El descubrimiento de
América en 1492 fue trascendental y el 12 de octubre se ha
considerado como un día memorable porque a partir de entonces se inició el
contacto entre América y Europa, que culminó con el llamado «encuentro de
dos mundos», que transformó las visiones del mundo y las vidas tanto de
europeos como de americanos, ya que se inició la colonización
europea de América.
Sin embargo, el 12 de
octubre de 1492 no se reveló la existencia de América. Cristóbal Colón siempre
creyó que había llegado a las Indias sin sospechar que se había topado
con el continente americano.
Después de Colón, se
organizaron otros viajes financiados por la Corona española, como los de Núñez de Balboa que
cruzó a pie el istmo de Panamá y
encontró el océano Pacífico (1513);
y el de Francisco Hernández de Córdoba (1517)
y Juan de Grijalva (1518)
que recorrieron las costas mexicanas.
El florentino Américo Vespucio (1451-1512),
al que el rey Fernando el Católico concedió
carta de ciudadanía castellana en Toro el 24 de abril de 1505, recorrió la
costa norte de América del Sur,
los litorales de Brasil y el sur de
la Patagonia, y se le considera el primer europeo
en comprender y anunciar que esas tierras eran en realidad un nuevo continente;
por este motivo, el cartógrafo Martin Waldseemüller les
dio en su mapa de 1507 el
nombre de América, que se usa desde entonces.
El 23 de septiembre de
1892, la reina regente María
Cristina de Habsburgo-Lorena promulgó un Real Decreto en San Sebastián, a propuesta del presidente Antonio Cánovas
del Castillo, en el que se declaraba fiesta nacional el 12 de
octubre de 1892, en conmemoración del descubrimiento de América.[7]
Dicho Real Decreto fue firmado por
la reina regente en nombre de
su hijo Alfonso XIII y en presencia
del presidente del Consejo de Ministros el
12 de octubre de 1892 en el monasterio de La Rábida, con motivo
de su visita a Huelva, Palos de la Frontera y Moguer para
la celebración de los actos del IV centenario del descubrimiento de América.[8]
Hispanidad es un término del español clásico, que a principios
del siglo XX había ya
caído en desuso.
Pero en 1926 el
sacerdote español Zacarías de Vizcarra propuso,
en un artículo que publicó en Buenos Aires, que «Hispanidad» debiera sustituir
a «Raza» en las celebraciones del doce de octubre.
La celebración del doce
de octubre como Fiesta de la Raza Española había
sido propuesta en 1913 por Faustino
Rodríguez-San Pedro desde la organización Unión Ibero-Americana,
y en 1918 alcanzó en España el rango de fiesta nacional con esa denominación.
Denominación
ampliamente utilizada de hecho en distintas repúblicas americanas que habían reconocido
también el 12 de octubre como fiesta nacional, sin nombre alguno o bajo otros
rótulos.
El 15 de diciembre de
1931, Ramiro de Maeztu,
que había sido embajador de España
en Argentina en 1928 y 1929, abrió la
revista Acción Española con
un artículo titulado La
Hispanidad, que se inicia así: «El 12 de octubre, mal titulado el Día de
la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad».
Con estas palabras
encabezaba su extraordinario del 12 de octubre último un modesto semanario de
Buenos Aires, El Eco de España.
La palabra se debe a un
sacerdote español que reside en Argentina, Zacarías de Vizcarra.
Si el concepto de «Cristiandad» comprende y a la vez caracteriza a
todos los menciona rótulo alguno), pronunció el arzobispo de
Toledo y primado de
España, Isidro Gomá Tomás,
un importante discurso, Apología
de la Hispanidad, en el que la máxima autoridad de los católicos
españoles, creado al año siguiente cardenal de la Iglesia de Roma, se convertía en apologista de
la idea de la hispanidad defendida por Ramiro de Maeztu.
La Virgen de
Guadalupe ostenta el título de Reina de la Hispanidad desde el 12 de octubre de 1928,
cuando el cardenal primado de España, Pedro Segura,
como legado del papa Pío XI, y en presencia del
rey Alfonso XIII,
coronó canónicamente a Santa María de Guadalupe como «Hispaniarum Regina».[9]
La razón del
nombramiento se encuentra en el hecho de que los Reyes Católicos se reunieron
con Cristóbal Colón en el Real
Monasterio de Santa María de Guadalupe en junio de 1492 desde
donde dieron las primeras instrucciones para dotar al marino genovés de lo
necesario para emprender el primer viaje y adonde Colón, tras su éxito, regresó
en 1493 para dar gracias a la Virgen.[10]
Catedral-Basílica
del Pilar en Zaragoza
Por otro lado, al
coincidir la fecha del Descubrimiento con la festividad de la Virgen del Pilar, cuyo culto se remonta a
principios del siglo XIII y
es patrona de Aragón y de su
capital, Zaragoza, desde el siglo XVII, el papa Juan Pablo II la nombró "Patrona y
Madre de la Hispanidad" en las dos ocasiones que visitó la ciudad de
Zaragoza y la Catedral-Basílica
del Pilar. Junto a Santiago de Compostela, la Virgen del Pilar ha
centrado la espiritualidad de la Cristiandad en la península ibérica durante
siglos y representa un símbolo indisociable con la Hispanidad, de unidad de los
españoles y éstos con América
El 12 de octubre de
1935 ya fue celebrado en Madrid el Día de la Hispanidad. A la española hora de
las cinco de la tarde Ramiro de Maeztu pronunció un discurso en la Academia Española,
sobre el Descubrimiento y la colonización
de América.
Y con el título El Día de la Hispanidad publicó
un artículo en el número inaugural de Hispanidad, revista quincenal cuyo primer número está fechado
precisamente el 12 de octubre de 1935.
