Categoría: RECUERDO
El Yom Hashoah-hebreo: יום השואה yom hash-sho’āh;
literalmente: Día de la Shoá.
Día del recuerdo del Holocausto, sucede cada día
27 de Nisán del calendario hebreo.
Esta jornada es recordada anualmente
como día en memoria de las víctimas del Holocausto, siendo feriado nacional
en Israel.
Existe un equivalente internacional:
El Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las
Víctimas del Holocausto, que se celebra
el 27 de enero (primer
mes del calendario
gregoriano), y curiosamente es comparable al 27
de Nisán (primer mes del calendario hebreo cultual).
Originalmente, el día propuesto para
esta el Yom Hashoah fue el día 15 de Nisán, aniversario de la revuelta
del Gueto de
Varsovia (19 de abril de 1943),
pero esta propuesta fue rechazada por causa de coincidir con el primer día
de Pésaj. El día 27 fue escogido por ser ocho días antes de la
conmemoración de Yom Ha'atzmaut, Día de la
Independencia de Israel. El Yom HaShoah fue establecido en 1959 como
ley en Israel y aprobado por David Ben-Gurión y Yitzhak Ben-Zvi.
A las 10:00 horas del Yom Hashoah, las
sirenas aéreas suenan durante dos minutos. Los vehículos de transporte público
paran por este período y las personas permanecen en silencio. Durante el Yom
Hashoah, establecimientos públicos son cerrados, la televisión y la radio
transmiten canciones y documentales sobre el Holocausto y todas las
banderas quedan a media asta.
l Holocausto (probable traducción de la palabra Shoah,
pero es preferible decir genocidio o Shoah) fue la persecución y el asesinato
sistemático, burocráticamente organizado y auspiciado por el Estado alemán, de
aproximadamente seis millones de judíos por parte del régimen nazi y sus
colaboradores.
Los nazis, que llegaron al poder en Alemania en enero de
1933, creían que los alemanes eran una “raza superior”, y que los judíos,
considerados “inferiores”, eran una amenaza extranjera para la llamada
comunidad racial alemana. Durante la era de la shoah, las autoridades alemanas
persiguieron a otros grupos debido a su percibida “inferioridad racial”: los
romaníes (gitanos), los discapacitados, y algunos pueblos eslavos (polacos y
rusos, entre otros). Otros grupos fueron perseguidos por motivos políticos, ideológicos
y de comportamiento, entre ellos, los comunistas, los socialistas, los testigos
de Jehová y los homosexuales.
En 1933, la población judía de Europa ascendía a más de
nueve millones, y la mayoría de los judíos europeos vivía en países que la
Alemania nazi ocuparía o dominaría durante la Segunda Guerra Mundial. Para el
año 1945, los alemanes y sus colaboradores habían asesinado aproximadamente a
dos de cada tres judíos europeos como parte de la “Solución final”: la política
nazi para asesinar a los judíos de Europa. Si bien las principales víctimas del
racismo nazi fueron los judíos (a quienes consideraban el mayor peligro para
Alemania), entre las otras víctimas se incluyen 200 mil romaníes (gitanos).
Como mínimo, 200 mil pacientes discapacitados física o mentalmente (en su
mayoría alemanes y que vivían en instituciones), fueron asesinados en el marco
del llamado Programa de Eutanasia.
A medida que la tiranía nazi se propagaba por Europa, los
alemanes y sus colaboradores perseguían y asesinaban a millones de otras
personas. Entre dos y tres millones de prisioneros de guerra soviéticos fueron
asesinados o murieron de inanición, enfermedades, negligencia o maltrato. Los
intelectuales polacos no judíos fueron perseguidos y asesinados por los
alemanes. Millones de civiles polacos y soviéticos fueron deportados para
realizar trabajos forzados en Alemania o en la Polonia ocupada, donde
generalmente trabajaban, y muchas veces morían en condiciones deplorables.
Desde los primeros años del régimen nazi, las autoridades
alemanas persiguieron a los homosexuales y a otras personas cuyos
comportamientos no se ajustaban a las normas sociales prescritas. Miles de
oponentes políticos (incluidos comunistas, socialistas y sindicalistas), así
como disidentes religiosos (como los testigos de Jehová), fueron perseguidos
por oficiales de la policía alemana. Muchas de estas personas murieron como
resultado de la encarcelación y el maltrato. En los primeros años del régimen
nazi, el gobierno nacionalsocialista estableció campos de concentración para
detener a oponentes políticos e ideológicos, tanto reales como supuestos.
En los años previos al estallido de la guerra, los
oficiales de las SS y la policía, encarcelaban en estos campos a cada vez más
judíos, romaníes, y otras víctimas del odio étnico y racial. Para concentrar y
controlar a la población judía, y al mismo tiempo facilitar la deportación
posterior de los judíos, los alemanes y sus colaboradores crearon ghettos,
campos de tránsito, y campos de trabajos forzados para los judíos durante los
años de la guerra. Asimismo, las autoridades alemanas establecieron numerosos
campos de trabajos forzados, tanto en el denominado Gran Reich Alemán, como en
territorios ocupados por los alemanes, para personas no judías a quienes los alemanes
buscaban explotar laboralmente.
Después de la invasión de la Unión Soviética en junio de
1941, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza), y más adelante, los
batallones militarizados de oficiales de la Policía, iban detrás de las líneas
alemanas para llevar adelante operaciones de asesinato en masa de judíos,
romaníes, y oficiales del partido comunista y del estado soviético. Las
unidades alemanas de las SS y la policía, con el apoyo de unidades de la
Wehrmacht y de la Waffen SS, asesinaron a más de un millón de hombres, mujeres
y niños judíos, junto con cientos de miles de otras personas.
Entre los años 1941 y 1944, las autoridades alemanas del
régimen nazi, deportaron a millones de judíos desde Alemania, los territorios
ocupados, y los países de muchos de sus aliados del Eje, hacia los ghettos y
los centros de exterminio (también llamados centros de la muerte), donde fueron
asesinados en cámaras de gas diseñadas especialmente para tal fin. Durante los
últimos meses de la guerra, los guardias de las SS trasladaron a los
prisioneros de los campos, en tren o en marchas forzadas, también denominadas
“marchas de la muerte”, en un intento por evitar que los Aliados liberaran a
grandes cantidades de prisioneros.
A medida que las fuerzas aliadas se trasladaban por Europa
en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y liberar a
prisioneros de los campos de concentración, así como a los prisioneros que
estaban en el camino en marchas forzadas desde un campo hacia otro. Las marchas
continuaron hasta el 7 de mayo de 1945, el día en que las fuerzas armadas
alemanas se rindieron incondicionalmente a los Aliados. Para los Aliados
occidentales, la Segunda Guerra Mundial finalizó en Europa oficialmente al día
siguiente: el 8 de mayo (día V-E); mientras que las fuerzas soviéticas
anunciaron su “día de la victoria” el 9 de mayo de 1945.
Después del Holocausto, muchos de los sobrevivientes
encontraron refugio en los campos de refugiados que administraban las fuerzas
aliadas. Entre 1948 y 1951, casi 700 mil judíos emigraron a Israel, incluidos
136 mil judíos refugiados de Europa. Otros judíos refugiados emigraron a
Estados Unidos y a otros países. El último campo de refugiados se cerró en
1957.
Los crímenes cometidos durante el Holocausto, devastaron a
la mayoría de las comunidades judías de Europa, y eliminaron totalmente a
cientos de comunidades judías de los territorios ocupados de Europa Oriental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario