Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
A
última hora de la noche del
9
agosto 1994
28º
aniversario
ETA asesinaba frente a su domicilio en Bilbao-país vasco-españa, al
albañil
JOSÉ ANTONIO DÍAZ LOSADA
Hacia las 23:30 horas, el joven regresaba a su
casa junto a su mujer y su hija de catorce meses en una furgoneta de su
propiedad.
José Antonio dejó a su familia frente al portal,
mientras él se fue a aparcar el vehículo.
Cuando se dirigía de nuevo hacia el portal de su
domicilio 2 individuos se le acercaron por la espalda y, sin previo aviso, uno
de ellos le disparó en la cabeza, mientras el segundo cubría la acción.
El proyectil penetró por el pómulo izquierdo y
quedó alojado en la cabeza de la víctima.
El cuerpo de José Antonio Díaz quedó tendido en
el suelo, aún con vida, mientras los dos etarras escaparon a pie hasta un
vehículo donde les esperaba un tercer terrorista.
Un miembro de la Ertzaintza, que vivía cerca del
domicilio de la víctima y que presenció parte de los hechos, persiguió sin
éxito a los dos terroristas.
Cuando llegó al lugar la ambulancia de la DYA,
el joven aún mantenía las constantes vitales.
Falleció durante su traslado al Hospital de
Basurto.
9 agosto 2000
22º
aniversario
ETA asesinaba en
Berriozar-PAMPLONA-Navarra-españa,
al
subteniente
de Infantería del Ejército de Tierra DE ESPAÑA
FRANCISCO CASANOVA VICENTE
La víctima recibió
varios tiros en la nuca a las 15:15 mientras aparcaba su coche en el garaje de
su domicilio ubicado en una zona residencial de la localidad navarra.
El asesino se
introdujo en el garaje tras el automóvil del militar, mientras un segundo
terrorista esperaba en la puerta, y le disparó varias veces.
El subteniente Casanova regresaba del
acuartelamiento de Aizoain y, tras abrir la puerta del garaje, había enfilado
la cuesta de acceso al mismo.
Detrás del vehículo entraron en el garaje dos
terroristas.
Uno de ellos se quedó en la puerta vigilando y
el segundo se situó junto a la ventanilla delantera izquierda, sacó una pistola
y disparó varios tiros que alcanzaron al subteniente en la nuca.
A continuación, salieron a pie del garaje y, en
la misma moto en la que habían llegado, emprendieron la huida.
La esposa del fallecido, Rosalía, y uno de sus
hijos, de 11 años, fueron las primeras personas que se acercaron hasta el
cuerpo del subteniente, que falleció en el acto.
Un vecino que también había salido de su casa al
escuchar los disparos contó que vio a la mujer abrazada al cuerpo de su esposo
llorando y gritando mientras el pequeño le decía que a su padre "le
faltaba un ojo".
Además, se instalaron numerosos controles de
tráfico en las salidas de Pamplona, controles que también se colocaron en
carreteras cercanas a Guipúzcoa.
En
2004, la Audiencia Nacional condenó a
Alberto
Viedma Morillas
Mikel
Javier Ayensa Laborda
Miembros del grupo Ekaitza de ETA, a 30 años de prisión
mayor por un delito de homicidio terrorista con el agravante de alevosía,
porque actuaron por la espalda y sin posibilidad de defensa, "con una
frialdad que repugna a todo ser humano".
Ayensa Laborda fue el que se introdujo en el
garaje y realizó los disparos, mientras Viedma Morillas le daba cobertura.
Ambos etarras admitieron en dependencias
policiales su participación en el atentado, aunque en el juicio se negaron a
declarar.
Ayensa reconoció, tras ser detenido por la Guardia
Civil en Navarra en febrero de 2002, que intentaron acabar con la vida del
militar en siete ocasiones durante los Sanfermines de ese año, pero que no
pudieron hacerlo debido a que el militar debía de estar de vacaciones.
En agosto, añadió, fueron otro día, pero tampoco
apareció Casanova por su domicilio.
El día 9, sin embargo, lograron su objetivo.
Las declaraciones autoinculpatorias de los dos
asesinos se produjeron con asistencia de letrado, con todos los derechos que la
ley concede y sin objeción alguna, según precisaron los jueces en la sentencia
condenatoria.
La misma recoge que los dos procesados decidieron
"de común acuerdo terminar con la vida" de Casanova.
Para ello efectuaron diversas vigilancias del
militar y comprobaron sus horarios de salida del cuartel de Aizoain, desde
donde se trasladaba directamente hasta su domicilio, ubicado en la urbanización
Zortziko de Berriozar, en la calle Askatasuna.
De esta forma, alcanzaron la convicción de que
"el lugar más idóneo para ejecutar la acción criminal" era el garaje
de su vivienda.
Tras el asesinato de
Francisco Casanova, Paco para sus vecinos, se constituyó en Berriozar el
colectivo Vecinos de Paz, que tiene como objetivo denunciar y combatir
el terrorismo etarra.
En su carta de
presentación dicen: "Somos personas con diferentes ideas políticas e
inquietudes, como cualquier vecino de cualquier pueblo o ciudad, pero algo en
común nos une: el posicionamiento en contra del terrorismo y de toda ideología
que lo ensalce, disculpe o justifique; nos une la defensa de la vida y la
libertad, y el apoyo a las víctimas".
Gracias a Vecinos de
Paz, y a las aportaciones privadas procedentes de toda España, se construyó en
el pueblo un monumento en homenaje a las víctimas del terrorismo, que ha sido
atacado en varias ocasiones.
Además, el colectivo
realizó el documental Berriozar: Puerta de la Libertad,
que recoge las experiencias vividas tras el asesinato de Francisco Casanova y los
esfuerzos para erigir el monumento a las víctimas.
Entre otras cosas,
se cuenta cómo las piedras con las que se levantó el monumento tuvieron que ser
transportadas por un camionero de Cantabria porque el miedo a las
represalias hizo que ningún transportista de la zona quisiera hacerlo.
"Desde esa
amarga y calurosa tarde de agosto, dijimos que Paco no quedaría en el olvido.
Es por eso que desde el 2000, cada 9 de agosto, los Vecinos de Paz de Berriozar, le homenajeamos con jotas y música, aficiones que a Paco entusiasmaban", puede leerse en la página web del colectivo
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