exquisito y muy
dulce, tanto el mango bocao como
el de hilacha.
Una variedad de mango
de gran tamaño tiene un sabor y olor similares al del melocotón en almíbar,
aunque con una textura menos hidratada (mango melocotón).
NUTRICIÓN
El mango, en todas sus
variedades, tiene grandes cantidades de vitamina A,[4] es bajo en calorías y aporta al organismo antioxidantes, vitamina C y vitamina B5. Es apropiado para el metabolismo de los hidratos de carbono y problemas en la epidermis. Es de
muy fácil digestión aunque puede tener efectos laxantes[16] cuando se consume en exceso.
El mango es muy rico
en vitaminas A, C y E, de
acción antioxidante, capaces de neutralizar los radicales libres responsables
del envejecimiento y factor de riesgo de diversas enfermedades degenerativas,
cardiovasculares e incluso algunos tipos de cánceres. Una pieza de esta fruta
de unos 200 g cubre las necesidades diarias de vitamina C en un individuo adulto, el 30 % de las de
vitamina A y el 23 % de las de vitamina E.
- Destaca el elevado
contenido del mango en vitamina A
y en betacarotenos, que
se transforman en el organismo en vitamina A, conforme éste la va necesitando.
La vitamina A es esencial para una correcta visión, ayuda a conseguir un buen
estado de la piel y mucosas, y previene de las infecciones respiratorias. El
consumo de esta fruta puede ser una estrategia nutricional muy útil en la
prevención de la ceguera causada por el déficit de esta vitamina en niños de
los países en vías desarrollo. El organismo, además, asimila mejor este
nutriente gracias a la presencia de vitamina E, que protege a la vitamina A de
su oxidación en el intestino y en los tejidos.
- El mango es una
excelente fuente de vitamina E.
Una pieza de 200 g aporta más del 20 % de la cantidad diaria recomendada
en un adulto. Sorprende su contenido en esta vitamina al tratarse de una fruta,
pues los alimentos más ricos en vitamina E suelen ser aceites y grasas.
- Es igualmente rico
en vitamina C. La vitamina
C interviene en la formación de los glóbulos rojos, colágeno, huesos y dientes
y favorece la absorción del hierro presente en los alimentos, a la vez que
refuerza el sistema de defensa del organismo frente a infecciones y alergias,
reduce los niveles de colesterol y retrasa el proceso de envejecimiento de las
células.
- Presenta asimismo
pequeñas cantidades de vitaminas
del grupo B, como la tiamina (B1), la riboflavina (B2) y piridoxina (B6), necesarias para el buen
funcionamiento del sistema nervioso, la salud de la piel y el cabello, así como
para la síntesis de aminoácidos y el metabolismo de las grasas, entre otros. De
esta manera, comer mango ayuda, en cierto modo, a prevenir la caída del
cabello, alivia o previene los problemas de la piel, la debilidad muscular y
los trastornos de origen nervioso.
- Además, el mango aporta ácido fólico, una vitamina fundamental en las mujeres embarazadas ya que reduce el riesgo de malformaciones congénitas.
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