A LAS 15:00
DEL
26 MARZO 1982
40º ANIVERSARIO
ETA, asesinaban a tiros en
san sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA, al
delegado
provincial de la Compañía Telefónica Nacional de España
ENRIQUE CUESTA JIMÉNEZ
Ese era el motivo por el que Enrique llevaba
protección.
Normalmente esta protección era de dos
agentes, pero en el breve trayecto del trabajo a su domicilio a veces sólo le
acompañaba uno.
Los dos individuos que efectuaron los disparos
aguardaban apostados junto a la esquina de la sucursal de la Caja de Ahorros
Provincial, situada en la avenida Sancho el Sabio, en el barrio donostiarra de
Amara.
Enrique Cuesta abandonaba todos los días a las
tres de la tarde la delegación de Telefónica en la calle Sagrada Familia, a escasa
distancia del lugar de los hechos, y se dirigía caminando hasta su domicilio,
en el número seis de la avenida citada.
Testigos presenciales manifestaron que los dos
terroristas abordaron de frente al delegado de la Telefónica y a su escolta, y
comenzaron a disparar sus pistolas sin mediar palabra.
HERIDO
Policía
Antonio Gómez, a los 5 días fallecio
El automóvil empleado por los terroristas en
su huida, coche robado como siempre
El atentado
fue cometido en presencia de gran número de personas, entre ellos muchos
niños que esperaban el paso de autobuses escolares cuyas paradas habituales se
encontraban cerca del lugar.
Cristina se convierte,
prácticamente, en cabeza de familia.
Su madre cayó en una
depresión que aún dura.
En la pensión de viudedad
ponía que Enrique había muerto de "accidente laboral".
Hasta 1992 su madre no
empezó a percibir una pensión extraordinaria como víctima del terrorismo.
Un mes después del asesinato
de su padre, Cristina entró a trabajar en Telefónica.
"Entré como zombi
allí" sigue contando para El Mundo.
"Se me dijo que la
información del comando terrorista que lo mató vino de dentro de la compañía...
Con lo que yo veía
terroristas por todas partes".
Pero el despertar se
produce en torno a 1986. Cristina, cuenta en El Mundo, ve una
pintada de "Gora ETA" en un pasillo de la facultad.
Tras comprobar que no había
nadie, escribió con rabia debajo: "Y si matan a tu padre, ¿qué?". A
los pocos días, vio de lejos que alguien había respondido.
Se acercó esperanzada, pero
la respuesta escrita debajo de la suya era "algo habrá hecho".
Cristina no estaba dispuesta
a callar ni un minuto más: "A mí no me daba la gana decir que mi
padre había muerto en accidente de tráfico".
Así que "como era más
fuerte la indignación que el miedo", decide pasar a la acción dando un
paso al frente y monta un pequeño grupo que se autodenominó Asociación por la
Paz.
"Eran 24
inconscientes".
En 1985 la Audiencia Nacional condenó a
Francisco Javier Taberna Arruti
Antonio Angulo Sagarzazu
Ramón
Agra Alonso
Agra Alonso fue asesinado en septiembre de
1990 durante un permiso penitenciario, pues disfrutaba de régimen abierto en la
prisión provincial de Málaga, después de acogerse en septiembre de
Juan
Antonio Zurutuza Sarasola, alias Capullo o Acullo.
Después volvió a Francia,
donde se caso con una rica empresaria de Hendaya, adquiriendo así la doble
nacionalidad.
Sus crímenes han ido
prescribiendo pero, por suerte, fue detenido en febrero de 2004 por la Policía
francesa por dar cobertura económica a ETA desde su puesto de gerente de la
empresa Olabe Distribución, que se dedica a la distribución de productos
españoles y peruanos en Francia.
Ya había sido detenido por
el mismo motivo en 2002, pero en aquella ocasión la Policía francesa le dejó en
libertad.
Al tener doble nacionalidad,
las dificultades para extraditarlo a España eran enormes.
Sin embargo, esta llegaría
en diciembre de 2007.
Este caso marca un hito
en la cooperación antiterrorista de Francia con España, siendo la primera vez
que las autoridades de París conceden la entrega de un ciudadano francés,
rectificando, también por primera vez, una anterior negativa en aplicar los
criterios de prescripción españoles.
Extraditado a España, fue
condenado por este atentado en abril de
Posteriormente, en febrero
de 2011, el Tribunal Supremo rechazó el recurso del etarra, que alegaba
prescripción del delito.
Según la sentencia de la
Audiencia Nacional, Zurutuza Sarasola
Francisco Javier Taberna
Arruti (también fallecido)
robaron el vehículo con el
que fueron a San Sebastián, donde les esperaba
Agra
A bordo de otro vehículo
preparado para la huída.
Fue
Capullo
El que realizó los disparos que acabaron con la vida de Enrique y Antonio.
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