Categoría: NUTRICIÓN
CONCEPTO Y DESCRIPCIÓN
El nombre procede de
la proporcionalidad de su composición, dos átomos de hidrógeno por uno de
oxígeno (hidrato) acompañados por uno de carbono (CH2O). Se forman en las
plantas a partir de su agua y el anhídrido carbónico del aire (H2O + CO2= CH2O
+ O2) con la energía obtenida del sol mediante la fotosíntesis; los animales
los pueden sintetizar directamente a partir de proteínas y grasas (debido a
ello no son teóricamente imprescindibles en la dieta) o bien obtenerlos de las
plantas mediante su consumo alimenticio.
Sabor dulce, color
blanco y solubles en agua son sus principales caracteres físicos comunes.
Atendiendo al número de moléculas que los forman pueden ser:
Monosacáridos:
moléculas simples o azucares que no se descomponen, siendo directamente
asimilables en algunos casos. Se subdividen por su número de átomos de carbono
en triosas, tretrosas, pentosas, hexosas y heptosas. Merecen atención, por su
importancia en la nutrición, abundancia y participación en el metabolismo, olas
hexosas, entre las que destacan:
Glucosa: conocida
asimismo como azúcar de uva o dextrosa, es constituyente principal, cuando no
único, de múltiples sacáridos. Se encuentra en forma libre en plantas, frutos,
miel, sangre, linfa y liquido cerebro espinal. Metabolito universalmente
utilizado por todas las células, de empleo exclusivo para algunas, caso de las
neuronas.
Fructosa: también
llamada levulosa se encuentra libre en hojas verdes, frutos y miel a la que da
su dulzor característico, de mayor intensidad que el de la glucosa.
Galactosa: noo existe
libre en la naturaleza como tal, sino como su polímetro las galactanas. Forma
parte del azúcar de la leche (lactosa) y de polisacáridos ácidos complejos como
mucílagos y gomas.
Disacáridos:
Compuestos por dos monosacáridos, los principales son:
Sacarosa: popularmente
conocida por azúcar, esta formada por una molécula de glucosa y otra de
fructosa, de origen vegetal ya sea de remolacha o de caña de azúcar, plantas de
las que se extrae industrialmente.
Lactosa: compuesta por
galactosa y glucosa, de origen animal, se encuentra en la leche. La no
digestión de la lactosa por falta de la enzima precisa (lactasa) provoca en el
organismo rechazo a su consumo.
Polisacáridos: Uniones
de monosacáridos, generalmente hexosas, iguales o no entre si. Destacables son:
Celulosa: Formada por
glucosa, perteneciente al mundo vegetal las plantas la utilizan para formar su
estructura.
Almidón: Larga cadena
de glucosa que constituye el almacén energético de los vegetales, de los que
procede. Se encuentra en gran abundancia en los cereales, haciendo de estos una
base energética de alimentación.
Glucógeno: Es el
almacén de monosacáridos del reino animal, acumulándose con preferencia en
hígado y músculos, esta constituido por glucosa.
Si bien los citados
hasta aquí son los mas importantes glúcidos relacionados con la nutrición
humana, no son los únicos.
Los carbohidratos se
obtienen en la dieta a través de la ingestión de azúcar, cereales, frutas y
legumbres principalmente, alimentos todos ellos de origen vegetal, dado que
estos los contienen en mayor proporción que las diversas carnes y alimentos de
origen animal.
Digestión, absorción y utilización
Tras la ingestión de
los alimentos, los glúcidos en ellos contenidos, sufren una serie de
transformaciones que les permite ser absorbidos, estas son:
1º. En la boca
mediante la masticación y por acción de la Ptialina contenida en la saliva se
inicia, moderadamente, la división de los polisacáridos.
2º. En el estómago
entra en juego el ácido clorhídrico de los jugos gástricos que continua
desdoblando polisacáridos a disacáridos.
3º. En el intestino,
primero los fermentos procedentes del páncreas (amilasa principalmente) pasa a
disacáridos todo el almidón y glucógeno que pueda; dejando paso a la actividad
de los fermentos residentes en el intestino, llamados disacaridasas (invertasa,
maltasa y lactasa), que los convierten los monosacáridos glucosa, fructosa,
galactosa, etc... que bien por combinación con ácido fosfórico
(fosforilización), o bien por simple difusión pasan por la pared intestinal al
riego sanguíneo donde, manteniéndose como monosacáridos, son transportados por
la vena porta hasta el hígado.
Este proceso lo sufren
los poli y disacáridos, pues los monosacáridos se absorben directamente al no
precisar divisiones. Por otro lado, hay polisacáridos que no se digieren y
otros que solo lo hacen parcialmente; estos constituyen mayoritariamente el
residuo no digestible de la dieta, que por su efecto laxante facilita el
transito intestinal, conociéndose como “fibra”.
El empleo por el
organismo de los glúcidos absorbidos está regido por el hígado, órgano
fundamental en su metabolismo, regula la cantidad de glucosa que circula por la
sangre:
1. Almacenándola
en forma de glucógeno, cuando sobra.
2. Vertiéndola
a la sangre si su nivel desciende (glucemia), manteniendo un valor medio de un
1º/00.
3. Transformando
el exceso, una vez llenos los depósitos de glucógeno, en grasa que se almacenará
preferentemente en tejido adiposo y abdomen.
4. Obteniendo
glucosa, cuando es preciso, a partir de proteínas y grasas.
La sangre es por tanto
el sistema de transporte de la glucosa hacia todas las células del cuerpo, a
las que accede con intervención de la insulina segregada por el páncreas. En el
interior de las diversas células se verá sometida a los siguientes procesos:
1. Almacenarse,
en forma de glucógeno, en las células musculares y hepáticas; de las cuales
puede ser vertida de nuevo a la sangre con ayuda del glucagon.
2. Transformarse
en grasa, forma en la que almacena el 90% de los glúcidos absorbidos.
3. Quemándose, para liberar energía, en el ya mencionado ciclo oxidativo de Krebs, dando lugar a una media de cuatro Calorías por gramos (16,736 Kjulios).
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