miércoles, 1 de junio de 2022

1 JUNIO

 




Categoría: NO DEBEMOS OLVIDAR

 

 

1  junio  1986

36º ANIVERSARIO

 

Muere  a manos de ETA en su domicilio de San Sebastián-PAÍS VASCO-ESPAÑA


ABOGADO

JUAN CABALLERO PORRAL




El acoso de la banda terrorista contra la familia Caballero se inició años antes.

Un hijo de Caballero Porral, el también abogado Francisco Javier Caballero Dotres, tuvo que abandonar el País Vasco en octubre de 1982 al sufrir un intento de atentado.

Previamente se había resistido al chantaje económico llamado "impuesto revolucionario", negándose a pagar lo que le exigía la banda.

Los miembros de la familia decidieron que si alguno de ellos llegaba a ser secuestrado por la banda no se pagaría rescate alguno "para no alimentar las arcas de los terroristas".

Cuando se tuvo que marchar fuera del País Vasco, Francisco Javier Caballero acudió a un notario para dejar constancia de las razones que le obligaban a abandonar su tierra.

En 2003, el testimonio de este abogado fue uno de los que se aportó al sumario sobre la limpieza étnica en el País Vasco abierto por el juez Baltasar Garzón a instancias de la AVT.

Francisco Javier Caballero ha señalado a Libertad Digital que "a los españoles que hemos abandonado el País Vasco nos han robado el alma".

El cadáver de Juan Caballero Porral fue encontrado a media mañana del domingo 1 de junio en el dormitorio de su domicilio por la enfermera que le atendía periódicamente.

Estaba vestido con un pijama y tenía las manos fuertemente esposadas con unas cadenas de bicicleta.

Al parecer la banda terrorista ETA pretendía secuestrar a uno de los dos hijos de Juan Caballero, Ignacio María Caballero Dotres.

Para ello se habían hecho con las llaves de la puerta de entrada al despacho de abogados de Juan, con las que podrían acceder al domicilio, toda vez que ambos inmuebles estaban comunicados por una escalera de acceso interior.

Sin embargo, la ausencia de Ignacio, que estaba fuera de San Sebastián ese día, trastocó los planes de ETA.

Los terroristas sorprendieron a Juan Caballero en el cuarto de baño.

El abogado, de 84 años pero de complexión fuerte, opuso resistencia, pero no pudo impedir que lo amarrasen fuertemente con una cadena.

Juan ofreció tanta resistencia que dobló el candado que cerraba la cadena.

La víctima, que llevaba un marcapasos, falleció probablemente durante el forcejeo con los secuestradores.

Posteriormente, estos le colocaron encima de la cama e intentaron quitarle las cadenas, pero el candado doblado lo impidió.

La banda asesina ETA no reivindicó el atentado, como había ocurrido tantas veces antes.

Además, y como hemos señalado, el entorno proetarra difundió rumores para mancillar a la familia de la víctima.

Sin embargo, Javier Caballero ha dedicado parte de su vida a demostrar que su padre murió víctima de la banda terrorista.

Una semana después del crimen, Rafael Pastor Ridruejo, marido de una prima carnal de los hijos de Juan Caballero, y por entonces director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, llamó a Javier para decirle que en el informe semanal del CESID, del que se hacen ocho copias, en el balance de la actividad terrorista figuraba el asesinato de Juan Caballero a manos de ETA.

Por otra parte, y según la nota informativa de la Brigada de Información de la Comisaría de Policía de San Sebastián "(...) Nada más descubiertas las cadenas, así como el hecho de que el finado tenía las manos atadas con una, fue comunicado tal hecho a la Brigada Provincial de Información, y en concreto al Grupo I, dirigiéndose varios funcionarios adscritos a la misma, al lugar del suceso, toda vez que ciertas circunstancias que rodean los hechos permiten suponer y por ello no descartar, la participación de la Organización Revolucionaria Socialista Vasca de Revolución Nacional ETA, rama militar, en el hecho, habida cuenta de que debido a la personalidad del finado, su profesión y sus inclinaciones políticas, así como sus medios económicos, permiten presupuestar que la víctima podía haber sido objeto de un intento de secuestro.

Como puntilla a esta hipótesis es hecho relevante a destacar la remisión de una carta en la que se solicitaba el pago del 'impuesto revolucionario' a un miembro de la familia, y concretamente al hijo del fallecido, llamado Javier Caballero Dotres, quien por dicha circunstancia se vio abocado a trasladar su residencia de esta ciudad, a Alicante (...) Que vista la metodología utilizada y el formato de las cadenas empleadas en este caso, corresponden a los habitualmente empleados por la ya citada banda armada en hechos similares (...)".