En el segundo número de
esa revista puede leerse: «La conmemoración de la fiesta de la Hispanidad.
Con gran brillantez se
ha celebrado este año el día de la Hispanidad.
Toda España se ha
sumado a su conmemoración.
Y no solamente en
España.
En América, ni qué
decir.
En cuanto al extranjero, allí donde existe un núcleo de
españoles se han reunido y han brindado por la raza española».
(Hispanidad, n.º 2, 1 de
noviembre de 1935, pág. 26.)
Ese mismo día de la
raza, en Sevilla, se inauguró el XXVI
Congreso Internacional de Americanistas.
Un año después, en
octubre de 1936, Ramiro de Maeztu fue asesinado.
Pero su Defensa de la
Hispanidad volvió a publicarse en 1938, en plena guerra civil española,
y sus ideas se convirtieron en uno de los principales soportes ideológicos de
los falangistas.
No debe extrañar, por
tanto, que incluso antes de alcanzarse la paz en España, en las celebraciones
del doce de octubre se fuese generalizando en medios oficiales, desde muy
pronto, la denominación Día de la Hispanidad o Fiesta de la Hispanidad, aunque,
sobre el papel, el decreto de 1918, de Antonio Maura y el rey Alfonso XIII,
que denominaba Fiesta de la Raza a la Fiesta Nacional Española, conmemorativa
del Descubrimiento de América, se mantuviera en vigor durante cuarenta años.
El 12 de octubre de 1939, tras poco más
de seis meses de posguerra, la celebración oficial del día de la
Raza, presidida por Francisco Franco,
tuvo lugar en Zaragoza, como símbolo de la nueva política interior y
exterior que se propugnaba:
En 1943 la celebración
oficial en España del Día de la Hispanidad coincidió con la reinauguración de
la Ciudad
Universitaria de Madrid, destruida durante la guerra civil: «Hoy,
Día de la Hispanidad», «Con la solemne inauguración de la Ciudad Universitaria
y el curso académico 1943-44, se celebra el Día de la Hispanidad».[14]
Aunque, legalmente, el
Día de la Hispanidad no alcanzó reconocimiento en la España del franquismo hasta 1958, cuando un decreto de
la Presidencia
del Gobierno de 9 de enero de 1958 estableció: «Dada la enorme
trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de
América hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de Día
de la Hispanidad».
FIESTA DE
LA HISPANIDAD
La Fiesta de la Hispanidad se
celebra cada 12 de octubre desde 1928.
Desde entonces se
conmemora en Guadalupe (Extremadura,
España) la coronación canónica de la Virgen
de Guadalupe como Reina de la Hispanidad (también denominada
"Reina de las Españas"), por el Primado de España, el Cardenal Pedro
Segura (legado especial de S.S. Pío XI), en presencia del rey Alfonso XIII,
cuya inscripción latina, con el correspondiente título, está grabada en la
lustrina de la imperial Corona, siendo la única portadora con dicha distinción
oficial, firmada por el Papa en Roma en
el Decreto de Coronación de Santa
María de Guadalupe (de Extremadura, España) el 12 de agosto de
1928[1]
Esto se debe a
que Colón bautizó
una isla con este nombre en 1493[3] y a que, desde el siglo XVI, se extendió por Hispanoamérica la devoción a una
representación diversa de la Virgen
de Guadalupe, por ser el mayor símbolo de la evangelización en América (celebrándose el Día de la
Virgen de Guadalupe de México el 12 de diciembre).[4]
El 12 de octubre de
1978 ("Día de la Hispanidad")
el rey Juan Carlos I y
toda la familia real acudieron al Real
Monasterio de Santa María de Guadalupe para un acto
conmemorativo de los 50 años de la Coronación canónica de la Virgen de
Guadalupe como Reina de la Hispanidad.[5]
En 1993 la Unesco declaró a todo el conjunto del Monasterio y la
Basílica de Guadalupe (Extremadura, España) como Patrimonio de la
Humanidad, destacando la íntima vinculación del santuario de
Guadalupe, tanto con el descubrimiento de América como con su colonización y
evangelización, mencionando la importancia de "la célebre estatua de la Virgen de Guadalupe, que se convirtió en
un poderoso símbolo de la cristianización de gran parte del Nuevo Mundo".
La Fiesta Nacional de
España es la denominación oficial actual que recibe el día nacional de España, que coincide con la celebración canónica
del "Día de la Hispanidad",[8] declarada en 2007 Fiesta de Interés Turístico en Extremadura, siendo una de las de mayor
dimensión hispanoamericana y
de gran atractivo turístico, a través de los lazos intercurturales,
coincidiendo en el calendario con otros eventos importantes, como las Fiestas del Pilar, dando lugar a errores en la
atribución del título de "Reina de la Hispanidad", cuyo título sólo
ostenta la Virgen de Guadalupe de manera oficial. La Virgen de Guadalupe es
Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad.
La Fiesta de la
Hispanidad, celebrada cada 12 de octubre, en conmemoración de la Coronación
canónica de la Reina de la Hispanidad (1928), se hizo coincidir con la llegada
de las naves de Colón al Nuevo Mundo, que tuvo lugar un 12 de octubre de
1492.
En Guadalupe (España) Cristóbal Colón se
entrevistaría con los Reyes Católicos antes
de su partida, llegando a bautizar una de las islas con el nombre de Guadalupe
(1493), y a su regreso los primeros indios fueron bautizados en el Real
Monasterio de Santa María de Guadalupe (1496), por los fuertes
vínculos que hicieron de la advocación mariana de la Virgen de Guadalupe la que
más se expandió por la América Hispana, de la mano de conquistadores,
misioneros y colonizadores.
En 1929 se funda la
Guardia de Honor, conocida actualmente como Real Asociación de Caballeros de
Santa María de Guadalupe, que se comprometen a preservar la tradición de la
Fiesta de la Hispanidad en honor a su patrona, la Virgen
de Guadalupe (Extremadura, España), Coronada un 12 de octubre de
1928.
Desde 1987 la Fiesta Nacional de
España es la denominación oficial actual que recibe el Día
Nacional de España, cuya fiesta estatal coincide con la celebración canónica
del "Día de la Hispanidad",
manteniendo su denominación tradicional.
El 12 de octubre de
1978 ("Día de la Hispanidad") los Reyes de España acudieron Guadalupe
para un acto conmemorativo de los 50 años de la Coronación canónica de la Reina
de la Hispanidad.
En 2007 la fiesta es
declarada Fiesta de Interés Turístico en Extremadura.[15]
VIRGEN DEL
PILAR
La historia sobre sus orígenes se
remonta al año 40, cuando, de acuerdo con la tradición cristiana, el 2 de enero
la Virgen María se
apareció a Santiago Apóstol en Cesaraugusta. María llegó a Zaragoza «en
carne mortal» —antes de su Asunción— y
como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida
popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros
convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla
de adobe a orillas del Ebro.[2]
Este testimonio es recogido por un
manuscrito de 1297 de los Moralia,
sive Expositio in Job, de Gregorio Magno, que se custodia en el Archivo
del Pilar.
La devoción mariana comenzó en los
albores del siglo XIII,
cuando comenzaron las primeras peregrinaciones a Santa María la Mayor.
Sobre la iglesia mozárabe
preexistente, se erige el templo románico del
Pilar poco después de la conquista de Zaragoza por Alfonso I el
Batallador (1118) que fue culminado en el siglo XIII.[3]
En esta época se documenta en el
templo una capilla primitiva para alojar el Pilar, según transmite Diego de Espés en 1240.[4]
Para 1293 el templo se encontraba
en tan mal estado que el obispo Hugo de Mataplana promovió la
restauración del templo y su conversión en la colegiata
gótico-mudéjar de Santa María la Mayor con recursos de una bula
de Bonifacio VIII que
por vez primera menciona la advocación «del Pilar».
Actualmente el único vestigio
conservado del templo románico del Pilar es el tímpano de la iglesia, que ha sido colocado
en la fachada sur de la basílica barroca.
La Virgen del Pilar es una de las advocaciones
marianas de la Iglesia católica,
que data desde el año 40 a Santiago Apóstol en Zaragoza, cuya imagen tiene su
principal centro de culto en la Catedral Basílica del
Pilar de Zaragoza (España).
El 20 de mayo de 1642, el municipio
de Zaragoza proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad, patronazgo que
se extendió a todo el Reino de Aragón en
las Cortes aragonesas de 1678.
Acumula otros patronazgos, como el
del Cuerpo de la Guardia Civil (1913),
el del Cuerpo de Correos y Telégrafos (1916), el del Cuerpo de Secretarios,
Interventores y Depositarios de Administración Local (1928), el de la Sociedad
Mariológica (1940), el del Consejo Superior de Misiones (1948) y del Arma Submarina de
la Armada Española (1946).
En 1908 mediante un Real Decreto se
declara capitán general del Ejército español. El 24 de junio de 1948 se eleva a
categoría de basílica el Pilar por Pio XII (1948).
DÍA DE
LA RAZA
Día de la Raza es una de las denominaciones que se le da al 12 de
octubre, día en que se conmemora la llegada a América del navegante Cristóbal Colón en 1492.
Este día se celebra en
la mayoría de los países hispanoamericanos y en los Estados Unidos, entre otros países. Fue creado a inicios del siglo XX, por iniciativa del exministro
español Faustino Rodríguez-San Pedro.
Sin embargo, desde
fines del siglo XX han surgido
movimientos que critican esta festividad por considerar que conmemora el
sometimiento y eliminación de los pueblos indígenas y sus culturas.
La denominación fue
creada por el exministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como presidente de la Unión Ibero-Americana, que en 1913 pensó en una celebración que
uniese a España e Iberoamérica, eligiendo para ello el día 12 de
octubre.[7]
En 1914 se celebra el
12 de octubre por primera vez como fiesta de la Raza.[8] En 1915 pasa a llamarse Día de la Raza:
La Unión celebró por
primera vez la «Fiesta de la Raza Española» en 1914 y en 1915 se celebró como
«Día de la Raza» en la Casa Argentina de Málaga, y de la «Fiesta de la Raza» en la
capital de España. Se transforma en fiesta
nacional por ley de Alfonso XIII del 15 de junio de 1918.[9]
En 1917, Hipólito Yrigoyen,
presidente de la República Argentina, declaró ese día fiesta nacional.[10]
Aunque el decreto no le
da un nombre específico, la prensa y la costumbre impusieron el de Día de la Raza, «aunque no todos los
que allí aplaudíamos la sustancia de la fiesta estábamos de acuerdo con el
nombre con que se la designaba», en palabras del periodista argentino Ernesto
Mario Barreda.
El nombre Día de la Hispanidad y el propio
vocablo hispanidad fue propuesto a fines de
los años 20 por Mons. Zacarías de Vizcarra (sacerdote
español, residente en Buenos Aires) al periodista Ramiro de Maeztu -por entonces embajador de
España en Buenos Aires-, ya que consideraba «poco feliz y algo impropia» la
denominación Día de la Raza.
El nuevo nombre fue
paulatinamente reemplazando al antiguo en España,[12] hasta que el 10 de enero de 1958
es oficializado por decreto de la Presidencia del Gobierno.
