SANTA LUCÍA
13
DE DICIEMBRE
SANTO
Santa Lucía (Siracusa, 283-Siracusa, 304)
Fue una mártir cristiana
de origen siciliano, que padeció el martirio durante la persecución de Diocleciano.
Es venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.
Es una de las ocho mujeres (incluida la Virgen María) conmemoradas explícitamente por los
católicos en el Canon de la Misa.
Es una de las vírgenes mártires más conocidas, junto
con Ágata de Sicilia, Inés de Roma, Cecilia de Roma, Bárbara de Nicomedia y Catalina de Alejandría.
Nacida en Siracusa, ciudad de la provincia romana de Sicilia, de acuerdo con la tradición Lucía era de
padres nobles y ricos, hija de Eutiquia; del padre se dice que murió cuando
Lucía era joven.
Probablemente se llamaba Lucio, dada la costumbre romana de
poner a las hijas el nombre del padre.
Según algunos, está inspirado en el texto paulino, «Los
hijos de la luz».
Lucía ciertamente significa "Luz" o "la que
lleva luz".
Fue educada en la fe cristiana.
Consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad.
Su madre, que estaba enferma, la comprometió a casarse con
un joven pagano y ella, para que se librase de ese
compromiso, la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad.
Como su madre sanó, Lucía le pidió que la liberara del
compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más
pobres.
Su madre accedió.
Pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascasio debido a que era cristiana, en
tiempos del emperador Diocleciano.
El martirio de Lucía no
está atestiguado por fuentes contemporáneas o inmediatamente posteriores a
la persecución de Diocleciano, sino
por relatos hagiográficos.
El más antiguo de estos
relatos es un martyrion griego
(BHG 995),[1] y su redacción latina
correspondiente (BHL 4992)[2] es al menos un siglo más tardía.[3]
Cuando Lucía fue
arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que
hiciera sacrificios a los dioses.
ÇEntonces Lucía dijo:
"Sacrificio puro delante de Dios es visitar a las viudas, los huérfanos y
los peregrinos que pagan en la angustia y en la necesidad, y ya es el tercer
año que me ofrecen sacrificios a Dios en Jesucristo entregando todos mis
bienes".
Irritado Pascasio,
ordenó a sus soldados a que la llevaran a un prostíbulo para que la violaran y luego se
dirigió a Lucía diciéndole: "Te llevaré a un lugar de perdición así se
alejará el Espíritu Santo".
Los soldados la tomaron
para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más
que se esforzaban no podían moverla: Lucía permanecía rígida como una roca.
Al enterarse de lo
sucedido,
Pascasio ordenó
someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla
desistir.
Condenada a ser
martirizada, antes de morir profetizó su canonización y su patronazgo como
protectora de Siracusa, junto con la caída de Diocleciano y Maximiano.[3]
El relato griego —que
data del siglo V— y el relato
latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental,
aunque difieren en algunos detalles finales: según el martiryon griego Lucía fue
decapitada, en tanto que según la passio latina,
fue martirizada por uno o varios golpes de espada.[3]
Fue sepultada en el
mismo lugar donde en el año 313 se construyó un santuario dedicado a ella, que
fue lugar de destino de las peregrinaciones en su honor.
Según la tradición, su
historia se divulgó por toda Siciliaː "consagró su virginidad con el
martirio, pues a Dios agrada tu pureza y santidad".
Categoría: RELIGIÓN
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