Categoría: NO
DEBEMOS OLVIDAR
20 octubre 1983
39º
ANIVERSARIO
Un día después de la aparición del cadáver del
capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios,
ETA asesinaba a tiros en Rentaría-Guipúzcoa-PAÍS
VASCO-ESPAÑA al
panadero
CÁNDIDO CUÑA GONZÁLEZ
Cándido estaba en el Bar Tres Cepas, un bar de
la calle Zubiaurre al que iba habitualmente, jugando en la máquina tragaperras.
En ese momento se encontraban en el local el
hijo del dueño y la madre de éste.
A las 18:45 2 terroristas le llamaron desde la
puerta, y le dispararon a bocajarro.
Dos de sus hijos, de 22 y 19 años, fueron de los
primeros en llegar al lugar del crimen.
El asesinato de
Cándido hay que enmarcarlo, una vez más, en la campaña de la
banda contra los supuestos o reales colaboradores de las
Fuerzas de Seguridad, campaña que le sirvió a ETA para realizar una auténtica limpieza
étnica, una caza de brujas contra todos aquellos vascos no
nacionalistas que, a la larga, les ha permitido tener un censo a la medida.
Para ETA y su entorno,
tan culpable como la banda, cualquier vasco no nacionalista era tachado de ser
antivasco y pasaba a convertirse en objetivo potencial de los pistoleros.
En el caso de Cuña
González la acusación se basaba, como tantas otras veces, en un dato absurdo y
ridículo.
La
"colaboración" de Cándido con la Policía había
consistido en vender pan a los agentes de la Guardia Civil del cuartel de
Pasajes, igual que hacía con otros muchos clientes.
Por vender pan a miembros de las Fuerzas de
Seguridad durante una huelga general, Cuña González había tenido problemas unos años
antes con el entorno proetarra, preludio del atentado de la banda que sufrió
el 21
de abril de 1979.
Ese día, fue tiroteado cuando salía de su
domicilio a las seis de la mañana y alcanzado por ocho proyectiles.
Quedó gravemente herido y
permaneció varios meses en el hospital, aunque consiguió
salvar la vida.
Tras este primer intento de asesinato, en círculos
políticos de Rentería se comentó que Cándido colaboraba con la Policía.
la
Audiencia Nacional condenó en
José
María Zubiaurre Portugal a 17 años de prisión.
Pese a esos rumores y al atentado sufrido,
vecinos de la víctima declararon que Cándido Cuña no tomaba especiales medidas
de precaución.
"Era
muy alegre, andaba tranquilamente por los bares de la zona.
En ocasiones iba solo, y en ningún momento
trataba de esconderse o de adoptar actitudes de especial cautela".
Sin embargo, el segundo
intento de asesinarlo sí tuvo éxito.
Tras ser tiroteado en el Bar Tres Cepas, Cándido fue trasladado gravemente herido al Hospital de la Cruz Roja, donde los médicos sólo pudieron certificar su muerte a causa de dos impactos de bala recibidos en la cabeza.
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