GUARDIA CIVIL
En 1476 los Reyes Católicos crearon
un nuevo reglamento para las hermandades policiales de España, que habían
existido durante la Edad Media, para mantener la seguridad en los campos. Este
nuevo reglamento las unificó y las puso bajo la autoridad de los reyes. Fue
conocida como la Hermandad General y, posteriormente, como la Santa Hermandad.[21] Estaba organizada en capitanías y
puede considerarse el precedente de la Guardia Civil.[22] A principios del siglo XIX era una organización
prácticamente testimonial.[22][23] Fue disuelta en 1835.[22]
Tras la guerra de
la Independencia (1808-1814), aumentaron las bandas de
delincuentes.[24] Esto fue conocido como el bandolerismo. La Milicia Nacional, que había
servido para combatir al invasor francés durante la guerra, fue reinstaurada en
el Trienio Liberal, entre 1820 y 1823, pero estaban desorganizados y eran poco
profesionales.[24]
Primera
fotografía conocida tomada a un Guardia Civil, en Reinosa entre 1855 y 1857.
En 1820 Pedro Agustín Girón,
teniente de la Guardia Real, propuso la creación de una organización policial
con estructura militar pero al servicio del poder civil, llamada Legión de
Salvaguardias Nacionales. Finalmente, este proyecto no se llevó a cabo y tuvo
que marcharse al exilio con su hijo, Francisco Javier Girón
Ezpeleta, en 1822.[25]
En 1824 Fernando VII creó la Policía General del
Reino.[26] Sin embargo, esta se ocupó sobre
todo de las ciudades y quedó desvirtuada por Francisco Tadeo
Calomarde al convertirse en una policía política que reprimía a
enemigos del absolutismo.[27] En 1827 esta organización fue
reformada y el superintendente Juan José Recacho huyó al extranjero.[28] La reforma hizo que,
obligatoriamente, fuesen agentes al servicio de miembros de la judicatura y de
los alcaldes mayores de las provincias.[29]
Para el control de
fronteras y evitar el contrabando, en 1829 Fernando VII creó el Real Cuerpo de
Carabineros de Costas y Fronteras, completado por el Resguardo
Civil, que ejercía un control en el interior. En 1842 se reorganizó como el
Cuerpo de Carabineros del Reino, a cargo del mariscal de campo Martín José de
Iriarte. Este dependía del Ministerio de Hacienda.[30]
En noviembre de 1843 el
presidente del gobierno, Salustiano Olózaga,
consideró que la policía de entonces no era lo suficientemente eficaz y quiso
reinstaurar la Milicia Nacional, pero el proyecto no se llevó a cabo y terminó
dejando el gobierno.[31]
El 5 de diciembre pasó
a ser presidente Luis González Bravo.
El 31 de diciembre de 1843 el ministro de la Guerra, Manuel de Mazarredo,
escribió una solicitud al ministro de la Gobernación, el marqués de
Peñaflorida,[32] para que crearse una fuerza
pública que librase al Ejército de tener que perseguir a delincuentes.[33] Según algunos autores, la
creación del cuerpo no tiene que ver con la protección del campo y el control
de la delincuencia, sino con la desconfianza de la clase gobernante hacia el
Ejército, tanto en su obediencia a Isabel II (declarada
mayor de edad el 8 de noviembre de 1843) como en su capacidad para contener
desórdenes civiles. El real decreto de su fundación indicaba que "la
fuerza civil sirve para evitar la intervención del Ejército en los actos
populares".[34]
El subsecretario de
Gobernación, Patricio de la Escosura, redactó el Real Decreto del 26 de enero
de 1844, para la reorganización de la seguridad pública en España.[33] El 30 de enero de 1844 se publicó
un reglamento desarrollando este Real Decreto, en cuyo artículo 10 se decía que
el ministro de la Gobernación organizaría "una fuerza especial destinada a
proteger eficazmente a las personas y las propiedades, cuyo amparo es el
principal objeto del ramo de protección y seguridad".[33]
El ministro de la
Gobernación se dedicó a la elaboración de un decreto para la creación de esta
fuerza de seguridad. El 10 de marzo presentó al Gobierno un borrador completo,
que fue modificado por el Consejo de Ministros en algunos aspectos, dando lugar
a un nuevo documento el 14 de marzo.[33] Los que redactaron este decreto
fueron Patricio de la Escosura y Manuel Beltrán de Lis y Ribes. La reina Isabel II firmó
el Real Decreto el 28 de marzo de 1844.[nota 7]
El Real Decreto del 12
de abril de 1844 estableció que el Ministerio de la Guerra se encargaría de la
organización inicial de la Guardia Civil, pero que posteriormente estaría a
cargo de las autoridades civiles.[31] La organización de este cuerpo le
fue encargada al mariscal de campo Francisco Javier Girón Ezpeleta.[31] Este Real Decreto le fue enviado,
junto con una comunicación oficial de su encargo, a Cataluña, en donde se
encontraba, el 15 de abril.[35]
Francisco Javier Girón
Ezpeleta, II duque de Ahumada y
V marqués de Las Amarillas, fue un militar isabelino que sirvió a las órdenes
del general Leopoldo O'Donnell en
la primera guerra
carlista, contra el general Ramón Cabrera. En 1843 fue nombrado jefe militar
en la región de Cataluña. Allí conoció la formación de los Mozos de Escuadra, que le agradó y del cual tomó
ideas para la formación de la Guardia Civil. En aquel entonces existían otras
organizaciones de seguridad en España: rondas volantes extraordinarias en Cataluña, compañías de miñones y de migueletes
en Valencia, escopeteros en Sevilla, Toledo y Ciudad Real, escuadras de gendarmes en Pamplona, celadores en las provincias de Castellón de la Plana y Jaén, entre otras, salvaguardias en Santander,
la compañía de faletís en Cádiz, el tercio rural de migueletes en Salamanca y muchas otras. En estas
organizaciones había unos 4 000 efectivos en total.[36]
Canarias se encargaban de esto batallones y
secciones de militares. En 1877 se crearon las Compañías de Guardias
Provinciales, formadas por militares que realizaban una función similar a la de
la Guardia Civil.[37]
El duque de Ahumada
propuso la creación de un cuerpo de seguridad profesional, estable y bien
organizado. Le dio mucha importancia a que la tropa tuviera un buen sueldo,
para evitar la corrupción, y también que fuese gente de conocida honradez y
alfabetizada.[38] También propuso que hubiera más
oficiales subalternos, para que hubiese una mayor vigilancia. Redactó siete
puntos para la organización, que fueron aceptados por el presidente Narváez y recogidos en el Real Decreto del
13 de mayo de 1844.[39]
El uniforme quedó
establecido por Real Decreto del 15 de junio de 1844.[40]
El verano de 1844 se
recibió a los aspirantes en los cuarteles de Leganés, Vicálvaro y Alcalá de Henares.[41][42]
El 1 de septiembre el
presidente y ministro de la Guerra, Narváez, pasó revista a la Guardia Civil
por primera vez, a las afueras de la Puerta de Atocha.
Había 1500 guardias de infantería y 370 de caballería.[43] Ese día el duque de Ahumada fue
nombrado inspector general de la Guardia Civil.[41]
El Reglamento para el
Servicio de la Guardia Civil, aprobado por el Real Decreto del 9 de octubre de
1844, estableció las obligaciones y facultades de la Guardia Civil, su
dependencia orgánica, vinculada en lo referido a su servicio peculiar al
Ministerio de la Gobernación.
El artículo dice que el
objetivo de la Guardia Civil es: «la conservación del orden público, la
protección de las personas y las propiedades (…) y el auxilio que reclame la
ejecución de las leyes».
El artículo 31 dice:
«En los caminos, en los campos y despoblados, toda unidad o individuo de la
Guardia Civil cuidará de proteger a cualquier persona que se vea en algún
peligro o desgracia, ya prestando el auxilio de la fuerza, ya facilitando el
socorro que tuviese a su alcance».[44]
El 10 de octubre de
1844 la reina Isabel II pasó a ser mayor de edad, conforme a la legislación de
entonces, al cumplir 14 años.[45]
Ese día, fue desde
el Palacio Real a
inaugurar las nuevas Cortes.[46]
En el recorrido, fue
escoltada por la Guardia Civil.[47]
El Reglamento Militar
de la Guardia Civil, aprobado por el Real Decreto del 15 de octubre, fue
elaborado por el Ministerio de la Guerra bajo la égida del duque de Ahumada y
es por tanto más conforme con su doctrina y carácter.
Determina la
organización con arreglo a criterios castrenses, los ascensos, dependencia,
obligaciones, disciplina y estatuto del personal del Cuerpo.[48]
El duque de Ahumada
quería poner a la Guardia Civil a resguardo de la contienda política, dotándola
de una filosofía autónoma que le permitiera prestar un servicio civil sin
menoscabo de la estructura militar.[49] Por ello, el 16 de enero de 1845
redactó una circular sobre esto.[49][50]
Fue aprobada por Real
Orden el 20 de diciembre de 1845. Es conocida como la «Cartilla o el Código
Moral de la Guardia Civil».[50]
Este manual es
fundamental para comprender a la Guardia Civil en la actualidad.[49]
El artículo 1 dice: «el
honor es la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente,
conservarlo sin mancha.
Una vez perdido, no se
recobra jamás». El artículo 4 dice que debe ser: «siempre fiel a su deber,
sereno en el peligro, y desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y
firmeza».
El artículo 5 dice que
debe ser: «prudente sin debilidad, firme sin violencia, y político sin bajeza».
El artículo 6 dice:
«procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su
presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que
tenía su casa presa de las llamas, considere su incendio apagado; el que veía a
su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo vea salvado; y por último
siempre debe velar por la propiedad y la seguridad de todos».
El artículo 3 dice:
«Será muy atento con todos».[51]
En los cuarteles, el comandante del
puesto pasó a ser una auténtica institución en los pueblos rurales y actuaba
también como consejero jurídico de la gente humilde.[52][53]
La Guardia Civil (GC) es un instituto armado español y una de las dos fuerzas
de seguridad de ámbito nacional, junto con el Cuerpo Nacional de
Policía. Como gendarmería, es de naturaleza militar y cumple,
entre otras, funciones de policía, dependiendo de los Ministerios de Interior y
de Defensa.[nota 3]
Fue creada el 28 de
marzo de 1844 mediante real decreto,[8] y reformada el 13 de mayo de 1844
por Francisco
Javier Girón y Ezpeleta, ii duque de Ahumada, que fue el primer director
general de la Guardia Civil.[9]
Nace debido a la
necesidad de disponer de un cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional,
fuerte, profesional y de amplio despliegue territorial, que respondiera de
manera eficiente a las necesidades de seguridad de la España de la primera
mitad del siglo XIX, lo cual
lleva a cabo con gran éxito.[10]
Sus 180 años de
historia continuada, sin alterar su denominación, le otorgan la consideración
de cuerpo policial más antiguo de España, independientemente de su ámbito
(nacional o regional).[11]
Popularmente también
conocida como la Benemérita,
forma parte de las fuerzas
y cuerpos de seguridad del Estado, junto con el Cuerpo Nacional de
Policía.[7]
Como tal, la Constitución,
en su artículo 104, le fija la misión primordial de proteger el libre ejercicio
de los derechos y libertades de los españoles y garantizar
la seguridad ciudadana,
bajo la dependencia del Gobierno de España.[12]
Dada su naturaleza
militar, sus componentes tienen la consideración de militares de
carrera, y el cuerpo tiene encomendadas también misiones de carácter
militar, descritas en el Real Decreto 1438/2010.
Para cumplir con el
cometido que la Constitución le encomienda, entre sus principales competencias
se encuentran velar por el cumplimiento de las leyes y disposiciones generales,
mantener y restablecer, en su caso, el orden y la seguridad ciudadana, prevenir
la comisión de actos delictivos, investigando los delitos para descubrir y
detener a los presuntos culpables, así como de manera exclusiva le compete la
vigilancia del tráfico en las vías públicas interurbanas —salvo en Cataluña,
País Vasco y Navarra, que actualmente se negocia[13] —, el transporte interurbano de
presos, la seguridad de infraestructuras como puertos y aeropuertos de interés
general, la seguridad y vigilancia de las fronteras y las costas, así como todo
lo relativo a la normativa sobre armas y explosivos.
Realiza sus
competencias en todo el territorio nacional y su mar territorial, a excepción
de las capitales de provincia y los términos municipales y núcleos urbanos que
el Gobierno determine que le corresponden al Cuerpo Nacional de Policía.
Así, se puede encontrar
a la Guardia Civil en núcleos rurales como en núcleos urbanos de gran población.
Todo ello la convierte,
en una de las unidades policiales más versátiles del mundo.
Asimismo, la Guardia
Civil es el cuerpo policial con mayor número de agentes de España.
Cuenta también con el
mayor despliegue territorial y número de competencias policiales, entre las que
se encuentran tanto las compartidas con el CNP u otros cuerpos policiales
autonómicos (policía judicial, terrorismo, orden público, seguridad ciudadana,
etc.), como las exclusivas (normativa de armas y explosivos, aguas
territoriales, resguardo fiscal, seguridad aeroportuaria, fronteras, tráfico
(excepto en País Vasco, Navarra y Cataluña), conducción de presos, protección
del medio ambiente, rescates, etc.).
Una parte (entre un
tercio y dos quintos) de sus agentes viven en las llamadas casas cuartel, acuartelamientos (de los que la
Guardia Civil dispone de más de 2000 en toda España, debido a su amplísimo
despliegue territorial) que pueden alojar tanto las dependencias policiales
como viviendas de los agentes (denominados "pabellones"), con el
objetivo de aumentar su inmediata disponibilidad y facilitar la movilidad geográfica
de los mismos en los diferentes destinos.
Sin embargo, en los
últimos años, debido a la despoblación de ciertas zonas rurales se ha procedido
al cierre de unos 1000 de los más de 3000 acuartelamientos de los que se llegó
a disponer.
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ESPAÑA
día
de España
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de la Guardia Civil
En 1476 los Reyes Católicos crearon
un nuevo reglamento para las hermandades policiales de España, que habían
existido durante la Edad Media, para mantener la seguridad en los campos. Este
nuevo reglamento las unificó y las puso bajo la autoridad de los reyes. Fue
conocida como la Hermandad General y, posteriormente, como la Santa Hermandad.[21] Estaba organizada en capitanías y
puede considerarse el precedente de la Guardia Civil.[22] A principios del siglo XIX era una organización
prácticamente testimonial.[22][23] Fue disuelta en 1835.[22]
Tras la guerra de
la Independencia (1808-1814), aumentaron las bandas de
delincuentes.[24] Esto fue conocido como el bandolerismo. La Milicia Nacional, que había
servido para combatir al invasor francés durante la guerra, fue reinstaurada en
el Trienio Liberal, entre 1820 y 1823, pero estaban desorganizados y eran poco
profesionales.[24]
Primera
fotografía conocida tomada a un Guardia Civil, en Reinosa entre 1855 y 1857.
En 1820 Pedro Agustín Girón,
teniente de la Guardia Real, propuso la creación de una organización policial
con estructura militar pero al servicio del poder civil, llamada Legión de
Salvaguardias Nacionales. Finalmente, este proyecto no se llevó a cabo y tuvo
que marcharse al exilio con su hijo, Francisco Javier Girón
Ezpeleta, en 1822.[25]
En 1824 Fernando VII creó la Policía General del
Reino.[26] Sin embargo, esta se ocupó sobre
todo de las ciudades y quedó desvirtuada por Francisco Tadeo
Calomarde al convertirse en una policía política que reprimía a
enemigos del absolutismo.[27] En 1827 esta organización fue
reformada y el superintendente Juan José Recacho huyó al extranjero.[28] La reforma hizo que,
obligatoriamente, fuesen agentes al servicio de miembros de la judicatura y de
los alcaldes mayores de las provincias.[29]
Para el control de
fronteras y evitar el contrabando, en 1829 Fernando VII creó el Real Cuerpo de
Carabineros de Costas y Fronteras, completado por el Resguardo
Civil, que ejercía un control en el interior. En 1842 se reorganizó como el
Cuerpo de Carabineros del Reino, a cargo del mariscal de campo Martín José de
Iriarte. Este dependía del Ministerio de Hacienda.[30]
En noviembre de 1843 el
presidente del gobierno, Salustiano Olózaga,
consideró que la policía de entonces no era lo suficientemente eficaz y quiso
reinstaurar la Milicia Nacional, pero el proyecto no se llevó a cabo y terminó
dejando el gobierno.[31]
El 5 de diciembre pasó
a ser presidente Luis González Bravo.