Además, y pese a que la Guardia Civil nunca hizo investigación alguna durante la instrucción del sumario, la 513 Comandancia de la Guardia Civil de Guipúzcoa, en su informe de 1 de octubre de 1986 remitido al juzgado, señala que "teniendo en cuenta extremos como la metodología de entrada, la ausencia de otras lesiones secundarias en el cadáver, así como la no falta de ningún objeto de valor, que hacen descartar la atribución del mismo a delincuentes comunes, haya sido cometido, posiblemente, por individuos pertenecientes a la banda armada y terrorista ETA(M)".

En el diario ABC de 18 de septiembre de 1986 apareció una reseña del ministro del Interior, José Barrionuevo, reconociendo que "... como consecuencia de todos estos atentados han muerto treinta y cuatro personas y ha sido la banda terrorista ETA la que se ha atribuido su autoría en treinta y tres casos.

 

En el que queda se trató, probablemente, según el ministro del Interior, de un intento de secuestro por parte de ETA, que acabó con el fallecimiento de la víctima".

 

Pese a todo ello, la falta de diligencia y el desinterés de los jueces y la fiscalía han tenido como resultado que el crimen haya quedado impune.

Tras el intento de secuestro y fallecimiento de Juan Caballero, se abrió el Sumario nº 7/1986 del Juzgado de Instrucción nº 3 de San Sebastián en el que compareció como abogado, ejerciendo la acusación particular, su hijo Francisco Javier Caballero Dotres.

Dicho Juzgado, con independencia de unas primeras declaraciones, no practicó prueba alguna, obstaculizando junto al Ministerio Fiscal la averiguación de los autores del crimen.

El sumario se extravió varias veces, los escritos de prueba no se unían a los autos e, incluso, las pruebas se tuvieron que solicitar por telegrama, pero nunca se practicaron, con lo cual el crimen quedó impune por prescripción del delito.  

Tras luchar muchos años, el 14 de noviembre de 2000 los hijos de Juan Caballero Porral consiguieron que se les hiciese cierta justicia con el reconocimiento por parte del Ministerio del Interior de que su padre había fallecido víctima de un atentado terrorista en San Sebastián.

En la misma resolución nº 2.260 se les reconoce el derecho a ser indemnizados como víctimas del terrorismo.

 

A  las 8:40 horas del

1  junio  1994

28º ANIVERSARIO

ETA asesinaba en Madrid-ESPAÑA, al

general de Brigada del Ejército de Tierra DE ESPAÑA

JUAN JOSÉ HERNÁNDEZ ROVIRA





Minutos antes el militar había salido de su domicilio, cerca de El Retiro, con su hija Lourdes, de 25 años.

Tras despedirse de ella, se dirigió a la calle Ibiza donde le esperaba su chófer a bordo de un coche blindado para dirigirse a su puesto de trabajo en el Ministerio de Defensa.

Cuando se disponía a subir al vehículo, un etarra lo asaltó por la espalda y le disparó varios tiros con una pistola.

Una vez que el militar cayó al suelo, el pistolero de ETA lo remató "con total tranquilidad" con dos disparos más, según testigos presenciales.

Después disparó al conductor del vehículo oficial, un joven que realizaba el Servicio Militar, pero las balas no le alcanzaron.

El pistolero de la banda terrorista actuó con total impunidad mientras una etarra le cubría en la acción.

Ambos emprendieron la huida en un vehículo donde les esperaba un tercer terrorista.

El vehículo utilizado por los terroristas para huir fue abandonado cargado de explosivos en la calle Walia, frente a dos guarderías.

Explotó a las 9:40 horas, media hora después de la llamada de ETA avisando de su ubicación. Sólo dio tiempo de evacuar a los niños del Centro de Educación Infantil, pero no a los cuarenta menores de seis años de la guardería Miriam.

Ante la inminencia de la explosión, los niños fueron trasladados a la parte trasera de la guardería, donde los profesores simularon hacer una fiesta y les hicieron creer que la explosión era un cohete de feria del Parque de El Retiro.

En el año 2000 la Audiencia Nacional condenó a

   Mikel Azurmendi Peñagaricano a 52 años de reclusión por el asesinato de Juan José Hernández.

Azurmendi fue quien condujo el coche empleado en la comisión del atentado.

En 2003 fue absuelto el supuesto autor material del asesinato

   José Luis Aguirre Lete.

Pese a que el Ministerio Fiscal había solicitado una pena de 84 años de prisión por encontrarle autor de los disparos que acabaron con la vida del militar, el tribunal consideró insuficientes las pruebas aportadas.

La etarra que participó dando cobertura al autor material no ha sido juzgada.


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