Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR
21
septiembre 1984
38º ANIVERSARIO
ETA asesinaba de un tiro en la nuca al
comerciante
JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ MARTÍNEZ-CUBERO
En el
término municipal de Larreineta, en el Valle de Trápaga- Vizcaya-PAÍS VASCO-ESPAÑA.
El cuerpo sin vida de José María estaba atado de
pies y manos con cinta aislante cuando fue encontrado en un camino próximo a
una mina abandonada, en la misma noche del viernes, por un pastor que residía
en las inmediaciones del lugar.
El asesinato se produjo en la tarde del viernes,
pero fue algunas horas más tarde cuando un ganadero localizó el cadáver y avisó
inmediatamente tanto a la Policía Municipal como a la Guardia Civil.
Próximo a la zona, los agentes pudieron
encontrar el Citroën Dyane 6 del que era propietario el fallecido y que habría
podido ser utilizado por los asesinos para transportar a José María hasta el
lugar del crimen.
Un único disparo bastó para acabar, casi
instantáneamente, con la vida del comerciante, ya que la bala penetró por la
parte posterior de la cabeza y salió por la parte superior de la cara, abriendo
una terrible herida.
José María Martínez quedaba así tendido en el
suelo, con las manos y las piernas vueltas hacia atrás y atadas con cinta
aislante, en un paraje solitario de una pista forestal, entre San Salvador del
Valle y Larreineta.
Además del disparo, el cuerpo presentaba signos
de violencia.
Tres meses después de ser detenidos en
Francia, siete terroristas de ETA serían los primeros casos de
miembros de la banda extraditados por Francia a nuestro
país.
En concreto, tres de ellos:
Francisco
Javier Lujambio Galdeano
José
Manuel Martínez Beiztegui
José
Carlos García Ramírez- lo fueron a España
Mientras
que otros cuatro
José
Miguel Galdós Oronoz
Ángel
Castrillos Allende
Francisco
Javier Alberdi Beristain
Luciano
Izaguirre- fueron deportados a Togo, junto al Golfo de Guinea, en África.
A
las 07:40 de la del
21 septiembre 2000
22º
aniversario
ETA asesinaba al
concejal del Partido Popular en San Adrián del Besós-BARCELONA-CATALUÑA-ESPAÑA
concejal
del Partido Popular en San Adrián del Besós-BARCELONA
JOSÉ LUIS RUIZ CASADO
Disparándole dos tiros en la cabeza.
El atentado contra
José Luis fue el primero mortal cometido en Cataluña desde 1994 y se llevó a
cabo coincidiendo con la presencia en Barcelona del presidente del Gobierno,
José María Aznar.
Como todos los días a esa hora, el concejal
popular salió de su domicilio para dirigirse a la empresa donde trabajaba, ABX
Logistics, en la Zona Franca de Barcelona.
Cuando aún no había llegado a su vehículo, a
unos setenta metros del portal de su casa, dos hombres se cruzaron con él
frente al número 89 de la calle Bogatell y al local de la agrupación de
Convergencia Democrática de Cataluña de San Adrián.
Se trataba de los etarras Fernando García Jodrá
y José Ignacio Krutxaga Elezcano.
El primero de éstos, García Jodrá, fue
quien tras
cruzarse con el edil dio media vuelta y le siguió durante unos metros, tras lo
cual le descerrajó un tiro en la nuca.
El disparó penetró en su cabeza cerca de la
oreja y José Luis se desplomó al instante gravemente herido.
Una vez en el suelo, García Jodrá realizó un
segundo disparo a bocajarro.
El asesino disparó al concejal, moribundo,
en la cara a la altura de la nariz, según informaron fuentes
del Hospital Hermanos Trias y Pujol de Badalona, donde le realizaron la
autopsia.
El cuerpo quedó tendido en el suelo, de costado.
Las fuerzas de seguridad lo encontraron así, en
medio de un gran charco de sangre.
Sus gafas estaban tiradas cerca del cadáver y
también se hallaron dos cartuchos de bala del calibre
Después de asesinar a José Luis Ruiz, Krutxaga
Elezcano y García Jodrá montaron en un coche robado como siempre que les estaba
esperando para emprender la huida.
Al volante estaba la terrorista Lierni
Armendaritz.