El 31 de diciembre de 1843 el ministro de la Guerra, Manuel de Mazarredo,
escribió una solicitud al ministro de la Gobernación, el marqués de
Peñaflorida,[32] para que crearse una fuerza
pública que librase al Ejército de tener que perseguir a delincuentes.[33] Según algunos autores, la
creación del cuerpo no tiene que ver con la protección del campo y el control
de la delincuencia, sino con la desconfianza de la clase gobernante hacia el
Ejército, tanto en su obediencia a Isabel II (declarada
mayor de edad el 8 de noviembre de 1843) como en su capacidad para contener
desórdenes civiles. El real decreto de su fundación indicaba que "la
fuerza civil sirve para evitar la intervención del Ejército en los actos
populares".[34]
El subsecretario de
Gobernación, Patricio de la Escosura, redactó el Real Decreto del 26 de enero
de 1844, para la reorganización de la seguridad pública en España.[33] El 30 de enero de 1844 se publicó
un reglamento desarrollando este Real Decreto, en cuyo artículo 10 se decía que
el ministro de la Gobernación organizaría "una fuerza especial destinada a
proteger eficazmente a las personas y las propiedades, cuyo amparo es el
principal objeto del ramo de protección y seguridad".[33]
El ministro de la
Gobernación se dedicó a la elaboración de un decreto para la creación de esta
fuerza de seguridad. El 10 de marzo presentó al Gobierno un borrador completo,
que fue modificado por el Consejo de Ministros en algunos aspectos, dando lugar
a un nuevo documento el 14 de marzo.[33] Los que redactaron este decreto
fueron Patricio de la Escosura y Manuel Beltrán de Lis y Ribes. La reina Isabel II firmó
el Real Decreto el 28 de marzo de 1844.[nota 7]
El Real Decreto del 12
de abril de 1844 estableció que el Ministerio de la Guerra se encargaría de la
organización inicial de la Guardia Civil, pero que posteriormente estaría a
cargo de las autoridades civiles.[31] La organización de este cuerpo le
fue encargada al mariscal de campo Francisco Javier Girón Ezpeleta.[31] Este Real Decreto le fue enviado,
junto con una comunicación oficial de su encargo, a Cataluña, en donde se
encontraba, el 15 de abril.[35]
Francisco Javier Girón
Ezpeleta, II duque de Ahumada y
V marqués de Las Amarillas, fue un militar isabelino que sirvió a las órdenes
del general Leopoldo O'Donnell en
la primera guerra
carlista, contra el general Ramón Cabrera. En 1843 fue nombrado jefe militar
en la región de Cataluña. Allí conoció la formación de los Mozos de Escuadra, que le agradó y del cual tomó
ideas para la formación de la Guardia Civil. En aquel entonces existían otras
organizaciones de seguridad en España: rondas volantes extraordinarias en Cataluña, compañías de miñones y de migueletes
en Valencia, escopeteros en Sevilla, Toledo y Ciudad Real, escuadras de gendarmes en Pamplona, celadores en las provincias de Castellón de la Plana y Jaén, entre otras, salvaguardias en Santander,
la compañía de faletís en Cádiz, el tercio rural de migueletes en Salamanca y muchas otras. En estas
organizaciones había unos 4 000 efectivos en total.[36]
Canarias se encargaban de esto batallones y
secciones de militares. En 1877 se crearon las Compañías de Guardias
Provinciales, formadas por militares que realizaban una función similar a la de
la Guardia Civil.[37]
El duque de Ahumada
propuso la creación de un cuerpo de seguridad profesional, estable y bien
organizado. Le dio mucha importancia a que la tropa tuviera un buen sueldo,
para evitar la corrupción, y también que fuese gente de conocida honradez y
alfabetizada.[38] También propuso que hubiera más
oficiales subalternos, para que hubiese una mayor vigilancia. Redactó siete
puntos para la organización, que fueron aceptados por el presidente Narváez y recogidos en el Real Decreto del
13 de mayo de 1844.[39]
El uniforme quedó
establecido por Real Decreto del 15 de junio de 1844.[40]
El verano de 1844 se
recibió a los aspirantes en los cuarteles de Leganés, Vicálvaro y Alcalá de Henares.[41][42]
El 1 de septiembre el
presidente y ministro de la Guerra, Narváez, pasó revista a la Guardia Civil
por primera vez, a las afueras de la Puerta de Atocha.
Había 1500 guardias de infantería y 370 de caballería.[43] Ese día el duque de Ahumada fue
nombrado inspector general de la Guardia Civil.[41]
El Reglamento para el
Servicio de la Guardia Civil, aprobado por el Real Decreto del 9 de octubre de
1844, estableció las obligaciones y facultades de la Guardia Civil, su
dependencia orgánica, vinculada en lo referido a su servicio peculiar al
Ministerio de la Gobernación. El artículo dice que el objetivo de la Guardia
Civil es: «la conservación del orden público, la protección de las personas y
las propiedades (…) y el auxilio que reclame la ejecución de las leyes». El
artículo 31 dice: «En los caminos, en los campos y despoblados, toda unidad o
individuo de la Guardia Civil cuidará de proteger a cualquier persona que se
vea en algún peligro o desgracia, ya prestando el auxilio de la fuerza, ya
facilitando el socorro que tuviese a su alcance».[44]
El 10 de octubre de
1844 la reina Isabel II pasó a ser mayor de edad, conforme a la legislación de
entonces, al cumplir 14 años.[45] Ese día, fue desde el Palacio Real a
inaugurar las nuevas Cortes.[46] En el recorrido, fue escoltada
por la Guardia Civil.[47]
El Reglamento Militar
de la Guardia Civil, aprobado por el Real Decreto del 15 de octubre, fue
elaborado por el Ministerio de la Guerra bajo la égida del duque de Ahumada y
es por tanto más conforme con su doctrina y carácter. Determina la organización
con arreglo a criterios castrenses, los ascensos, dependencia, obligaciones,
disciplina y estatuto del personal del Cuerpo.[48]
El duque de Ahumada
quería poner a la Guardia Civil a resguardo de la contienda política, dotándola
de una filosofía autónoma que le permitiera prestar un servicio civil sin
menoscabo de la estructura militar.[49] Por ello, el 16 de enero de 1845
redactó una circular sobre esto.[49][50] Fue aprobada por Real Orden el 20
de diciembre de 1845. Es conocida como la «Cartilla o el Código Moral de la
Guardia Civil».[50] Este manual es fundamental para
comprender a la Guardia Civil en la actualidad.[49]
El artículo 1 dice: «el
honor es la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente,
conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás». El artículo 4
dice que debe ser: «siempre fiel a su deber, sereno en el peligro, y
desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y firmeza». El artículo 5
dice que debe ser: «prudente sin debilidad, firme sin violencia, y político sin
bajeza». El artículo 6 dice: «procurará ser siempre un pronóstico feliz para el
afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea
libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere su incendio
apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo vea
salvado; y por último siempre debe velar por la propiedad y la seguridad de
todos». El artículo 3 dice: «Será muy atento con todos».[51]
En los cuarteles, el
comandante del puesto pasó a ser una auténtica institución en los pueblos rurales
y actuaba también como consejero jurídico de la gente humilde.[52][53]
La Guardia Civil (GC) es un instituto armado español y una de las dos fuerzas
de seguridad de ámbito nacional, junto con el Cuerpo Nacional de
Policía. Como gendarmería, es de naturaleza militar y cumple,
entre otras, funciones de policía, dependiendo de los Ministerios de Interior y
de Defensa.[nota 3] Fue
creada el 28 de marzo de 1844 mediante real decreto,[8] y reformada el 13 de mayo de 1844
por Francisco
Javier Girón y Ezpeleta, ii duque de Ahumada, que fue el primer director
general de la Guardia Civil.[9] Nace debido a la necesidad de
disponer de un cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional, fuerte,
profesional y de amplio despliegue territorial, que respondiera de manera eficiente
a las necesidades de seguridad de la España de la primera mitad del siglo XIX, lo cual lleva a cabo con gran
éxito.[10] Sus 180 años de historia
continuada, sin alterar su denominación, le otorgan la consideración de cuerpo
policial más antiguo de España, independientemente de su ámbito (nacional o
regional).[11]
Popularmente también
conocida como la Benemérita,
forma parte de las fuerzas
y cuerpos de seguridad del Estado, junto con el Cuerpo Nacional de
Policía.[7] Como tal, la Constitución,
en su artículo 104, le fija la misión primordial de proteger el libre ejercicio
de los derechos y libertades de los españoles y garantizar
la seguridad ciudadana,
bajo la dependencia del Gobierno de España.[12] Dada su naturaleza militar, sus
componentes tienen la consideración de militares de
carrera, y el cuerpo tiene encomendadas también misiones de carácter
militar, descritas en el Real Decreto 1438/2010.
Para cumplir con el
cometido que la Constitución le encomienda, entre sus principales competencias
se encuentran velar por el cumplimiento de las leyes y disposiciones generales,
mantener y restablecer, en su caso, el orden y la seguridad ciudadana, prevenir
la comisión de actos delictivos, investigando los delitos para descubrir y
detener a los presuntos culpables, así como de manera exclusiva le compete la
vigilancia del tráfico en las vías públicas interurbanas —salvo en Cataluña,
País Vasco y Navarra, que actualmente se negocia[13] —, el transporte interurbano de
presos, la seguridad de infraestructuras como puertos y aeropuertos de interés
general, la seguridad y vigilancia de las fronteras y las costas, así como todo
lo relativo a la normativa sobre armas y explosivos. Realiza sus competencias
en todo el territorio nacional y su mar territorial, a excepción de las
capitales de provincia y los términos municipales y núcleos urbanos que el
Gobierno determine que le corresponden al Cuerpo Nacional de Policía. Así, se
puede encontrar a la Guardia Civil en núcleos rurales como en núcleos urbanos
de gran población. Todo ello la convierte, en una de las unidades policiales
más versátiles del mundo.
Asimismo, la Guardia
Civil es el cuerpo policial con mayor número de agentes de España. Cuenta
también con el mayor despliegue territorial y número de competencias
policiales, entre las que se encuentran tanto las compartidas con el CNP u
otros cuerpos policiales autonómicos (policía judicial, terrorismo, orden
público, seguridad ciudadana, etc.), como las exclusivas (normativa de armas y
explosivos, aguas territoriales, resguardo fiscal, seguridad aeroportuaria,
fronteras, tráfico (excepto en País Vasco, Navarra y Cataluña), conducción de
presos, protección del medio ambiente, rescates, etc.).
Una parte (entre un
tercio y dos quintos) de sus agentes viven en las llamadas casas cuartel, acuartelamientos (de los que la
Guardia Civil dispone de más de 2000 en toda España, debido a su amplísimo
despliegue territorial) que pueden alojar tanto las dependencias policiales
como viviendas de los agentes (denominados "pabellones"), con el
objetivo de aumentar su inmediata disponibilidad y facilitar la movilidad
geográfica de los mismos en los diferentes destinos. Sin embargo, en los
últimos años, debido a la despoblación de ciertas zonas rurales se ha procedido
al cierre de unos 1000 de los más de 3000 acuartelamientos de los que se llegó
a disponer.
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