Juntos, los tres huyeron por debajo de los
puentes de la autopista A-19, que une Barcelona y Mataró.
Los asesinos habían planificado la huida y
debían de conocer la zona en profundidad, puesto que en sólo seis minutos se
dirigieron a un descampado de difícil acceso en el barrio de la Catalana, a
través de un camino solitario.
Una vez allí, en la calle Jaume Huguet, los
terroristas abandonaron el vehículo con un artefacto incendiario, con el fin de
eliminar así pruebas que pudieran conducir a su identificación. Instantes
después el coche empezaba a ser consumido por las llamas.
Unos trabajadores del Mercado Municipal de Besós
fueron testigos presenciales de estas maniobras e intentaron sofocar las
llamas. Además, informaron a los bomberos que del vehículo habían salido
solamente un hombre y una mujer que, tras prender fuego al coche, fueron
recogidos por un tercer hombre que conducía un segundo vehículo, en el que
huyeron nuevamente los tres.
Además de las personas que habían presenciado el
incendio del Renault 19, otros cinco testigos declararon haber visto al autor
material del atentado y trataron de identificarlo, coincidiendo todos ellos en
una descripción común: un joven alto, delgado, con perilla y abundante pelo.
José Luis Ruiz era un hombre
discreto y querido por sus vecinos y sus compañeros de
trabajo, que no podían entender cómo un hombre así había sido víctima de la
barbarie terrorista.
Más de 270 miembros del organismo firmaron la
declaración, pero el dirigente de Convergencia Democrática de Cataluña Pere Esteve
señaló que era difícil firmar el texto porque, al
renunciar al diálogo, se negaba un posible camino hacia la paz.
Koldo Gorostiaga, en representación de Euskal
Herritarrok, trató de desviar la atención hablando de los supuestos casos de
torturas sufridas por etarras en España, pero fue abucheado por los miembros de
la Eurocámara.
En el año 2003, los tres terroristas que
cometieron el atentado contra José Luis Ruiz Casado fueron condenados por la
Audiencia Nacional a penas de 34 años y seis meses de cárcel.
Fernando
García Jodrá
Que había
sido el autor de los disparos
José
Ignacio Krutxaga Elezcano
Que le había
dado cobertura durante el asesinato
Lierni
Armendaritz
Que les
había ayudado a huir en un coche robado como siempre
Sin embargo, los ejecutores sólo eran una parte
del grupo Barcelona, quedando otros miembros todavía pendientes de ser
juzgados, entre los que se encontraban colaboradores e informadores.
Zigor Larredonda, Diego Sánchez Burria y Laura
Riera fueron condenados en concepto de colaboradores a penas de nueve años de
prisión, mientras que Frances Bárcena, Purificación Ródenas y Josep Tamboleo,
también como colaboradores, tuvieron que afrontar cinco años de condena cada
uno.
En la sentencia de mayo de 2004 la Audiencia
Nacional consideró probado que en marzo del año 2000 los etarras
Fernando
García Jodrá
José
Ignacio Krutxaga
Llegaron a
Barcelona, procedentes de Francia, con la orden de cometer atentados mortales
contra policías, políticos y militares, así como de causar daños materiales
sobre bienes e intereses turísticos.
Tras ponerse en contacto con Zigor Larredonda,
Jodrá habría alquilado un apartamento en el que Lierni Armendaritz almacenó
explosivos, munición y matrículas de coches.
El responsable de conseguir pisos e información
sobre las víctimas elegidas pasó a ser Diego Sánchez Burria, hijo de un
comisario de Policía.
Los datos acerca de los posibles objetivos los
extraía del Boletín Oficial del Estado, así como de revistas militares.
Laura Riera se encargaba de averiguar las
matrículas de los vehículos particulares de policías y políticos, indagando en
la base de datos de la Dirección General de Tráfico.
Trabajaba en la sección de multas del Ayuntamiento
de Tarrasa.
En enero de 2001 fueron detenidos
José
Ignacio Krutxaga
Lierni
Armendaritz, cuando iban a colocar una bomba, mientras que
Fernando
García Jodrá
En libertad, trató de esconderse en casa de Purificación Ródenas, Josep Tamboleo y Francesc Bárcena, que lo alojaron en su vivienda a sabiendas de que era un terrorista buscado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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